LA BENDICION DE HONRAR A NUESTROS PROGENITORES

            Mateo 15:4-6 y Marcos 7:10-11 nos narran cómo Jesús enfrentó la actitud de los escribas y fariseos, que por causa de guardar sus tradiciones quebrantaban la ley de Dios y sus mandamientos. El libro de Éxodo, en su capítulo 20, registra los mandamientos de Dios para la nación de Israel; y, entre ellos, el número cinco (5) dice: “Honra a tu padre y a tu madre…

            Los escribas y fariseos invalidaban este mandamiento por haber hecho un voto de ‘Corban’,  el cual los hacía libres de ayudar a sus propios padres, por causa de haber consagrado todos sus bienes a Dios. Este voto de Corban era legal entre los hebreos, mas tomando en cuenta los Mandamientos de Dios. No se debía hacer voto de corban, consagrando a Dios todos los bienes quebrantando uno de los Mandamientos establecidos por Él; eso fue lo que Jesús confrontó: la hipocresía y la mala intención de los fariseos y escribas. Jesús fue fiel con este mandamiento hasta la muerte, horas antes de morir, dejó a su madre al cuidado de uno de sus discípulos (Juan 19:26-27).

             En estos tiempos, tenemos problemas similares con algunos creyentes que son aparentemente  fieles a Dios con el diezmo y la ofrenda, se congracian con los hombres, hacen pactos, presentan primicias; pero quebrantan un mandamiento establecido por Él Creador, deshonrando a sus progenitores. Es tanto el descuido y la deshonra, que pasan tiempo sin saber de ellos, sin hacer una visita. No tienen cuidado de la alimentación, de sus medicinas, del vestir, de darle lo principal: El amor, el respeto, la ternura, un abrazo, un beso, un cariño; los tienen en la desidia, en el mismo abandono; en un asilo mental, porque para ellos sus progenitores no son parte de sus pensamientos. No entienden que después de Dios es a ellos que les deben el ser, la vida, y en su mayoría lo que son. Porque sin lugar a dudas hubo padres que se esforzaron para darles la educación y llevarlos a ser un profesional.

            Después de muertos para que.

             Para que derramar lagrimas sobre un féretro que no van a ver ni apreciar ni la van a enjugar.

             Para que llevarles unas flores a una tumba como un presente que no van a poder oler.

             para que visitar un cementerio si nunca fuiste a su cas a saber de ellos.

              De que vale aportar tanto dinero en los gastos funerarios, si nunca invertiste dineros en ellos.

               El hacer esto sin tener cuidado de ellos antes de su partida, es vivir de apariencia, y será juzgado por Dios, y a demás te restara la bendición del Gran Yo Soy  por toda la vida. Es como vivir condenado en vida.

            El deshonrar a nuestro progenitores nos descalifica por completo de que nuestro dinero presentado a Dios califique como un presente de adoración, porque como podemos adorar a Dios cuando a la mismo tiempo quebrantamos uno de sus mandamiento que dice: “Honra a tu padre y a tu madre…”.  El término ‘Honrar’ indica: tener sumo cuidado de ellos en todos los aspectos, en el respeto, la consideración y el sostén. 

            El ser fiel con el diezmo y la ofrenda está muy bien, pero nunca descuides a tus progenitores, porque además de quebrantar uno de los mandamientos de Dios, quebrantas uno de los principios de adoración, y  del Plan Financiero, y por ende, cercenas el derecho que tienes de parte de Dios de ser bendecido financieramente.

             Honrar a nuestros progenitores no depende de la honra que ellos tuvieron para con nosotros, sea cual sea el caso; el que te abandonaron, te vendieron, te maltrataron; no te brindaron amor, respeto, consideración; ellos son nuestros padres y a favor de ellos Dios estableció un mandamiento, el cual debemos cumplir cueste lo que nos cueste, sin ningún tipo de resentimientos. Ellos como padres, le darán cuenta a Dios de sus hechos, de nuestra parte debemos ser generosos.

/// Bendiciones ///



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