JERARQUÍA DE LOS DEMONIOS

UN PRINCIPIO EN LA ADORACIÓN.

DR. MAESTRO: JOSE N. BRICENO A.

LA ADORACIÓN DEBE SER ESPONTÁNEA QUE NAZCA Y SALGA DEL CORAZÓN Y LA VOLUNTAD DEL ADORADOR.

En ninguna parte de la Biblia aparece como mandamiento, en una forma imperativa ni impositiva directamente de Dios exigiendo la adoración. La adoración debe salir en una forma espontánea del espíritu del adorador. Ésta es la única área donde el Espíritu Santo no te prestará su auxilio. Él puede darte el conocimiento de los principios que componen el sistema de la adoración, puede inspirarte o motivarte, pero nunca adorará por ti ni te impondrá a hacerlo, De ti tiene que salir el deseo. La adoración no se debe dar por reprensión, ni por recompensa, sino por reconocimiento. Si lo hacemos por reprensión, seria impulsada nuestra adoración por intimidación, si lo hacemos por recompensa, entraríamos en un espíritu de prostitución todo sería por interés. Nuestra adoración debería ser por reconocimiento.

Jesús dijo en Juan 8:50: “Pero yo no busco mi gloria...” En el verso 54 del mismo capítulo dijo: "...Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica..." Estas expresiones dadas por Jesús demarcan un principio y esto es, que nunca esperes que Dios te exija adoración, en ti y de ti debe nacer y aflorar ese deseo. Esta es la razón por la que el Padre busca adoradores, no adoración. (Juan 4:23)

>Por esta causa Dios no busca nuestra adoración Dios nos busca a nosotros,

>El no espera que tú cantes otra canción; Él te espera es a ti.
Él no necesita nuestra adoración para satisfacer una especie de codicia o alimentar su ego. Cuando nos ponemos a pensar si habrá algo que en realidad podemos ofrecerle que no le pertenezca. Mis canciones y mis adoraciones no van a darle una gloria que ya no haya recibido, toda la creación es suya, toda la tierra y los cielos le pertenecen, los honores, el poder, la autoridad, el señorío, la majestad, la excelencia, el dominio, todo es de Él. Por esta causa a Dios no lo mueve la adoración que tú haces, sino la fidelidad, la entrega y los motivos que te conducen adorador.

Recuerda que Dios fue adorado desde la misma fundación del mundo (Nehemías 9:6). Dios fue adorado aún antes que el hombre entrase en escena. Nuestra adoración no es lo primero para Dios, Él está más interesado en ti como adorador. Por eso cuando la adoración nace de tus propios motivos y de tu propia inspiración lleva e implícita los más grandes valores para Dios.Nunca olvides esta verdad: La dignidad que tiene Dios de la adoración no le permite mendigarle ni pedirle a nadie una adoración, el único que pide y busca adoración es aquel que por indignidad sabe que no le pertenece, y esto fue lo que hizo Satanás. Por esta causa, no esperes que Dios te pida que le adores, de ti debe salir la disposición.

Hechos registra que: “Dios hizo el mundo y todas las cosas que en el hay; siendo Señor del cielo y de la tierra no habita en templos hechos por manos de hombres, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo, pues Él es quien da vida a todo y aliento a todas las cosas” Hechos 17:24.25.

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