EL PODER DE LA JUSTICIA PARTE # 7
MINISTERIO DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN
“JESÚS SOBERANO SEÑOR”
ESCUELA DE FORMACIÓN Y CAPACITACIÓN TEOLÓGICA
EL PODER DE LA JUSTICIA PARTE # 7
A continuación voy a explicar en forma exegética -tomando en cuenta los medios de interpretación- algunos textos bíblicos que han sido utilizados tradicionalmente por entes religiosos con una mala interpretación -en forma eisegética, fuera del contexto histórico- los cuáles han sido constituidos como una doctrina fuera de la realidad bíblica, condicionando así la Salvación del hombre, negando la eficacia de la obra regeneradora que se dio una sola vez en Cristo, y que el hombre obtiene por la fe, y la disfruta por fe.
> “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad." (Hebreos 2:1.4).
Lo primero que hay que tomar en cuenta es que el escritor de la carta a los Hebreos le está escribiendo a judíos convertidos al Evangelio, que por haber abandonado sus creencias, estaban siendo confrontados por los líderes judíos profesantes de los rituales de la Ley, y a su vez estaban luchando con su propia conciencia, que los condenaba por haber abandonado dichos ritualismo estipulados por la Ley. Todo el desarrollo de la carta se centra en animar, exhortar a los judíos convertidos a no abandonar las creencias del Evangelio, que es más significativo y de más valor que los rituales de la Ley.
Lo segundo que hay que considerar es que en el capítulo dos, el escritor de la epístola a los Hebreos hace una comparación y le da mayor valor al mensaje proclamado por Cristo, que a la Ley traída por los ángeles y anunciada por los profetas. Y exclama, que si el mensaje dado por los ángeles (Hechos 7:53) fue firme, ¿cuánto más las Buenas Nuevas anunciadas por Cristo que nos fueron confiadas? Por esta razón, el que escribe exclama, con gran lamentación, al ver la disciplina y la confrontación severa que vendría de parte de Dios para aquellos a quienes les fue confiado el mensaje de Salvación, y no se ocupan del mismo, en cuanto a aceptación, vivencia y proclamación por causa de sus temores, prejucios, y perjuicios internos.
La expresión: “Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande”, que aparece en el pasaje, no tiene nada que ver con perder la Salvación, sino con el escapar de la acción disciplinaria de Dios que vendrá por no ocuparse (en el caso de los judíos convertidos) como se requiere de dicha Salvación, por una desobediencia voluntaria, después de haber conocido la verdad en cuanto a Cristo se refiere, queriendo volver a los sacrificios y a las demandas de la Ley.
El escritor les advierte que si siendo profesantes de la Ley que vino mediante los ángeles y anunciada por los profetas, no escaparon del juicio y la disciplina de Dios por ser transgresores de ésta, menos se les pasara por alto la disciplina y la confrontación que tendrán de parte de de Dios si menosprecian y descuidan el mensaje del Evangelio que vino mediante Cristo.
“Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,…”. (Hebreos 2:2)
Por lo tanto, en el aspecto de la Salvación, en cuanto al descuido al que hace mención el escritor, sin lugar a dudas se refiere a no atender con diligencia en forma absoluta y decisiva el llamado a la Salvación que vino por gracia, no ocupándose de él en la vivencia y la proclamación. Si no fuera así, hubiera una contradicción con respecto a lo dicho por Pablo en sus escritos, cuando afirma que el creyente no vendrá jamás a condenación eterna, ya que la responsabilidad penal por el pecado fue puesta sobre Jesús, ocupando el lugar del pecador; dicha acción penal de parte de Dios sobre Jesús -mediante el Espíritu- es irreversible en la vida del creyente, una vez que la haya adquirido por fe.
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” Romanos 8:1.2.
“De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. 2Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. 4En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” 1ª Corintio 5:1.5.
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>Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. 7Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; 8pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada." (Hebreos 6:4.8)
Lo primero que debemos tomar en cuenta es que a quienes se les escribe la carta son creyentes genuinos convertidos al Evangelio mediante la fe en Cristo, que no son meros profesantes que estuvieron dentro del seno de la Iglesia y después renegaron de la fe. Esto lo digo por algunos elementos que están dentro del pasaje que nos dan indicio de esto.
Los que fueron iluminados: Este término hace referencia a aquellos que por el Espíritu Santo fueron convencidos de pecado, al iluminar su entendimiento por el conocimiento de la Palabra, saliendo del estado enceguecido en el cual los tenía Satanás (2ª Corintios 4:4).
Gustaron del don celestial: Esto equivale y hace referencia a los que recibieron a Cristo como su Salvador, es lo que indica el verbo gustar.
Fueron hechos participantes del espíritu: Esto hace referencia a los que fueron hechos recepción o morada del Espíritu.
Gustaron de la buena Palabra de Dios: Esto es de algún modo conocer la verdad iluminada por el Espíritu de gracia, que está en contraste con lo que venían haciendo en los rituales de la Ley.
Aunque la carta se dirige a cristianos, el término recayeron -y- sean renovados para arrepentimiento, no da la idea, o la posibilidad, de que se pueda dar una recaída en un creyente y se pierda, por la imposibilidad de ser renovados por un nuevo arrepentimiento. El que escribe, está presentando suposiciones hipotéticas o supuestos negados en el sentido, que si se da la posibilidad de recaer es imposible que sean renovados para Salvación porque para tal acción hay que proveerse de un nuevo sacrificio, llevando de nuevo a Jesús a la cruz del calvario.
El término recaer según el lenguaje del que escribe la hipótesis, da la idea de volver a estar en el estado de muerte en la que estaba antes de convertirse sin lugar de arrepentimiento. En un supuesto que el término recaer es relativo a la pérdida de Salvación, entonces es aplicado a quienes renegaron de la fe, y por tal acción quedaron destinados para el fuego eterno sin retribución alguna. Éste no es el lenguaje bíblico, donde presentan a un individuo después de ser salvo, errante en la tierra sin posibilidad de salvación.
Por esta causa, el término recaer según el lenguaje del que escribe, no es aplicado a quien por descuido tuvo un desliz, o por igual aquellos que premeditadamente cometieron un pecado, ya que al acudir al perdón por su arrepentimiento, al confesar su pecado y apartarse del mismo, volverán a la comunión con Dios.
Por otro lado, si el recaer tiene que ver con morir en el acto de pecado, entonces, ¿para qué la reprensión que hace el que escribe, al decir que es imposible sacrificar a Cristo de nuevo para arrepentimiento, si después de la muerte no hay posibilidad de Salvación? Esto indica, que el recaer tampoco hace referencia a los que mueren en pecado, siendo nacidos de nuevo.
Por esta razón, quien escribe hace referencia a posibilidades hipotéticas afirmando que el recaer no se da en la vida de un nacido de nuevo, iluminado por el Espíritu, indicando que los que reniegan de la verdad, apostatando de la fe, negando el sacrificio de Jesús, volviendo a los sacrificios y rituales de la Ley, sólo fueron meros espectadores y profesantes que no estaban convertidos al Evangelio, hasta el punto que son comparados con tierra donde no germino la semilla ( la Palabra) y por tal acción quedo reprobada bajo juicio y maldición.
“Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; 8pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada” Hebreos 6:7.8.
Lo otro que hay que tomar en cuenta es que la vida espiritual o la llamada vida eterna, no puede entrar en un hombre por segunda vez, ya que no hay una segunda oportunidad para tal acción, porque esa vida se dio por un sólo sacrificio, que se hizo una vez y para siempre (Hebreo 10:4.12). Igualmente, la muerte no puede entrar en un hombre por segunda vez porque esto se dio una sola vez en Adán. Por esto afirmamos que la proclamación que presenta el escritor a los Hebreos son suposiciones hipotéticas o supuestos negados, negando la posibilidad de que este acontecimiento le pase a uno que haya nacido de nuevo, y afirmando que quien reniegue de la fe y apostaten en contra de ella, son judíos no convertidos, meros profesantes, agentes nominales que estaban introducidos dentro de la Iglesia.
En resumen, la enseñanza aquí es sencilla: no es posible que un cristiano caiga de la gracia y pierda su Salvación, entrando por segunda vez en un estado de muerte para condenación y se mantenga errante, destinado para el infierno. No puede la muerte entrar por segunda vez en aquellos que han sido justificados por Cristo y que por causa de la justicia hayan obtenido la vida eterna. Reitero: todo lo que el escritor presenta son suposiciones hipotéticas o lo que es lo mismo, supuestos negados.
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>Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10:26.31.
Para comprensión del pasaje es necesario establecer a quienes se dirigen las palabras del autor. Sin lugar a dudas se reitera el mensaje a los creyentes como el caso del capítulo 6. En esta oportunidad se presenta el mismo mensaje con diferentes connotaciones en un lenguaje hipotético.
El pecado voluntario que menciona el escritor, está relacionado a volver a los ritos de la ley, sacrificando corderos en forma voluntaria después de haber tenido conocimiento a través de la Palabra, del verdadero cordero que ya fue inmolado una vez y para siempre.
El volver a estos sacrificios significa no haber tenido revelación e iluminación del Cristo como el único cordero acepto ante Dios como el sacrificio eterno y absoluto. El que escribe afirma que el que haga tal acción (el volver a los sacrificios de corderos según los rituales de la ley), es mero profesante nominal, que estuvo infiltrado en la Iglesia, y que por tal acción pone por inmunda la sangre del pacto eterno y pisotearía así al hijo de Dios, haciendo afrenta al Espíritu de Gracia.
El lenguaje del escritor nos indica con el verbo “conocer”, que se trata de uno que es devoto a la ley y fue vividor de ella, ya que afirma en su mensaje: “pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza yo daré el pago dice el Señor”.
Por otro lado, la frase: “Y otra vez el Señor Juzgará a su pueblo”, nos afirma con exactitud que se hace referencia a judíos no convertidos que apostatan de la verdad en cuanto a Cristo como el cordero, después de tener un conocimiento meramente intelectual para volver a los sacrificios y los rituales de la ley.
Por otro lado, la frase “Otra vez”, relacionada al juicio, no es consecuente con la Iglesia, ya que ella (la Iglesia) no ha pasado por ningún juicio de parte de Dios. Esto le da fuerza a lo antes dicho de que el escritor está haciendo referencia a judíos no convertidos, meros simpatizantes que estaban infiltrados en la Iglesia.
En conclusión acerca del tema de la pérdida de la Salvación, estos pasajes que estudiamos -extraídos del libro de los Hebreos- no se deben tomar como fundamento doctrinal para afirmar que un creyente puede perder la Salvación.
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> “2Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado…”. (Filipenses 2:12)
La oración “Ocupaos de vuestra salvación” que aparece en el pasaje, no da la idea de mantener la Salvación por obras, demarca la severa exhortación que el Apóstol Pablo le da a los creyentes a que se avoquen, trabajen, produzcan, para difundir el Evangelio como luminares del mundo dando testimonio de tal proclamación con palabras y con hechos.
El término que se utilizó del griego es: “Katergazomai” que es la forma enfática de “Ergazomai” que indica: trabajar, producir, llevar a cabo la obra encomendada como luminares en el mundo, en pro de la salvación que recibimos, para que otros sean beneficiados. Es un dar de gracia lo que de gracias recibimos.
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