EL AMOR ELEMENTO INDISPENSABLE PARA DESARROLLAR UN DON MINISTERIAL
EL AMOR ELEMENTO INDISPENSABLE PARA DESARROLLAR UN DON MINISTERIAL
Amor: Juan 21:15.17.
El poder y las fuerzas del Ministerio está en proporción directa en cuanto ames lo que Dios te llamó hacer. Nunca podrás declarar tu amor a Dios en lo absoluto si no amas sus propósitos, el que ama a Dios ama todo lo relacionado a Él. Así lo declara el Apóstol Pablo.
“Pablo, siervo de Jesucr
Amor: Juan 21:15.17.
El poder y las fuerzas del Ministerio está en proporción directa en cuanto ames lo que Dios te llamó hacer. Nunca podrás declarar tu amor a Dios en lo absoluto si no amas sus propósitos, el que ama a Dios ama todo lo relacionado a Él. Así lo declara el Apóstol Pablo.
“Pablo, siervo de Jesucr
isto, llamado a ser Apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el Apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;…” Romanos 1:1.5.
Hay tres cosas que debemos amar y vivir por ellas: Dios, El llamado que Dios nos hizo y el Objetivo del llamado que viene siendo la visión.
En Juan 21:15.17 Jesús presenta esta verdad confrontando la vida de uno de sus discípulos. En la pregunta que le hiciera Jesús a Pedro después de su resurrección, vemos las demandas de Dios en el amor por causa de su obra.
Jesús le preguntó a Pedro: “¿me amas?” Tomemos en cuenta que el verbo amar que aparece en el pasaje es “Agapan” un derivado del sustantivo “ágape”, que tiene que ver con el amor incondicional. Si estudiamos las características del sustantivo “Ágape” y sus derivados según lo escrito por el Apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios en su capítulo trece nos daremos cuenta las características de dicho amor que es lo que Dios demanda a un Ministro por causa de su obra.
Pablo nos presenta cinco características del amor de Dios, nos dice: Lo que el amor es, lo que el amor no es, lo que el amor hace, lo que el amor no hace, y lo que el amor no deja de ser. De estas estudiaremos algunas.
“El Amor es Sufrido” Soporta cualquier tipo de sufrimiento. El término sufrido del griego es “Makrotomia”. En sus valores indica que nada lo desajusta.
“El Amor es Benigno” Nunca obra en maldad. Del griego “chresteumai” término relacionado con el servicio, y entre sus características encierra la bondad, afabilidad, benevolencia, gentileza, cortesía, cordialidad, con la buena atención, con ser útil.
“El Amor todo lo espera” Está preparado en todo y para todo. El amor mantiene una esperanza hasta que toda posibilidad de tal resultado se ha desvanecido; es capaz de agotar todos los recursos con el fin de restaurar las cosas. El amor no se desespera.
“El Amor no busca lo suyo” Es directamente opuesto a la búsqueda de lo suyo, el amor está en total contraste al egoísmo, el amor no puede hallar su felicidad a expensas del daño o sufrimiento de otro, el amor motiva a buscar el bienestar de otro, aun a costa de trabajo, abnegación y sacrificio personal.
“El Amor todo lo soporta” Es resistente a todas las cosas. El término soportar del griego es: “Hupomenei” denota un término compuesto que indica: Quedarse bajo una gran carga y poder resistir. Es ser el fundamento donde descansa el peso de las mayores traiciones, desilusiones, difamaciones, aflicciones, persecuciones; incluyendo las mayores injusticias y no ser triturado ni afectado por ellas, sino resistirlas con la fuerza del amor sin que quede ningún tipo de resentimientos negativos.
Según estas características que se dan en el amor (Ágape) de Dios, sólo por ese amor podemos llevar a cabo un Ministerio y alcanzar su principal objetivo que es la visión.
Si las cosas no se hacen por amor entonces prevalece el egoísmo y como resultado quitaremos la mirada del objetivo de Dios, y nuestro mayor impulso será todo aquello que nos subleve el alma y nos desvíe de la visión que recibimos de Él.
Básicamente hay dos ángulos donde el hombre pone su mirada cuando hace las cosas sin amor. Que son: La fama y el Dinero. Y esto lo hace en busca de un estatus social. Sin amor, los motivos se corrompen, se desvían y se pierden los valores. Esto lo describe el Profeta Ezequiel y el Señor Jesús en uno de sus discursos.
“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas. Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida…” Ezequiel 34:1.10.
“De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Más al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor…” Juan 10:7.16
Hagamos un análisis de este pasaje para definir y hacer diferencia entre un pastor que pastorea con la ternura y el amor de Dios, y uno que pastorea por obtener beneficios o ganancias personales y que por ende es indolente.
>En tierra de palestina teníamos dos tipos de pastores. Primero estaba el pastor de oficio quien era contratado por el amo del rebaño y que devengaba un sueldo. A este es el que Jesús hace referencia como: El pastor extraño, el asalariado, el ladrón, salteador, hurtador, asesino, destructor; el que huye en medio del peligro.
No debemos pasar por alto una verdad que está centrada en el pasaje. En esta alegoría Jesús no está haciendo referencia al diablo como siempre lo han enseñado, su referencia es hecha por causa del liderazgo de esos tiempo, que estaba representado por los escribas, fariseos, y saduceos que en parte algunos de ellos pertenecían al sanedrín. Líderes que eran indolentes, que vivían y velaban más por el cargo, beneficios y el estatus social que tenían que por el pueblo que dirigían. Esta alegoría Jesús la presenta después de haber confrontado a los fariseos que se creían los únicos guía autorizados para ser dirigentes del pueblo según la ley de Moisés, en un altercado que tuvieron con Jesús por haber sanado a un ciego en el día de reposo. Juan 9:1.34.
Había el tipo de pastor que era dueño de su rebaño y que estaba dispuesto a perder la vida por él. A este es al que Jesús hace referencia como: El bueno, la puerta, el portero, el proveedor, el que da vida entregando su vida, el dueño del rebaño, el protector; catalogándose Él como uno de ellos. Todas estas características y virtudes sólo se dan en un pastor que es doliente del rebaño por causa del amor que siente por él.
Volviendo al pasaje de Juan, cuando Jesús le preguntó a Pedro “me amas” utilizando el verbo agapan Pedro le contestó “tú sabes que te amo”, pero con el verbo Phileo derivado de sustantivo Phile que entre sus características y valores tiene que ver con un mero sentimiento y afecto entrañable, es un sentir condicional. Tal amor (Phileo) no es suficiente ni fuerte para alcanzar un objetivo.
Según el texto en su original la tercera vez que Jesús le preguntó a Pedro “Me amas” el verbo que Jesús utilizó fue el utilizado por Pedro que es Phile que es relativo a un amor condicional. Pedro al observar que Jesús toma el verbo Phile demandándole el agapan. Él cargado de tristeza en su respuesta quiso decir algo así como: “tu sabes que no te agapan, tú sabes que te Phile, tú sabes todas las cosas”
El agapan sugiere en las dos primeras preguntas el amor que valora y estima. Es un amor desprendido dispuesto a servir cueste lo que nos cueste aun hasta perder la vida. Apocalipsis 12:11.
En Hechos 20:24 Pablo muestra el “agapan”, el amor incondicional.
Pablo dijo: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mi mismo, con tal y acabe mi carrera con gozo y el ministerio que recibí del señor Jesús”.
Cuando Jesús le pregunta a Pedro por tercera vez “me amas” con el verbo Phile, en la respuesta que Pedro le da, Jesús le hace la demanda al Apóstol: “si me agapan” no si me phile, “apacienta mis ovejas”
En el Ministerio se nos van a presentar momentos difíciles, duros, fuertes; que muchas veces nos van a dar ganas de abandonarlo todo, pero solamente el amor (agapan) que sintamos por Cristo y su obra incluyendo su Iglesia nos van a dar fuerza para avanzar y no retroceder. Solamente el amor que Jesús tenía por el Padre y la obra que le había encomendado le dieron fuerzas para soportar todos los sufrimientos que pasó desde Getsemaní hasta la cruz en todo su ser: Espíritu, alma y cuerpo. Tenemos el ejemplo de Pablo que da ciertas declaraciones de los padecimientos que tuvo que pasar por el Ministerio pero no se detuvo ni hubo un abandono.
Pablo afirma de estar: “náufrago en el mar de día y de noche, hambre, desnudez, mordido de serpiente, apedreado, flagelado por los judíos y los romanos, colgado por un muro, desvelo, despreciado de sus propios hermanos y de su propia nación, encarcelado, vituperado, metido en el cepo, dado por muerto”
“pero que sobre todas las cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó y por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada, nos podrá separar del amor de Dios, que es Cristo Jesús Señor nuestro”.
En conclusión necesitamos madurar en el amor para alcanzar la visión, no te olvides que el poder y la fuerza de un Ministerio está en proporción directa en cuanto amas lo que Dios te mandó e hacer.
E-mail: meejesussoberano77@hotmail.com /josebriceno77@hotmail.com/ josebricenoa77@gmail.com/www.reformafm.net
Busca los estudios en videos del Maestro: José N. Briceño A. por YOU TUBE
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Hay tres cosas que debemos amar y vivir por ellas: Dios, El llamado que Dios nos hizo y el Objetivo del llamado que viene siendo la visión.
En Juan 21:15.17 Jesús presenta esta verdad confrontando la vida de uno de sus discípulos. En la pregunta que le hiciera Jesús a Pedro después de su resurrección, vemos las demandas de Dios en el amor por causa de su obra.
Jesús le preguntó a Pedro: “¿me amas?” Tomemos en cuenta que el verbo amar que aparece en el pasaje es “Agapan” un derivado del sustantivo “ágape”, que tiene que ver con el amor incondicional. Si estudiamos las características del sustantivo “Ágape” y sus derivados según lo escrito por el Apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios en su capítulo trece nos daremos cuenta las características de dicho amor que es lo que Dios demanda a un Ministro por causa de su obra.
Pablo nos presenta cinco características del amor de Dios, nos dice: Lo que el amor es, lo que el amor no es, lo que el amor hace, lo que el amor no hace, y lo que el amor no deja de ser. De estas estudiaremos algunas.
“El Amor es Sufrido” Soporta cualquier tipo de sufrimiento. El término sufrido del griego es “Makrotomia”. En sus valores indica que nada lo desajusta.
“El Amor es Benigno” Nunca obra en maldad. Del griego “chresteumai” término relacionado con el servicio, y entre sus características encierra la bondad, afabilidad, benevolencia, gentileza, cortesía, cordialidad, con la buena atención, con ser útil.
“El Amor todo lo espera” Está preparado en todo y para todo. El amor mantiene una esperanza hasta que toda posibilidad de tal resultado se ha desvanecido; es capaz de agotar todos los recursos con el fin de restaurar las cosas. El amor no se desespera.
“El Amor no busca lo suyo” Es directamente opuesto a la búsqueda de lo suyo, el amor está en total contraste al egoísmo, el amor no puede hallar su felicidad a expensas del daño o sufrimiento de otro, el amor motiva a buscar el bienestar de otro, aun a costa de trabajo, abnegación y sacrificio personal.
“El Amor todo lo soporta” Es resistente a todas las cosas. El término soportar del griego es: “Hupomenei” denota un término compuesto que indica: Quedarse bajo una gran carga y poder resistir. Es ser el fundamento donde descansa el peso de las mayores traiciones, desilusiones, difamaciones, aflicciones, persecuciones; incluyendo las mayores injusticias y no ser triturado ni afectado por ellas, sino resistirlas con la fuerza del amor sin que quede ningún tipo de resentimientos negativos.
Según estas características que se dan en el amor (Ágape) de Dios, sólo por ese amor podemos llevar a cabo un Ministerio y alcanzar su principal objetivo que es la visión.
Si las cosas no se hacen por amor entonces prevalece el egoísmo y como resultado quitaremos la mirada del objetivo de Dios, y nuestro mayor impulso será todo aquello que nos subleve el alma y nos desvíe de la visión que recibimos de Él.
Básicamente hay dos ángulos donde el hombre pone su mirada cuando hace las cosas sin amor. Que son: La fama y el Dinero. Y esto lo hace en busca de un estatus social. Sin amor, los motivos se corrompen, se desvían y se pierden los valores. Esto lo describe el Profeta Ezequiel y el Señor Jesús en uno de sus discursos.
“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas. Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida…” Ezequiel 34:1.10.
“De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Más al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor…” Juan 10:7.16
Hagamos un análisis de este pasaje para definir y hacer diferencia entre un pastor que pastorea con la ternura y el amor de Dios, y uno que pastorea por obtener beneficios o ganancias personales y que por ende es indolente.
>En tierra de palestina teníamos dos tipos de pastores. Primero estaba el pastor de oficio quien era contratado por el amo del rebaño y que devengaba un sueldo. A este es el que Jesús hace referencia como: El pastor extraño, el asalariado, el ladrón, salteador, hurtador, asesino, destructor; el que huye en medio del peligro.
No debemos pasar por alto una verdad que está centrada en el pasaje. En esta alegoría Jesús no está haciendo referencia al diablo como siempre lo han enseñado, su referencia es hecha por causa del liderazgo de esos tiempo, que estaba representado por los escribas, fariseos, y saduceos que en parte algunos de ellos pertenecían al sanedrín. Líderes que eran indolentes, que vivían y velaban más por el cargo, beneficios y el estatus social que tenían que por el pueblo que dirigían. Esta alegoría Jesús la presenta después de haber confrontado a los fariseos que se creían los únicos guía autorizados para ser dirigentes del pueblo según la ley de Moisés, en un altercado que tuvieron con Jesús por haber sanado a un ciego en el día de reposo. Juan 9:1.34.
Había el tipo de pastor que era dueño de su rebaño y que estaba dispuesto a perder la vida por él. A este es al que Jesús hace referencia como: El bueno, la puerta, el portero, el proveedor, el que da vida entregando su vida, el dueño del rebaño, el protector; catalogándose Él como uno de ellos. Todas estas características y virtudes sólo se dan en un pastor que es doliente del rebaño por causa del amor que siente por él.
Volviendo al pasaje de Juan, cuando Jesús le preguntó a Pedro “me amas” utilizando el verbo agapan Pedro le contestó “tú sabes que te amo”, pero con el verbo Phileo derivado de sustantivo Phile que entre sus características y valores tiene que ver con un mero sentimiento y afecto entrañable, es un sentir condicional. Tal amor (Phileo) no es suficiente ni fuerte para alcanzar un objetivo.
Según el texto en su original la tercera vez que Jesús le preguntó a Pedro “Me amas” el verbo que Jesús utilizó fue el utilizado por Pedro que es Phile que es relativo a un amor condicional. Pedro al observar que Jesús toma el verbo Phile demandándole el agapan. Él cargado de tristeza en su respuesta quiso decir algo así como: “tu sabes que no te agapan, tú sabes que te Phile, tú sabes todas las cosas”
El agapan sugiere en las dos primeras preguntas el amor que valora y estima. Es un amor desprendido dispuesto a servir cueste lo que nos cueste aun hasta perder la vida. Apocalipsis 12:11.
En Hechos 20:24 Pablo muestra el “agapan”, el amor incondicional.
Pablo dijo: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mi mismo, con tal y acabe mi carrera con gozo y el ministerio que recibí del señor Jesús”.
Cuando Jesús le pregunta a Pedro por tercera vez “me amas” con el verbo Phile, en la respuesta que Pedro le da, Jesús le hace la demanda al Apóstol: “si me agapan” no si me phile, “apacienta mis ovejas”
En el Ministerio se nos van a presentar momentos difíciles, duros, fuertes; que muchas veces nos van a dar ganas de abandonarlo todo, pero solamente el amor (agapan) que sintamos por Cristo y su obra incluyendo su Iglesia nos van a dar fuerza para avanzar y no retroceder. Solamente el amor que Jesús tenía por el Padre y la obra que le había encomendado le dieron fuerzas para soportar todos los sufrimientos que pasó desde Getsemaní hasta la cruz en todo su ser: Espíritu, alma y cuerpo. Tenemos el ejemplo de Pablo que da ciertas declaraciones de los padecimientos que tuvo que pasar por el Ministerio pero no se detuvo ni hubo un abandono.
Pablo afirma de estar: “náufrago en el mar de día y de noche, hambre, desnudez, mordido de serpiente, apedreado, flagelado por los judíos y los romanos, colgado por un muro, desvelo, despreciado de sus propios hermanos y de su propia nación, encarcelado, vituperado, metido en el cepo, dado por muerto”
“pero que sobre todas las cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó y por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada, nos podrá separar del amor de Dios, que es Cristo Jesús Señor nuestro”.
En conclusión necesitamos madurar en el amor para alcanzar la visión, no te olvides que el poder y la fuerza de un Ministerio está en proporción directa en cuanto amas lo que Dios te mandó e hacer.
E-mail: meejesussoberano77@hotmail.com
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