JERARQUÍA DE LOS DEMONIOS

REFLEXIONES. POR EL
DR. MAESTRO: JOSE N. BRICENO A.

LA LEY DE VIDA EN CRISTO JESÚS, NOS HA LIBRADO DE LA LEY DEL PECADO Y DE LA MUERTE.

En el caso de esta pandemia llamada coronavirus que está sobre nuestra tierra tan amada por Dios, ni la ciencia, ni la religión, ni la medicina, ni la milicia, ni los políticos; han podido con ella. La única esperanza y solución que tenemos en contra de este mal es Dios. El Texto Sagrado dice: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” Romanos 8:11.

Esta es una gran bendición, que muchos en el seno de la congregación de los santos, no se han apropiado porque no la han entendido. Cuando leí y estudié este pasaje, pude ver la protección y cobertura que tenemos todos aquellos que hemos sido regenerado de la maldición de este mundo, maldición que vino por causa de la caída del hombre en el edén, entre ella la enfermedad.

El terminó vivificará que utilizó Pablo en el pasaje según la ilación del pensamiento, tiene una doble referencia, no solo se está refiriendo a la seguridad de nuestra resurrección cuando Cristo venga en el caso que hallamos muertos, sino también se aplica, a que el Espíritu Santo se encargará de mantener nuestros cuerpos sanos para que Dios cumpla su propósito en nosotros. Esto es corroborado en el verso 13 cuando dice, que si vivimos o nos conducimos conformo a los deseos de la carne, por causa del pecado en cualquier momento estamos propenso a morir, pero si le dedicamos nuestras vidas a Dios viviendo la vida del Espíritu viviremos para ÉL.

Comenzando el capítulo mencionado Pablo dijo, que la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Esto indica, que la herencia que recibimos de Dios en Cristo Jesús, que se relaciona con la ley de vida, nos garantiza la preservación mediante el Espíritu de nuestros cuerpos de todo lo que atente en contra de nuestra salud como parte de nuestra herencia. Es decir, todo lo que emane, venga, o sea por causa de la ley del pecado y de la muerte, no nos pertenece, y entre esas cosas esta la enfermedad.

Ahora, esto no es algo automático, esto no es soplar y hacer botella, esto tiene que ver con el cumplimiento de los principios del Reino Eterno. Como principio, hay que tomar en cuenta, que el Espíritu Santo no es un objeto el cual podemos utilizar a nuestro capricho y a nuestra merced, Él es una persona, y como tal debemos honrarlo, Él tiene mente voluntad emociones, se contrista, se le puede mentir, se puede tener comunión con ÉL, guía, dirige, enseña, redarguye; entre otras cosas.

Nunca la ley de vida en Cristo Jesús, se dará en nosotros, mientras estemos aliados a las tinieblas, si no se vive una vida conforme a la persona del Espíritu de Vida, en total entrega y consagración, jamás ÉL podrá manifestar su poder a favor nuestro, porque el vivir en el pecado aliado a las tinieblas, lo mantiene inoperante.

Fuimos llamados por Dios, a manifestar su carácter mediante el Espíritu que mora en nosotros, fuimos llamados a emanar su: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Solo así podemos ver y experimentar el poder del Espíritu Santo manifestado en nosotros a favor nuestro, y a favor de los que nos rodean. La morada y la presencia del Espíritu de vida en nosotros, es suficiente para inmunizar nuestros cuerpos en contra de cualquier enfermedad que toque nuestra humanidad, o de sanar y librarnos de cualquier virus, bacterias, parásitos, infección; que llegue a invadir nuestro cuerpo. Cualquiera que sea el caso, su presencia y manifestación en nosotros nos brinda seguridad.

Nunca se me olvida unas palabras que me dijo Henry Hinn, me dijo: “El Espíritu santo y tu son socios en los asuntos del Reino Eterno, pero nunca olvides, que ÉL es el socio mayoritario, ÉL es quien toma las decisiones, nosotros solo la asumimos, las obedecemos, y las ejecutamos, sin cuestionar, dudar, ni opinar”

Reitero, todas estas bendiciones se darán, en aquellos que han tenido una vivencia y un estilo de vida en comunión y en intimidad con el Espíritu. Esto no es para los que, en forma fortuita, ocasional, en momentos de conflictos vienen buscando ser beneficiados por ÉL, eso es un principio de prostitución, a una prostituta no le importa quien tu eres sino cuanto le vas a dar. Eso es lo que muchos hacen en casos de conflictos o tragedias, buscan al Espíritu interesados en sus beneficios, pero nunca les importó la persona del Espíritu, ni intimaron con ÉL.

Hay quienes han hecho de la inmoralidad sexual, del litigio, y de los resentimientos; un estilo de vida. Persona que en forma descarada en premeditación y en alevosía, hicieron planes deliberadamente para incurrir en el pecado. La vida en el Espíritu consagrados al conjunto de la divinidad, es un llamado muy serio, es un llamado continuo, un llamado que por nada y en ningún momento debemos abandonar, si por algún incidente llegaremos a fallar, debemos de levantarnos y nunca quedarnos sumergidos en el pecado. Mientras nosotros vivamos una vida consagrada al Espíritu Eterno, no habrá plaga que toque la morada del Espíritu que es nuestro cuerpo, aliado a las tinieblas estarás fuera del abrigo del Altísimo, desprovisto de la sombra del omnipotente. /// Bendiciones ///

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