PALABRA DE ILUMINACIÓN.

TEMA: MOTIVOS PARA VIVIR EN FE.

DR. MAESTRO: JOSE N. BRICENO A.

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         MOTIVOS PARA VIVIR EN FE.

a)      Es un llamado de Dios.

      El primer llamado que Dios nos hace, es el llamado a la salvación, el según es el llamado a la santidad, y el tercero entre otros es el llamado a vivir en fe, el llamado a la fe no es una sugerencia, es un mandamiento. Quien no atienda y entienda estos llamados, no califica para otro tipo de llamado. En la carta a los hebreos está registrado el vivir en fe como un llamado en forma imperativa y continua. Analicemos el pasaje.

      Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…”      hebreo 12:1.

     Como verdad circunstancial no debemos olvidar que la carta a los hebreos fue escrita a un grupo de judíos que abandonaron el judaísmo por causa del cristianismo, y que estaban sufriendo persecución por ser considerados herejes y blasfemos. Se corría el riesgo de que los judíos convertidos al cristianismo vieran dicha persecución como procedencia de Dios en castigo por el abandono de sus creencias y prácticas judías. Quien le escribe la carta, les insta a no abandonar la carrera que comenzaron, poniendo su mirada en aquel que fue vituperado, flagelado, condenado, y asesinado por su propio pueblo (los judíos), por causa de sus creencias que estaban en contraste con las tradiciones judías. Cabe destacar, que aunque esto fue escrito bajo una circunstancia específica, se debe tomar y aceptar como una verdad trascendental, en forma imperativa, como mandamiento a todo hijo de Dios cuya fe y fidelidad a Dios sea puesta a prueba por circunstancias adversas.

     En este pasaje, el escritor a los Hebreos nos insta a todo los cristianos a correr una carrera que se denomina: “La carrera de la fe”. Según la ilación del pensamiento -tomando como base el capítulo once, el que escribe nos visualiza en un gran estadio donde tenemos como espectadores a personajes que corrieron dicha carrera de la fe y que nos dan ánimo y testimonio, según su propia experiencia, de que sí se puede correr en fe, porque Dios es fiel a sus promesas.

     Hay quienes enseñan que esta “gran nube de testigos”, que nombra el capítulo doce, son: el mundo que nos rodea, y otros alegan que son los ángeles, negando que son los personajes nombrados en el capítulo once, alegando que los muertos no pueden ser testigos. Esta posición es totalmente desvirtuada, herrada, fuera del contexto bíblico por razones que voy a presentar a continuación:

      El término “Por tanto” que aparece en el comienzo del capítulo se conoce gramaticalmente como una preposición que indica una continuidad de lo que se venía diciendo, es un “por consiguiente”. El afirmar que la nube de testigo que se nombra en el capítulo es el mundo que nos rodea o los ángeles, quebranta el principio de interpretación denominado la “ilación del pensamiento”, ya que en el pasaje anterior no se hace mención del mundo ni de los ángeles.

 

       No debemos olvidar que quien escribe, está presentando a los testigos bajo una figura retórica denominada “apóstrofe”, que es cuando se le dan cualidades humanas a personas que no están presentes o que incluso ya han fallecido.

      “La gran nube de testigo” que presenta el escritor de los hebreos en el capítulo doce, no son meros observadores en la tribuna, curiosos por ver cómo nos desempeñamos; sino que son todos los “héroes de la fe” nombrados en el capítulo once, que están como espectadores animándonos a que corramos sin detenernos, ya que ellos corrieron la carrera y lograron sus objetivos por fe. Son aquellos cuyas vidas y acciones dieron testimonio del valor y efecto de la fe, y cuya fe queda registrada en la Escritura. El término testigo que utilizó el escritor para hacer referencia a dicho testigo es del griego martures que indica: uno que da testimonio mediante su muerte. Denota a uno que puede certificar o certifica aquello que ha visto u oído, o conoce. Es un grupo de valientes que estuvieron dispuestos a entregar la vida, para dar testimonio de su fe en los principios del reino eterno. Cabe destacar, que el pasaje dice, que Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Murieron en fe a favor nuestro, para que nosotros que corremos esta carrera si seamos testigo de las evidencias que se darán en fe. Esos testigos son héroes de la fe que nos instan a correr y no desmayar en medio de las situaciones adversas, porque la meta, que es Cristo, no nos defraudará ni nos fallará, cumpliendo a cabalidad sus bendiciones y promesas, la cuales están registradas en su Palabra y que las miramos con el cristal de la fe.

      Debemos tener en claro que correr “la carrera de la fe” no es una opción, sino que es nuestra única opción. Vivir en fe es absoluto para poder ver la gloria y la presencia de Dios manifestada en nuestras vidas. Jesús le dijo a Marta: “Si crees, verás mi gloria” (Juan 11:40), y en la carta a los Hebreos se describe este principio.  

     Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (en fe)”. (Hebreo 11:6)

     Vivir una vida en temores, dudas y ansiedades, es como vivir en las pasiones de la carne. Pablo dice que los que viven conforme a la carne no pueden agradar a Dios (Romanos 8:8), y el escritor de los Hebreos dice que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6); tanto el carnal como el incrédulo tienen un denominador común: que ninguno de los dos pueden agradar a Dios. Es tan letal y nocivo para la vida espiritual vivir en las pasiones pecaminosas como el vivir sin fe y dejarse arrastrar por los temores, dudas, y ansiedades, es como estar en desagrado de Dios. Estar en el desagrado de Dios es caminar en desgracia, es estar fuera del favor de Dios, es vivir de migajas, es caminar en las misericordias de Dios. Nosotros como hijos de Dios fuimos llamados a caminar y a gozar de la abundancia de Dios, y eso sólo es posible obtenerlo por fe.

     b) La fe es parte de la naturaleza de Dios. No vivir en fe es vivir en contra de lo que Él es.

     La carta a los Hebreos dice que Dios hizo el Universo por la Palabra, y que sustenta el Universo por la Palabra. En ambos casos el término griego que se utilizó fue “Rhema”, que indica una palabra dictaminada en fe.

     Por la fe entendemos haber sido constituido el Universo por Palabra (Rhema) de Dios…” (Hebreos 11:3).

     Igualmente dice: “Dios sustenta toda la cosa con la palabra (Rhema) de su poder” (Hebreos 11:3).

     El verbo “sustentar” que aparece en el pasaje, viene del griego “Fheron”, que indica: el acto de sostener como con el puño todas las cosas creadas, de forma que, si la suelta todo se volvería a la nada, todo sería un caos. La idea es dar a entender que aquel por medio del cual fueron creadas todas las cosas, es también el mismo por quien son conservadas, esto es: por una palabra creativa y sustentadora llena de fe; es decir, “sustentar” no sólo tiene que ver con la creación, sino con el mantenimiento de lo creado, y todo se da por fe. La verdad y el sentido del mensaje radica en que la creación y el sostenimiento de lo creado se dieron y se dan por un “dictamen de fe”.

      Por todo lo que hemos analizado desde el punto de vista etimológico, haciendo referencia al término “Rhema” y “Fheron”, Dios por naturaleza es fe. Por otra parte, Jesús hace referencia a la fe de Dios. Según las versiones modernas de la biblia, en Marcos 11:22, Jesús dijo: “Tened fe en Dios”; pero originalmente no se escribió así, el texto lo expresa de esta forma: “Tened la clase de fe que tiene Dios”.

      Hebreos 11:3 dice: “Dios hizo lo que se ve, de lo que no se veía”.

      El Apóstol Pablo en la carta a los Romanos alega, que “Dios llama a las cosas que no son, como si fuesen” (Romanos 4:17).

      Si tomamos en cuenta las características y los valores de estos textos, tendremos como indicativo sin lugar a dudas, que Dios por naturaleza es fe y opera en fe. Por otra parte, hay que entender que todas las demandas de Dios son hechos cumplidos en Él: debemos ser santos porque Él es santo; de la misma manera, debemos vivir en fe porque Dios es fe. No hay cosa que desagrade más a Dios que el que vivas dudando de Él. Juan dejo establecido, que el no creerle a Dios es alegar descaradamente que Él es un mentiroso. “…el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado…” (1ª Juan 5:10). El vivir sumergido en temores, dudas, ansiedades, preocupaciones, incertidumbres, en angustias, en desasosiegos, turbado; es un lenguaje que desde el punto de vista emocional y sentimental estamos llamando a Dios mentiroso.

     El no creerle a Dios, es entrar en el terreno satánico, el cual en forma sínica y desmedida con la respuesta que le dio a Eva en el huerto, llamo a Dios mentiroso. (Genesis. 3:1.4).  El Apóstol Juan dice que de Dios no procede la mentira” “…ninguna mentira procede de la verdad” (1ª Juan 2:21). y registra en sus escritos que satanás es el padre de la mentira. Jesús presentó esta verdad en uno de sus discursos, dijo: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. Juan.8:44.

       c) La fe en la Palabra es el complemento del Espíritu.

      Al decir que la fe en la Palabra es el complemento del Espíritu, nos referimos a que el Espíritu Santo sin una Palabra confesada en fe, no podrá llevar a cabo en nosotros su obra. La fe es complemento de la palabra, por igual la palabra es un complemento de la fe; pero la fe en la palabra es el complemento del Espíritu. Para mayor comprensión de esta verdad, estudiaremos los diferentes términos que se utilizaron en el griego para hacer referencia a la palabra en su uso particular.

      En el griego existen tres términos para hacer referencia a la Palabra” que son: Logos-Logion-Rhema. Pasemos a definirlos.

      Logos: Es el pensamiento de Dios, una declaración del conjunto de los pensamientos de Dios, un discurso, plática, dichos de instrucción, una palabra escrita, un testamento.

      Logion: La declaración divina directa de Dios a los profetas, reyes y sacerdotes. El contenido de la ley de Moisés. En su sentido más completo “Logion” es el Oráculo de Dios; la voz audible.

      Rhema: Es una palabra específica y determinante confesada en fe.

      Éste es el término que Pablo utilizó para hacer referencia a “La Espada del Espíritu”. Aquí la referencia no es a la biblia entera como tal, sino a una porción de la Palabra, que se me ha revelado en el espíritu e iluminado en el alma, y en un momento determinado -para librar una situación o un conflicto- la confieso en fe. Efesios 6:17.

      Observe que el pasaje dice: “La Espada del Espíritu”, indicando que nosotros sólo la confesamos en fe, pero quien la ejecuta es el Espíritu Santo, produciendo los resultados. Por esta razón afirmo que la fe en la Palabra es el complemento del Espíritu. Sólo la fe en la Palabra es lo que mueve al Espíritu. A Dios no lo mueven lágrimas de resignación o de impotencia, a Dios lo mueve la fe en su Palabra.

      La fe en una palabra que Dios dijo es tan determinante como complemento para la manifestación del Espíritu, que ni la condición de pecado en la que un individuo esté, detiene la manifestación de la unción cuando alguien deposita la fe en la palabra que dijo, Dios siempre honrará la fe de los oyentes en una palabra que alguien dijo independientemente sea su condición de vida. Moisés en desobediencia pero en fe, golpeo la roca y de ella emano agua, Dios honro la fe que un pueblo tuvo, Por esta causa ahora usted va a entender, por qué Dios usó grandemente a hombres en el ejercicio del Ministerio en la condición de pecado en la que estaban, hasta que el pecado fue expuesto la luz. 

      Hay un punto que debemos dejar muy detallado para evitar el “Fideísmo”, (rama de la Epistemología), el cual declara y afirma que: La Verdad tiene su fundamento en la fe, no la fe en la Verdad.

      Bajo esta creencia surgió el “Fideista”, que es la persona que deposita su fe en la fe. Su creencia no está depositada ni en la Verdad ni en la razón; sino en la fe. Esto es todo lo contrario a lo que enseñan las Escrituras. Es bueno haber aclarado este punto para evitar que se levanten Fideistas en nuestras congregaciones, que en vez de depositar su fe en la Verdad de la Palabra, la depositen en la fe de ellos o en la fe de otros. Hacer eso es quitarle el lugar que le corresponde a la Palabra como complemento de la fe, y es entrar en el campo de la herejía y de la apostasía.  

     d) La fe es una fuerza espiritual que nos mantiene firmes e inconmovibles ante los ataques, por muy fuertes que sean en la vida.

     El Apóstol Juan dice que nuestra fe en Dios es la que nos sostiene y nos mantiene para vencer al mundo. La fe en una Palabra que Dios haya decretado, es lo que nos hará inconmovibles ante los ataques del enemigo o las situaciones adversas que vienen en la vida. Jesús le dijo al tentador las tres veces que fue tentado: “Escrito está”. (por igual decir: así lo estableció y lo decretó mi padre) Reitero, es la fe en lo que está escrito, de lo que Dios decretó, dijo y estableció en su palabra lo que nos sostiene y nos sostendrá por toda la vida. La vida esta llana de circunstancias adversas y devastadoras, que serán como grandes desafíos, el cual nos llevaran a tomar grandes decisiones en la cual vamos a salir triunfantes es atreves de la fe, de no sufriríamos las más grandes derrotas.

      Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe…”.  1ª Juan 5:4.

      Pablo dijo: “El justo por la fe vivirá”. Lo que indica: “subsistirá, se mantendrá firme ante los ataques de la vida”.

      “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; más el justo por su fe vivirá”. Habacub. 2:4.

      “Más el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma”. Hebreos 10:38.

      Cuando estudiamos la vida de Job, nos podemos dar cuenta, que la fe en la credibilidad de Dios, fue lo que no lo dejo sumergirse en una derrota definitiva. Algunos historiadores y estudiosos de las escrituras, alegan que Job fue un personaje imaginario del cual se hizo un escrito en forma hipotética y alegórica, ya que en la realidad, no hay un ser que supere el estado en la cual supuestamente cayo. Un estado en lo cual abarca lo moral, al ser juzgado y censurado injusta mente por sus amigos. Lo social, ya que su estado de integridad fue puesto en dudas ante la comunidad. En lo financiero, ya que su economía fue afectada perdiendo todos sus bienes. En lo higiene ya que su salud fue golpeada por una horrenda enfermedad. Y en lo sentimental ya que como padre perdió a sus descendientes.

      Todos estos estados en la cual Job calló, lo debieron llevar a la más grande depresión, obsesión, decepción, obstinación; hasta irse al abandono, o al estado del suicidio, al intentar en contra de su propia vida. La fe en la integridad de Dios fue lo que lo sostuvo, y nunca decayó del estado espiritual, y en su alma desde el punto de vista emocional se sostuvo como viendo al invisible. En su más grande degradación dijo: “Yo sé que mi redentor vive, y es poderoso para levantarme aun de entre los muertos” 

     Si analizamos el testimonio del apóstol Pablo, indiscutiblemente sin lugar a dudas, fue la fe lo que lo sostuvo hasta lograr la encomienda que recibió del Eterno. Analicemos la lista que Pablo dejo asentado en las escrituras como parte de su testimonio.

     “Además de las afrentas, necesidades, persecuciones y angustias, azotes, cárceles, tumultos, trabajo, desvelos, ayunos, deshonra, mala fama de engañadores, Como moribundos más he aquí vivimos, como castigados, mas no muertos, "como entristecidos, más siempre gozosos", "como pobres, más enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada, más poseyéndolo todo; azotes sin números; en cárceles, en peligro de muerte muchas veces”.

     De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno; tres veces he sido azotado con vara; una vez apedreado; tres veces he sufrido naufragio..., un día y una noche he estado como náufrago en alta mar; en camino muchas veces, en peligro de ríos, peligro de ladrones, peligro de los de mi nación, peligro de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajos y en fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez, despreciado, perseguido, difamado, hecho como la escoria del mundo, el desecho de todos hasta hoy”

      =Pablo fue perseguido en Damasco.

      =Rechazado en Jerusalén

      =Olvidado en Tarso.

      =Apedreado en Listra.

      =Azotado, atacado y preso en Éfeso.

      =Expulsado en Tesalónica y en Verea.

      =Tomado como impostor en Atenas y en Corito.

      =Puesto en prisión en Jerusalén.

      =Acusado en Cesárea.

      =Víctima de naufragio en el viaje a Roma.

      =Mordido de serpiente en la Isla de Malta.

      =Preso injusta mente en Roma

      =Morir decapitado sin derecho a la defensa.

      =Él en lo personal afirma traer en su cuerpo las Marcas de Cristo. Gálatas. 6:17.

       El término “Marcas” usado en el pasaje es del griego “Stigma” que indica las impresiones que se hacen con un hierro candente. Es probable que el apóstol haga referencia a los sufrimientos físicos, ataques y persecuciones que había padecido en fe, por proclamar a Jesús como el Mesías y Señor en el desarrollo de su ministerio.

       Pablo estuvo en prisión por mucho tiempo, en un tipo de cárcel llamada las mazamorras, cárcel construidas en forma subterráneas, sin luz solar, sin un ambiente favorable de oxigenación adecuado para una buena respiración, por lo que causaban en la mayoría de los reos, un tipo de enfermedad pulmonar que les producía paro respiratorio, otros padecían de lepras. Bajo esa condición, Pablo escribió sus epístolas (cartas) a muchas de las iglesias que se habían formado en todo el Imperio Romano. Estas cartas nos enseñan muchos de los fundamentos de la doctrina cristiana, y forman una gran parte del Nuevo testamento. Todo lo hiso además del amor, por fe, en la convicción que tenía en las verdades del reino eterno, estaba tan persuadidos, que hubo tres cosas que no dejo de hacer en su momento de prisión.

      >Primero, nunca dejo de orar, era continuo en la oración. (2 Timoteo. 1: 3).

      >Nunca dejo de estudiar el texto sagrado. (2 Timoteo. 4:13)

      >Nunca dejo de escribir. Baria de sus cartas que componen el canon del Nuevo Testamento, las escribió desde la cárcel, y todo lo hizo en fe. La fe, fue para el apóstol una fuerza que lo hizo inconmovible ante las adversidades, que le presentó la vida, o en el peor de los casos, que le produjo las tinieblas.

       No fue fácil para el resto de los Discípulos que algunos fueron confinados en una isla, (Juan) otros fueron crucificado boca abajo, (Pedro) otros fueron lapidados. (Esteban) y pare usted de contar. A continuación, voy a presentar una reseña según la historia de la muerte de los discípulos.

 Mateo. Sufrió el martirio en Etiopía, murió por una herida de espada.

 Marcos. Aunque no fue apóstol de Jesús entre los doce, siendo un escritor de uno de los evangelios, también entregó su vida por Jesús. Murió en Alejandría, Egipto, después de haber sido arrastrado por caballos por las calles hasta morir.

Lucas. Por igual, no estuvo entre los apóstoles de Jesús, fue un historiador, medico en sus tiempos, compañero de milicia del apóstol Pablo, entrego su vida por la causa. Fue ahorcado en Grecia como consecuencia de su tremenda predicación a los perdidos.

Juan. Enfrento el martirio cuando fue puesto en una enorme paila con aceite hirviendo, durante la ola de persecución en Roma. Sin embargo, fue librado milagrosamente de la muerte. Pero fue condenado a vivir en una isla de minas llamada Patmos. Él recibió y escribió la Revelación de Jesucristo, el libro profético de Apocalipsis en esta isla. Luego fue liberado y regresó más tarde para servir como obispo de Edesa, en la actual Turquía. Murió viejo y lleno de amor por Jesús, es el único apóstol que murió de muerte natural y en paz, aunque con las secuelas de su martirio en aceite hirviendo.

Pedro. Él fue crucificado de cabeza en una cruz en forma de X. Según la tradición de la iglesia, esto sucedió porque él les dijo a sus torturadores que se sentía indigno de morir de la misma manera que Jesucristo había muerto.

Santiago. El líder de la iglesia en Jerusalén, fue arrojado de cien metros de altura, desde el pináculo sureste del templo, cuando se negó a renegar de su fe en Cristo. Cuando descubrieron que sobrevivió a la caída, sus enemigos lo golpearon hasta matarlo. Este fue el mismo pináculo donde Satanás había llevado a Jesús durante la tentación.

Santiago el Grande. Hijo de Zebedeo, era de oficio pescador cuando Jesús lo llamó a una vida de ministerio y predicación. Por ser un cristiano de influencia en la iglesia de los primeros cristianos, Santiago fue decapitado en Jerusalén. El oficial romano que vigilaba a Santiago, miraba asombrado como Santiago defendió su fe en Jesús durante su juicio. Más tarde, este oficial caminaba junto a Santiago al lugar de la ejecución. Impactado por la convicción de Santiago, este soldado romano declaró su nueva fe a Cristo ante el juez, y se arrodilló junto a Santiago para aceptar la decapitación como castigo por seguir las creencias de Santiago.

Bartolomé.También conocido como Natanael, fue misionero en Asia. Fue pregonero de nuestro Señor Jesucristo en la actual Turquía. Bartolomé fue martirizado por su predicación en Armenia, donde fue desollado a muerte por un látigo.

Andrés.Él fue crucificado en una cruz en forma de X en Patras, Grecia. Después de haber sido azotado severamente por siete soldados, que ataron su cuerpo a la cruz con cuerdas para prolongar su agonía. Sus seguidores informaron que cuando fue llevado a la cruz, Andrés la saludó con estas palabras: “Durante mucho tiempo he deseado y esperado esta hora feliz. La cruz nos evoca inequívocamente el cuerpo de Cristo colgado en ella. Andrés continuó predicando a sus verdugos por dos días hasta que expiró.

Judas. Fue muerto a flechazos cuando se negó a renegar de su fe en Cristo.

Matías.El apóstol elegido para sustituir al traidor Judas iscariote fue apedreado y luego decapitado.

Tomas. Fue atravesado por una lanza en la India durante uno de sus viajes misioneros para establecer la iglesia de Cristo en esa región.

     Por igual no va a ser fácil para nosotros, de una u otra forma vamos a ser atacados, pero toma en cuenta estas palabras en fe: “Si Dios es por nosotros quien contra nosotros” “Mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo”.

     Alguien dijo, que cuando las cosas van tan bien en el ministerio, es porque algo estamos haciendo mal. Porque no existe ni ha existido un ministerio que esté afectando las tinieblas sin tener oposición. Debemos tener cuidado, de que sin darnos cuenta estemos ejerciendo un ministerio sin ser llamado por Dios, o que estemos ocupándonos de la obra de Dios sin hacer su voluntad, porque sería lo mismo que el estar aliado a las tinieblas. Dios no nos ofrece un camino fácil, pero si una llegada segura.

      Por muy difícil que sea la tarea no te detengas. Siempre he dicho que el problema no es el problema en sí, sino como vemos el problema. Cuando el rey Saúl vio a Goliat, dijo: “Este hombre es tan grande que es imposible tumbarlo” Pero cuando David miró a Goliat, dijo: “Este hombre es tan grande que no lo voy a pelar con la piedra que le voy a tirar”.

      Acuérdate el Ministerio es para los vencedores. Jesús dijo:   El Reino de los cielos sufre violencia y solo los violentos (y los que superan esa violencia) lo arrebatan”. Mateo 11:12.

     Cuando fui ordenado al Ministerio se me acercó un anciano con más de 50 años en el Ministerio y me dijo: “José avanza y acuérdate de algo hijo, delante de ti va Dios, pero detrás de ti va el diablo. Él va a tratar de hacer oposición, pero no te preocupes Dios lleva la delantera”.

     De mi parte siempre he dicho Dios no te ofrece en el Ministerio un camino fácil, pero si una llagada segura. Ten en cuenta que el los llamados que Dios hace son considerado como grandes retos grandes desafíos, que solo los podemos librar es por fe.

     e) La fe está entre las armas que Dios le dio al creyente y es la de mayor utilidad. Es vital para las demás armas y de ella dependen las funciones de las otras. 

     Cuando analizamos el capítulo seis de la carta que el apóstol Pablo escribe a los Efesios -haciendo referencia a las armas-, en el aspecto gramatical nos podemos dar cuenta que de la fe depende las función de las demás armas, y esto se puede entender tomando en cuenta el término “Sobre todo”. Esto indica que no hacer de la fe un estilo de vida, es vivir desprovisto de la fe como arma, y a su vez, es neutralizar las funciones de las demás.

     “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe…”. (Efesios 6:13.16)

     f) Vivir en fe es hacer de Dios la única fuente de provisión, y esto indica darle a Dios la preeminencia.

     Darle a Dios el primer lugar en nuestras vidas es la máxima expresión de fe que podamos tener ante Su presencia. En nuestra vida de fe, Dios debe ocupar el primer lugar. En oportunidades acudimos a Dios cuando hemos agotado todos los recursos y no vemos resultados; y Él, por misericordia, nos atiende y nos auxilia. Esto se dio en el caso de la mujer del flujo de sangre, que por ignorar y no conocer a Jesús, se desvió de la fuente y buscó otras opciones que le llevaron a gastar todo lo que tenía, al ver el fracaso, como última instancia, acudió a Jesús. En nuestro caso es muy diferente, nosotros tenemos a Jesús, conocemos a Dios, somos templo del Espíritu Santo, entonces ¿por qué dejar a la Deidad en segundo lugar o como última opción?

     “Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote”. (Marcos 5:25.29).

     Debemos conocer claramente la diferencia que existe entre la fuente y el medio.

     La Fuente es de donde proceden todos nuestros recursos, es lo que suple y cubre todas nuestras necesidades.

     La Fuente es de donde emanan las cosas, es de donde se deriva todo lo creado, y de donde proviene toda la existencia. Es la misma sustancia.

     La Fuente es lo absoluto, lo verdadero, lo que no cambia, no mengua, no falla, no se devalúa, lo inefable, lo ilimitado, es lo que se mantiene en sí mismo, es lo independiente y autosuficiente.

     Si estas verdades las llevamos a nuestras creencias, nuestra fuente es, y debería ser Dios. Nadie debe ocupar su lugar.

     El Medio es el elemento o canal que Dios usa para bendecirnos, y que está sujeto a cambios. En naturaleza es todo lo contrario a la fuente.

     Jesús en una de sus enseñanzas ilustró y mantuvo esta verdad, exhortando y reprendiendo a sus discípulos acerca del afán y la ansiedad, porque con dichas acciones estaban negando en lo absoluto el que ellos estuvieran haciendo de Dios su única fuente. El término “Afán” que aparece en el pasaje que a continuación vamos a estudiar, proviene del griego “Merimnao” que indica: ansioso, perturbado, congojado; que en su más amplio mensaje encierra: extremadamente preocupado.

      “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?  Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán…” (Mateo 6:25.34)

     Debemos observar que el término: “Hombres de poca fe” que aparece en el pasaje, está antes y después del término “No os afanéis”, indicando la fuerte reprensión que Jesús hace a sus discípulos por el afán; y a su vez demostrando el contraste excesivo que hay entre la fe y el afán.

      Lo otro que debemos tomar en cuenta es, que lo expresado por Jesús cuando dijo: “Porque los gentiles buscan todas estas cosas”, está en total contraste a lo que un participante del Reino debería hacer. Toda persona aliada al Reino Eterno debería buscar primeramente los beneficios del Reino, y entender por fe, que todas las demás cosas le vendrán por añadidura, porque él es parte del Reino.

      Otra observación es que el término “gentiles”, en su mayoría se utiliza en las Escrituras para hacer referencia a los paganos e incrédulos y perversos, gente que estaba ajena al Reino, que no tenían relación con El, ni tienen su mentalidad en el Reino de Dios. El mensaje y la reprensión de Jesús a sus discípulos está, en que como miembros del Reino, no deberían dejarse dominar por el afán, sino deberíamos en una actitud de fe ocuparse del Reino.

      Entre las inclinaciones más comunes que asedian a los seres humanos está el afán, que consiste en un estado de agitación y perturbación de la mente que no encuentra reposo y que se constituye en una fuente de todo tipo de temor, duda, incredulidad y ansiedad, desasosiego.

      En la interrogante que Jesús hizo cuando expresó: “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestir?”, en escala de valores quiso dar a entender que todas las cosas que Dios creó, las hizo por causa del hombre, no hizo al hombre por causa de las cosas. Dios no hizo Adán en un desierto y después le hizo la provisión. Dios hizo la provisión pensando en el hombre, indicando que para Dios el hombre es de mayor valor que las demás cosas creadas. El hombre es la corona de la creación.

      Cuando nos centramos en esta verdad que está implícita en el mensaje de Jesús, no hay lugar para el afán. Entenderemos que por la fe, podemos descansar en el cuidado de Dios que es nuestra fuente. El Apóstol Pedro entendió esta verdad y lo dejó plasmado en las Escrituras cuando dijo: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”. 1ª Pedro 5:7.

     El Rey David hizo de Dios su fuente. A pesar de que estaba en una dispensación diferente a la nuestra y en una posición espiritual caída, con toda seguridad, en una mentalidad de Reino, expresó: “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan” (Salmo 37:25). Aprendamos esta verdad y nunca renunciemos a ella: No le demos a Dios el segundo lugar, no lo tengamos como nuestra segunda opción. Él, como la fuente, debe ser nuestra única opción.

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