LA FUENTE DE LA AUTORIDAD- LA MAXIMA AUTORIDAD- Y LA MAXIMA REPRESENTACION DE LA AUTORIDAD

LA FUENTE DE LA AUTORIDAD- LA MAXIMA AUTORIDAD- Y LA MAXIMA REPRESENTACION DE LA AUTORIDAD.

¿Quién es la fuente de la autoridad? 

Según Juan 19:10.11, la autoridad está en Dios y es delegada a los hombres. Jesús le dijo a Pilato: “…ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba;…”

La autoridad en Dios es inherente y absoluta. Él es el autor de la autoridad, Dios es autoridad, la autoridad es parte de su naturaleza.

¿Por qué Dios es la fuente de la autoridad?

El tratar de explicar el ser de Dios es algo inconcebible, inexplicable, abstracto. El ¿Quién hizo a Dios? Es una pregunta llena de necedad, porque se basa en la falsa suposición de que Dios viene de alguna parte y ésta suposición te lleva a otra pregunta ¿De qué parte viene? La respuesta es, que esta pregunta ni siquiera tiene sentido. Es como preguntar “¿A qué huele el azul?” El azul no está en la categoría de las cosas que tienen olor, así que la pregunta en sí misma es defectuosa y necia. De la misma manera, Dios no está en la categoría de las cosas que son creadas, o llegan a existir, o son causadas. Dios no tiene causa ni procedencia de creación, Él simplemente Es ¿Cómo sabemos esto? Bien, sabemos que de la nada, nada procede. Así que si alguna vez hubo un tiempo en que no existía absolutamente nada, entonces nada hubiera podido existir. Pero las cosas existen. Por lo tanto, puesto que nunca pudo haber habido absolutamente nada de la nada, algo tuvo que haber, ser, o estar siempre antes de la nada, para que de la nada en su ser del ser hacer las cosas que existen. Este ser que ha sido y ha estado por la eternidad es a quien llamamos Dios.

En lo científico, es imposible estudiar a Dios, Él es abstracto, es un ser que no se puede meter en un cubo de ensayo y analizarlo por completo en forma absoluta. La teología nos da algunos indicios muy minúsculos, pequeños destellos de información de la naturaleza de Dios, de sus propiedades o virtudes, de sus obras, sus nombres redentivos y calificativos; dejándonos ver parte de su grandeza.

Según Éxodo 3:14, Dios es absoluto en todas las cosas incluyendo la autoridad. Pasemos a analizar el pasaje.

En el texto antes mencionado, Dios le dijo a Moisés “YO SOY EL QUE SOY”

El término “YO SOY”- en el aspecto etimológico- encierra características y valores que son absolutos y propios del ser a quien se le atribuye.

“YO SOY” indica “SER”, del hebreo “HAYAH”. Entre sus características y valores, determina la existencia abstracta que interpretado significa: “Existir por sí mismo, permanecer en uno mismo”, mostrando a quien se le atribuye el término, un gozar de absoluta independencia”

Cuando Dios le dijo a Moisés: “YO SOY ME ENVIÓ A VOSOTROS” lo que quiso decir fue: “Dile a ellos, que el que existe por sí mismo, permanece en él mismo y no depende de nadie, te está enviando”

Cuando analizamos el término “JIREH”, como nombre compuesto de Dios en su única y absoluta característica, significa: “EL QUE SE PROVEE”, determinando lo absoluto de Dios, indicando que Él no queda desprovisto del favor de nadie (Génesis.22:14). Él es independiente, autosuficiente, de Él dependen y proceden todas las cosas, Él es la sustancia misma del universo y de todo lo creado. (Hebreos1:3).

En Juan 5:26, se reflejan las características del gran “Yo soy”. Jesús dijo: “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo,…”

Alguien dijo una hipérbole al tratar de explicar este texto: “Dios tiene tanto poder que pudo haberse hecho Él mismo”.

Hay tres causas por las cual debo aceptar a Dios:

a) Por lo que Él es: Que indica su naturaleza
b) Por lo que Él ha dicho: Que indica su palabra y la integridad en ella.
c) Por lo que Él ha hecho: Que indica su obra.

Pero debemos tomar en cuenta una verdad: aunque Dios no haya hecho nada en nosotros, es suficiente que Él lo “Sea” y que Él lo haya “Dicho”.

Su autoridad en lo que Él “Es”, y en lo que Él ha “Establecido”, es una garantía absoluta para confiar en Él.

Job entendió lo absoluto de Dios en su autoridad, aún en los momentos más difíciles, donde no veía resultados positivos expresó: “…aunque Él me mate, en Él espero, yo sé que mi redentor vive”. (Job.19:25).

Nunca olvides esta verdad: “Cuestionar, dudar, y opinar la naturaleza de Dios en lo que “Él Es”, y su palabra en lo que “Él ha Establecido”, es quebrantar el principio más grande de autoridad”.

Ante una palabra que recibas de Dios - por causa de la autoridad intrínseca que hay en ella, por lo que Dios es, y por lo que Dios ha dicho - nunca opines, ni dudes, ni cuestiones, sólo cree.

Nota: Por todos estos valores y características que están inherentes en el “YO SOY”, debemos aceptar que Él es absoluto y es la fuente de todo y en todas las cosas, incluyendo la autoridad.

¿Quién es la máxima autoridad .

La máxima autoridad en la Iglesia es el Espíritu Santo. Él es quien toma y debe tomar las decisiones en la Iglesia en una forma colectiva y en el creyente a nivel personal.

Nunca los discípulos en una forma personal, ni en la Iglesia en una forma colectiva, tomaron decisiones sin consultar al Espíritu Santo.

Debemos tomar en cuenta que el Espíritu Santo es una persona: tiene mente, voluntad, convence, investiga, revela, enseña, escudriña, redarguye, testifica, intercede, da órdenes, dirige, guía, ayuda, consuela, se apaga, se le puede mentir, se puede blasfemar en contra de Él y se contrista, se puede tener comunión con Él.

Tomando en cuenta estas verdades, debemos tratar al Espíritu Santo como lo que Él es: como una persona.

Tomar decisiones - aún en lo personal - sin consultar con el Espíritu Santo, es desaprobar su personalidad y además es desautorizarlo por completo en nuestras vidas.

El Espíritu Santo es la máxima autoridad en la Iglesia y en el creyente en lo personal; no tomarlo en cuenta en las funciones que viene a desarrollar en nosotros, sería lo mismo, que no aceptar que Él es la máxima autoridad, y esto rompe con un principio de autoridad, y así no ejercemos autoridad.

Toma en cuenta que en todo lo que emprendamos, debemos consultar con el Espíritu Santo, tenemos una sociedad con Él y no debemos romperla.

En una ocasión Henry Hinn personalmente me dijo: “El Espíritu Santo y tú son socios, pero Él es el socio mayoritario. Si quieres tener éxito en todo lo que emprendas, nunca rompas tu sociedad con el Espíritu, no lo desautorices en nada; recuerda que Él tiene las mayores acciones en el Reino, y como tal es quien da las órdenes, nosotros sólo obedecemos; Él es la máxima autoridad donde te encuentres”.

Estas palabras las he tomado en cuenta y me han traído muy buenos resultados, dándome el éxito en todo lo que emprendo; nada hago sin consultar a la persona del Espíritu Santo, Él es mi guía, marca mi dirección y asegura mi destino.

A continuación transcribo algunos pasajes que presentan a la persona del Espíritu Santo tomando decisiones en lo personal en la vida de los Discípulos, y en la Iglesia en forma colectiva.

Hechos 5:32, “y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo…”
Hechos 8:29, “y el Espíritu dijo a Felipe: acércate y júntate a ese carro”

Hechos 10:19, “y mientras Pedro pensaba en la visión le dijo el Espíritu: he aquí, tres hombres te buscan”

Hechos 11:12, “ y el Espíritu me dijo:( hablando Pedro) que fuese con ellos”

Hechos 13:2, “ministrando estos al Señor, y ayunando dijo el Espíritu Santo…”

Hechos 13:4, “ellos, entonces, enviados por el Espíritu…”

Hechos 15:28, “porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros…”

Hechos 16:6, “y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia;…”

Hechos 16:7, “y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se los permitió…”

Hechos 20:23, “salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo…”

Hechos 20:28, “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispo, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su propia sangre.”

Hechos 21:4, “y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu…”
Hechos.21:11 “… y atándose los pies y las manos dijo: esto dice el Espíritu Santo…”

Romanos 8:14, “porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios...”

Romanos 8:16, “el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”

Romanos 8:26, “y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades…”

Apocalipsis 2:7, “el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a la iglesia”

Nota: Según todos estos textos, el Espíritu Santo era quien tomaba las decisiones en forma personal y en la Iglesia de manera colectiva, indicando que Él es la máxima autoridad.

¿Quién es la máxima representación de la autoridad de Dios?

Todo aquel que ha sido constituido por Dios o por las autoridades competentes.
En el caso de la Iglesia como institución, la máxima representación de la autoridad son los que Dios ha constituido y les ha conferido un don Ministerial.

Hebreos 13:17 dice: “Obedeced a vuestros pastores (líderes según el texto original) y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta,…”

Según Apocalipsis capítulos 2 y 3, las cartas fueron enviadas a 1as Iglesias que estaban en Asia, pero fueron dirigidas al ángel de la Iglesia como la máxima representación de la Autoridad de Dios en la Iglesia.

Desde el punto de vista etimológico podemos demostrar que el que posee un don Ministerial recibe todo el respaldo de Dios en su autoridad para ejercer el don sin intermediarios. Esto lo observamos y entendemos cuando analizamos las características y los valores del don Ministerial.

El término Don para referirse al Ministerio es “Domata”, que es el plural del singular “Doma”.

El Doma: Es una naturaleza adquirida por Dios, y en este don está incluida la misma naturaleza de Dios para ejercer el don. Por esta causa podemos entender y aceptar ciertas características y valores que son propiedades del don.

EI que posee este don (Doma) tiene la habilidad y la capacidad de guiarse a sí mismo y de guiar a otros (en las directrices que recibe de Dios) ya que tiene una relación directa con Él por causa del don. Es decir, un hombre que haya recibido de Dios dicho don no debe ser dirigido por ningún tipo de organización, federación, concilio, directiva o Iglesia; ya que recibe un poder absoluto y está bajo la cobertura y dirección de Dios.

Por esta razón, el modelo Bíblico del gobierno de la Iglesia, es netamente Teocrático.
> No es Autocrático: porque no es un hombre el que se dirige a sí mismo y se gobierna por sí solo.

> No es Democrático: porque no es el pueblo el que se dirige a sí mismo o se auto gobierna.
> Es Teocrático: porque es Dios dirigiendo y gobernando a través de hombres llenos del Espíritu Santo, con un llamado, una pasión, una misión y una visión.

Es por ello que alegamos que los Ministerios que Dios ha constituido como Domata representan la Autoridad de Dios en la Iglesia.

OBSERVACIÓN

> Sabemos que Dios es la fuente de la autoridad.

> Sabemos que el Espíritu Santo es la máxima autoridad en la Iglesia.

> Sabemos que los hombres que Dios ha constituido como Ministros y como el gobierno de la Iglesia son la máxima representación de la autoridad de Dios en el sistema del Reino.

También debemos tomar en cuenta, y tener muy en claro que rebelarse a uno de estos hombres es rebelarse al Espíritu Santo en forma directa, y rebelarse al Espíritu Santo es rebelarse en contra de Dios. Hechos 5:1.11.

La autoridad que Dios delega a un hombre para un cargo específico es tan determinante que Dios nunca va a pasar por alto la autoridad que ha delegado a uno de estos hombres aunque estén equivocados.
Dios no nos hará responsables por la obediencia equivocada, sino al contrario, hará responsable a la autoridad delegada por su acción errónea, pero nosotros seremos galardonados por la obediencia a ellos.

Si tu líder, en un supuesto, te da una orden equivocada pero en su demanda no quebranta ningún principio Bíblico, ni quebranta la moral, ni la ética; no tendrás ningún problema delante de Dios en el presente ni en el día del juicio por causa de haber obedecido a una orden equivocada del líder. Él será juzgado y reprendido por Dios por abusar de la autoridad, más tú serás premiado por tu obediencia a la autoridad que Dios ha delegado en él.

Cuando Moisés se casó con la mujer cusita (descendiente de Cam), Aarón y María - hermanos de Moisés - murmuraron en contra de él, conducta que desagradó a Dios. Ellos tenían sus razones para hacerlo pero no tenían autoridad ni derecho de parte de Dios; eso era problema de Dios con Moisés, que tenía que resolver en lo personal. Aron y María tenían que mantenerse al margen, lo único que podían y debían hacer era corregirlo no murmurar.

En lo personal aprendí un principio en cuanto a mis líderes y sus errores:

“Un buen discípulo es aquel que aprende aún hasta de los errores de su maestro, pero nunca lo difama, lo critica, lo ataca, ni lo persigue”.

El caso de David es un ejemplo a seguir, no se atrevió a poner las manos en contra del ungido de Dios, independientemente de cuál fuera su conducta.

David sabía que Saúl estaba totalmente equivocado y desubicado, pero no se atrevió a rebelarse en contra del ungido de Dios, hasta el punto que expresó: “…Guárdame Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová” 1ª Samuel 26:9.11.

Para David tenía tanto valor la autoridad delegada en un hombre escogido por Dios, que el simple hecho de haber cortado la orilla del manto del rey Saúl, lo consideró un acto de rebeldía, hasta el punto que se turbó en su corazón por haber hecho tal cosa. 1ª Samuel 24:4.6.

“…y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él;...” 1ª Samuel 24:4.6.

En una segunda oportunidad, David se acercó a Saúl pero esta vez sólo tocó cosas que estaban aparte del cuerpo de Saúl, no algo que estuviera sobre su cuerpo. En esta ocasión se llevó la lanza y la vasija del agua que estaban en la cabecera de Saúl. David fue más cuidadoso al dirigirse al ungido de Jehová, para no atentar en contra de la autoridad.

“…Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? …guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos” 1ª Samuel 26:9.11.


Es lamentable decirlo, pero en estos tiempos, tenemos el tipo de persona que no se lleva lo que tienes en la cabecera, sino que te quieren arrancar la cabeza.

Pablo en una ocasión pidió perdón por la forma atrevida en la que se dirigió al Sumo Sacerdote. Él conocía muy bien los principios de autoridad, hasta el punto que citó la Escritura para salvaguardarse en el principio de autoridad que había quebrantado.
“Pablo dijo: no sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo”. (Hechos 23:5).

“No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo” (Éxodo.22:28). Algunas versiones dicen: “A los que gobiernan tu nación”

Igualmente, podemos mencionar la actitud que tomó el arcángel Miguel contra Satanás. Miguel conocía lo que es autoridad y no se atrevió a proferir juicio de maldición. (2ª Pedro 2:10.11, Judas 9)

A Satanás, siendo Lucifer, Dios lo colocó como la máxima representación de su autoridad entre las huestes angelicales; Miguel como arcángel, conociendo los principios de autoridad, con todo y que Satanás es un ser caído y por causa de su caída había perdido toda autoridad, evitó caer en el terreno de maldición, de condenación, al proferir juicio contra Satanás y acudió a la autoridad de Dios y dijo “que el Señor te reprenda”. Judas.9.

Si analizamos el contexto anterior y el subsiguiente de Judas 9, nos daremos cuenta de que el escritor viene desarrollando un tema que tiene que ver con el rechazo de la autoridad establecida, tomando como ejemplo en el aspecto negativo a las ciudades de Sodoma y Gomorra, comparándolas con Caín, Balaán y Coré, cuyos personajes cometieron actos de rebeldía.

En contraste a esa rebeldía, pone como ejemplo al arcángel Miguel que fue prudente en el momento que fue confrontado por un ser que en un tiempo fue su autoridad, no tomo decisiones a la ligera sino que acudió a quien tenía toda la autoridad, esto es, Dios para así cumplir con los principios y mantenerse al margen. 2ª Pedro.2:10.11.

“…no obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.” Judas: 8,12.

Otros de los grandes ejemplos que tenemos referente a la autoridad lo está en el caso de Moisés, Aarón y Hur. Dice la Biblia que hubo un momento de guerra y cuando Moisés levantaba la mano el pueblo prevalecía y viceversa. Viendo esto, Aarón y Hur buscaron una piedra para que él se sentase y se afirmase, luego le levantaron los brazos. Si observamos bien el pasaje, no se metieron con la vara que tenía Moisés en la mano, que representa la autoridad delegada de Dios, sólo levantaron sus brazos, porque ellos sabían que la vara funciona en las manos de quien Dios la ponga. (Éxodo 17:8.12).

En nuestros tiempos es todo lo contrario, tenemos casos de gente que te busca una piedra pero no para que te sientes y te afirmes, sino para atravesártela para que te caigas, y luego en vez de levantarte la mano donde tienes la vara, lo que te quieren es quitar la vara. (Éxodo.17:8.12).

Ten esto presente: Nunca trates de tomar la vara que representa la autoridad, a menos que Dios te la dé, la vara funciona en las manos de quien Dios la ponga.

MAESTRO: JOSE N BRICEÑO A


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Comentarios

  1. Dios añada mayor iluminacion en ti maestro.
    Sigue adelante!! Ruth.

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  2. !!Gracias a Dios por su ministerio!! He aprendido mucho con sus enseñanzas y lo que he recibido,lo he dado a conocer a otros. Sea bendecido en gran manera. Que Dios le de larga vida!!! Julio M. Edo. Nva. Esparta.Isla de Margarita.

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