LOS DONES DEL ESPÍRITU- O DONES ESPIRITUALES. I PARTE.
"No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hacen uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere"          
 1ª Corintios 12:1.11.
INTRODUCCIÓN.
En el comienzo de la carta, el Apóstol Pablo exhorta a los creyentes en Corintio a que no tengan ignorancia de lo que tenga relación con los asuntos de los espíritus, incluyendo la manifestación de los dones espirituales.
Corinto era una ciudad portuaria en el sur de Grecia. Por su situación geográfica servía como conexión entre oriente y occidente. En esta ciudad había un templo dedicado a Afrodita, la diosa griega de la fertilidad que se dedicaba a la lujurio y al amor sexual carnal, la cual los romanos conocían y adoraban como Venus. Este templo sirvió como uno de los centros de culto de las religiones mistéricas. Estas religiones que habían dominado esa parte del mundo durante más de mil años, se parecía mucho a las religiones cananeas por sus cultos a varias diosas de la fertilidad.
En el templo se encontraban miles de sacerdotisas que eran rameras. Como preparación de este culto estas mujeres se provocaban un estado casi inconsciente de euforia, éxtasis, alucinación, histérica emocional o hipnosis que se daban mediante una serie de rituales, entrando en contacto directo con las fuerzas ocultas y frecuentemente hablaban en lenguas extrañas. Algunas de estas mujeres se convirtieron bajo el Ministerio del Apóstol Pablo.
Según algunos historiadores estas mujeres confundieron en su inmadurez las manifestaciones del Espíritu con las prácticas religiosas anteriores que tenían antes de convertirse. Este es el caso por la cual Pablo les escribe “Cuando erais gentiles se os extraviaba llevados como se os lleva a los ídolos mudos”
Este término “Se os extraviaba llevándoos” que utiliza el Apóstol Pablo del griego conlleva la idea de ser llevado como un prisionero sin oposición. Antes de la conversión, los Corintios habían sido idolatras, esclavizados e influenciados por malos espíritus, eran extraviados y llevados por estas influencias diabólicas. Habían sido testigos de manifestaciones sobrenaturales del mundo espiritual y habían oído pronunciamientos motivados por espíritus de error, en ocasiones habían abandonado su dominio propio y habían dicho y hecho cosas más allá de sus capacidades consientes.
Ahora que eran salvos, los creyentes habían de saber, el cómo juzgar todas las manifestaciones espirituales, deberían saber el cómo discernir entre la voz de los malos espíritus y la voz autentica del Espíritu Santo, para evitar así una mezcla entre la verdadera manifestación de los Dones Espirituales, y manifestaciones estáticas que se daban como influencia por un espíritu de error, y que traían confusión en el seno de la Iglesia.
En la actualidad se está dando lo mismo, un gran porcentaje de las manifestaciones que vemos en nuestras Iglesias como dones Espirituales no tienen nada que ver con el Espíritu, cuando analizamos sus características y valores podemos apreciar cómo son ajenas al carácter y a los valores de Dios, y que restan la posibilidad que procedan de Él.
Vemos como a través de éstas seudas manifestaciones se manipula, intimida, controla, desacredita, se censura, se destruye y se obtienen beneficios personales; actitudes y características que son totalmente contrarias a la naturaleza de Dios. Manifestaciones que en lo visual se deja ver como un tipo de posesión diabólica.
Dichas manifestaciones en su gran mayoría son producto de las emociones, la carne, por consiguiente son almáticas y sensual, y algunas de ellas inducidas por un espíritu de error siendo de fuentes satánica, y por ende contienen principios de ocultismo, espíritu de adivinación; algunas veces se entra en éxtasis perdiendo el juicio sin tener control de sí mismo, manifestaciones que redundan en perjuicio para la obra de Dios.
Cada manifestación de un don Espiritual, tiende a tener características, valores, y propiedades ajustadas a los principios divinos que nos indican cuando la manifestación proviene de Él.
En este estudio analizaremos ciertos principios, no solamente de los dones, sino del Espíritu Santo como el Señor y Administrador de ellos. Además estudiaremos: Sus ventajas y desventajas, como trabajarlos, cuando debe manifestarse un don, el propósito de los dones, cómo se consideran los dones, cuáles son los requisitos para recibirlos, los dones como propiedad del Espíritu, como revelación de Dios, el mal uso que se les pueden dar, definición del término don, la reciprocidad y precisión de los dones. Asimismo, veremos algunos indicativos para saber si una manifestación viene de Dios o por el contrario proviene de la carne, de las emociones o es producida por un espíritu de error.
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