SATANÁS NO ES LA CONTRA PARTE DE DIOS, PERO TIENE DERECHOS Y UN PODER CON EL CUAL NOS PUEDE DEVORAR. ESTUDIO Nº 2
La contra se dice de aquel que, además de llevar la contraria, posee los mismos poderes, propiedades y cualidades de su opositor. Satanás es una criatura, Dios es el Creador, por lo consiguiente nunca podrá ser su contra parte. Satanás está en contra de Dios y es su peor y principal enemigo. Sin embargo, hay quienes equivocadamente han dado a Satanás una posición casi similar a Dios, y esto tenemos que erradicarlo, corregirlo: en el pensamiento de la iglesia.
En nuestras iglesias, tenemos cristianos que viven intimidados, amedrentados, amenazados y cohibidos, por la mala información que tienen acerca de Satanás y su posición.
A Satanás no hay que subestimarlo; en el mundo espiritual -antes de caer- ocupaba el cuarto lugar, que vendría siendo el primero después de la Deidad. Eso lo llevó a tener ciertas ventajas en el mundo espiritual, pero no lo lleva a estar a la altura de Dios. Tenemos que ver a Satanás como un ser espiritual que tuvo su origen en Dios y que tiene sus limitaciones; no lo debemos comparar con Dios; él no es la contra parte de Dios; Satanás es un ser sobrenatural, pero no es soberano como sí lo es Dios.
SU PODER.
Lo primero que debemos tener claro es que cuando Cristo venció al diablo le quitó la autoridad, no el poder. Hablar del poder y la autoridad que Satanás tenía en ese momento, son dos cosas diferentes. El poder se conoce como la potencia que Satanás tiene en él, y la autoridad es el derecho que tiene para desatar el poder.
Hay que tomar en cuenta factores que están relacionados al poder satánico, y que son muy determinante para confrontar a Satanás:
• El poder que Satanás tiene es inherente en él. Como ser espiritual, es un poder que ni siquiera Dios se lo puede quitar.
• El poder que Satanás tiene es opresor, devorador, violento, es un poder que mata, hurta y destruye (Juan 10:10. Efesios 6:11).
El apóstol Pedro dice: “Que seamos sobrios y vigilantes porque el diablo como adversario anda como león rugiente buscando a quien devorar”(1ª Pedro 5:8)
El término “Devorar” viene del griego “Katapino”, cuyo más amplio significado indica: “tragar después de haber hecho pedazos a la presa”.
El poder satánico es tan intenso, que a nosotros se nos dio un poder que está representado en la persona del Espíritu Santo para contrarrestar las obras producto de su poder.
No te olvides que Satanás no es soberano, pero es un ser sobrenatural. Satanás no es un pobre diablo como muchos creen. Nunca lo subestimes, ni le restes importancia; si te descuidas, su poder puede destruirte por completo.
He sido testigo de grandes hombres de Dios que hoy en día están en el caos porque subestimaron a Satanás y no se cuidaron de él.
Sabemos que el poder del diablo está muy por debajo al poder de Dios, que es el que nosotros representamos, pero si te descuidas ni siquiera Dios puede hacer algo por ti, con todo y que en ti esté todo su poder. Ten presente esto: a Satanás, Cristo lo venció, pero no lo paralizó, él está activo, ahora nos toca a nosotros librar nuestras propias batallas.
Recuerda esta verdad: Con Satanás no se juega por el simple hecho de que él no está jugando. Sé prudente, no le des lugar, porque puede hacer de ti una presa, que después de despedazar, tragará (lo digo en el sentido figurado).
SUS DERECHOS.
En el Nuevo Testamento hay declaraciones casi increíbles e inaceptables relacionadas a los derechos y el control de Satanás sobre el mundo.
Hay declaraciones que parecen paradójicas y que nos confrontan como creyentes, que no las aceptaríamos si no estuviesen registradas en los Textos Sagrados. Declaraciones que afirman que Satanás, con todo y que es un ser caído, tiene derechos que nosotros como creyentes tenemos que respetar. A continuación vamos a estudiar algunos pasajes que dan testimonio de lo antes dicho:
En Lucas 4:5 dice que Jesús después de ser lleno del Espíritu, fue tomado por el diablo y lo llevó a donde él quiso para tentarlo. Jesús tuvo que entrar en un estado probatorio y éste era un derecho que Satanás tenía. Dios Padre lo entendió y el Espíritu Santo lo aceptó, ellos no pudieron evitar ese acontecimiento, era un derecho que Satanás tenía y debía ser respetado.
Lo otro que hay que tomar en cuenta es que Jesús nunca invadió terreno satánico, él siempre respetó los derechos de Satanás.
Jesús nunca dijo: “Toda potestad me es dada” hasta que primero venció la muerte, el Hades, para luego vencer al diablo, quitándole y despojándolo de la autoridad que Adán le había entregado.
Si analizamos bien la tentación (Mateo 4:1.11) la Biblia dice que Satanás llevó a Jesús a un monte alto y le mostró todos los reinos de la tierra, y le dijo: “A ti te daré toda estas potestades y gloria de ellos porque a mi fueron dadas y a quien quiera se las doy”.
Observa que las potestades y los reinos le pertenecían a Satanás, Adán se los entregó; de no ser así, entonces lo que pasó Jesús no fue tentación, y Satanás no tenía nada que ofrecerle; pero sabemos que Satanás le ofrece a Jesús lo que él poseía, lo que el hombre le había entregado. Jesús conocía esta situación y por eso nunca se atribuyó autoridad hasta que no la obtuvo (Filipenses 2:9.11).
Después de haber vencido la muerte, el hades, y posteriormente vencer al diablo en su resurrección, Jesús exclamó: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra…” (Mateo 28:18).
Otro punto relevante es que Jesús se dirigió al diablo como el “Príncipe de este mundo”, nunca lo subestimó, Él reconoció y respetó los derechos que Satanás tenía para ese momento (Juan 12:31; 14:30; 16:11).
Nunca podremos echar a Satanás fuera de sus propias moradas, y según Efesios 6:12 los demonios habitan en los cielos, en la atmósfera. Lo digo porque hay cristianos a quienes he escuchado limpiando la atmósfera, sin conocer que es un lugar donde Satanás y los demonios habitan.
Nunca podrás echar Satanás fuera de un cuerpo si el poseído no renuncia a su posesión; y si lo haces, él puede regresar a su lugar (Mateo 12:43; Lucas 11:24.26).
Puede ocurrir que, por causa de la presencia del Espíritu Santo, un demonio se ofrezca a salir del cuerpo, pero si el poseído no renuncia a su posesión y condición en la que está, el demonio puede regresar. Hubo un caso donde Jesús sanó a un hombre que estaba en el Estanque de Betesda, y posteriormente lo encontró en el templo y le aconsejó “Mira que has sido sanado, no peques más para que no te venga algo peor”.
La verdad paralela está en que si puede darse la reincidencia de una enfermedad en una persona, por lógica también el principio se cumple con un endemoniado.
Otro aspecto importante es que nunca podremos enviar a los demonios a los abismos, a los infiernos, o a lugares de tormento, por ciertas razones.
Los demonios no pueden ser enviados al lugar de tormento si primero no son juzgados; se les tiene que juzgar para darles el veredicto y luego enviarlos al lugar de tormento. Esto fue lo que pasó con el endemoniado gadareno: los demonios apelaron a sus derechos, ellos pidieron no ser atormentados antes de tiempo, pidieron entrar en unos puercos, y Jesús conociendo los derechos que ellos tenían aceptó (Mateo 8:28.32).
Los demonios sabían que los abismos es un lugar de tormento donde tendrán que ir, pero después de ser juzgados; no era el tiempo, y ellos apelaron a ese derecho, y Jesús no lo desconoció.

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