MINISTERIO INTERNACIONAL DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN.

“JESÚS SOBERANO SEÑOR”

PROGRAMA: PALABRA DE ILUMINACIÓN.

DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A.

TEMA: NEUMATOLOGIA.

SEGMENTO # 7

ASUNTO A TRATAR:

LA DIVINIDAD DEL ESPIRITU SANTO Y SU PERSONALIDAD. 

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Hay quienes han afirmado casi a nivel mundial, que el Espíritu Santo es simplemente la fuerza activa de Dios negando su divinidad y su personalidad.  Esta es la razón por la cual en nuestros próximos puntos, demostraremos la divinidad y la personalidad del Espíritu Santo.

  Desde el punto de vista expositivo, se puede demostrar que el Espíritu Santo es Dios. En Hechos 5:3.4, se narra un acontecimiento que demuestra la divinidad del Espíritu, se trata del caso de Safira y Ananías:

  “Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?  Reteniéndola,  ¿no se  te quedaba  a  ti?, y  vendida, ¿no estaba en tu poder?  ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.”

 En el verso tres, la mentira tiene relación con el Espíritu Santo.  Dice: “... para  que mintieses al Espíritu Santo.”,  mientras que  en el  verso 4, la mentira es relacionada con Dios: “…no has mentido a los hombres, sino a Dios”.

 Estas dos conjunciones relacionadas con la mentira, hacen una declaración directa de la deidad del Espíritu Santo afirmando que es Dios.

 EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ ASOCIADO CON DIOS PADRE, Y DIOS HIJO, EN EL BAUTISMO

    Mateo 28:19 dice: “..., bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.  El hecho de que el Espíritu Santo esté asociado con Dios Padre y con Dios Hijo en el bautismo, se debe en lo absoluto que Él goza de los mismos derechos y propiedades divinas, formando parte del conjunto de la deidad.

   El término “nombre” que se utilizó en el pasaje, del griego es “Onoma”, que tiene que ver y representa el título y la dignidad de una persona.

 El término “Onoma” indica: Autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, posición y posesión; lo cual tiene que ver con un Señorío como título de grandeza.

 El hecho de que al Espíritu Santo se le haya asociado con el bautismo, y se le hayan adjudicado estas características que están bajo el término “Onoma”, sugiere por sí misma que el Espíritu Santo es Dios. Además de lo expuesto anteriormente, en el pasaje se consigue la preposición “En El”, que indica una dedicación a la Trinidad, donde los bautizados quedan bajo la cobertura de aquél por la cual fueron bautizó, teniendo el conjunto de la deidad los mismos derechos, autoridad y señorío sobre los bautizados, dando por entendido que los tres son Dios.

Posee perfecciones divinas.

 Omnipresente:

>El Espíritu Santo tiene la capacidad de estar en todas partes al mismo tiempo si así lo requiere. Así lo revela el Salmo 139:7.12.

 >Por otra parte Él ha hecho de la Iglesia universal de Cristo su morada, donde esté un creyente redimido por la sangre de Jesús, ahí está Él. Romanos 8:9. 1ª Corintios 3:9; 3:16.

 >Tiene la capacidad de mostrarnos la verdad, enseñarnos, corregirnos, instruirnos, guiarnos a todos al unísono. Lucas 12:12. Juan 14:26; 16:13. Romano 8:14. Gálatas 5:18. 1ª Juan 2:27.

 >Él puede ir al infierno sin dejar de estar en el cielo.  El Salmo 139:12 dice, refiriéndose al Espíritu: “lo mismo te son las tinieblas que la luz”, “si subiere a los cielos, allí estás tú, y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.”

     Omnisciente.

    La prueba más contundente de la omnisciencia del Espíritu Santo es que, sólo alguien con las capacidades de Dios puede escudriñar la mente de Dios y conocer lo más profundo de Él. La Escritura revela la capacidad que tiene el Espíritu Santo para escudriñar y conocer lo profundo de Dios.

 “pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios.” 1ª Corintios 2:10.12.

 En Isaías 40:13, se nos dice: “¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándolo?”

 Si Dios es Dios, por igual es Dios quien escudriña su mente, porque sólo Dios puede conocerse a sí mismo   o alguien semejante a Él. 1ª Corintios 2:11.

 Omnipotencia.

 En la creación queda demostrada su omnipotencia, ya que Él fue el encargado de ejecutar y activar la Palabra de Dios para que el vasto universo fuera hecho. Toda obra del Espíritu demanda por sí misma la omnipotencia de Él. Salmo 139:7.12.

  Es eterno.

 Hebreos 9:14 da testimonio de la eternidad del Espíritu Santo. El término “Eterno” que aparece en el pasaje y que con toda propiedad puede también asignarse a Dios el Padre y al Verbo antes de su encarnación, es aplicado en este pasaje al Espíritu Santo. Puesto que esta propiedad sólo puede ser aplicada a Dios, se concluye y se da por entendido que el Espíritu Santo es Dios.

 El Espíritu Santo como persona.  

 Los términos “Espíritu de Dios” o “Santo Espíritu” no sugieren por sí solos la personalidad del Espíritu Santo, pero no podemos negar que el Espíritu Santo es una persona.  Sólo se le puede dar el apelativo de persona a quien tenga una personalidad y ésta es y se desarrolla en la mente, la voluntad y las emociones. Quien tenga menta, voluntad y emociones se puede considerar una persona. La escritura sagrada, presentan al Espíritu santo como alguien no como algo, El no es un objeto es un sujeto. Aunque en las Escrituras se hace referencia al Espíritu Santo en forma simbólica en comparación a los efectos tales como: el viento, el fuego, el agua, El no es un efecto es una persona.

  Si hacemos un análisis en las Sagradas Escrituras indagando la vida del Espíritu Santo, nos daremos cuenta que en ellas vamos a conseguir el testimonio de un Espíritu que tiene mente, voluntad y emociones, que lo caracterizan como una persona.

 El Espíritu Santo: Investiga, revela, enseña, guía, redarguye, convence, testifica, intercede, da órdenes, ayuda, consuela, escudriña, se contrista, se apaga, se le puede mentir, se puede blasfemar en contra de Él, se puede tener comunión con Él.

 Además de esto, se le presenta sosteniendo con otras personas tales relaciones que implican su propia personalidad, y se le coloca en yuxtaposición con los apóstoles (Hechos 15:28) y con Cristo (Juan 16:14). Quien hace esto, no puede ser un mero poder o una simple influencia.  Debe ser una persona.

 Una exégesis que se haga en forma muy sana de algunos textos que vamos a transcribir, requiere que el Espíritu Santo sea considerado una persona. Textos tales como: Isaías 11:1;  63:10. Juan16:8; 16.14; 16.17. Hechos 8:29; 15:28. Romanos 8:14; 8:26. 1ª Corintios 12:11.  2ª Corintios 13:14.


                                                

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