MINISTERIO INTERNACIONAL DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN.

                                     " JESÚS SOBERANO SEÑOR"

                                               DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A. 

      

       LA DIVINIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.

      La negación de la divinidad del Espíritu Santo tiene su origen en el pensamiento de Arriano obispo de Constantinopla en macedonia, quien le dio origen a un movimiento herejico llamada macedonianismo. Arriano negó la divinidad de la tercera persona de la Deidad, y lo consideraba inferior al Dios Padre tal como consideraba al Dios hijo. Esta falsa doctrina totalmente herejica, tuvo seguidores a quienes se les denomino como los pneumatómacos que quiere decir, luchadores contra el Espíritu Santo. Esta doctrina falsa, ha tomado trascendencia hasta el punto de que en nuestros tiempos, hay quienes han afirmado casi a nivel mundial, que el Espíritu Santo es simplemente la fuerza activa de Dios negando su divinidad y su personalidad, este es el caso de la secta falsa denominada los testigos de Jehová.  Esta es la razón por la cual, en nuestros próximos puntos, demostraremos la divinidad y la personalidad del Espíritu Santo.

 

    Desde el punto de vista expositivo se puede demostrar que el Espíritu Santo es Dios. En Hechos 5:3.4, se narra un acontecimiento que demuestra la divinidad del Espíritu, se trata del caso de Safira y Ananías:

 

     Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?  Reteniéndola,  ¿no se  te quedaba  a  ti?, y  vendida, ¿no estaba en tu poder?  ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.” Hechos 5:3.4

 

    En el verso tres, la mentira tiene relación con el Espíritu Santo.  Dice: “... para que mintieses al Espíritu Santo.”, mientras que en el verso 4, la mentira es relacionada con Dios: “…no has mentido a los hombres, sino a Dios”.

 

     Estas dos conjunciones relacionadas con la mentira hacen una declaración directa de la deidad del Espíritu Santo afirmando que es Dios.

 

     EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ ASOCIADO CON DIOS PADRE, Y DIOS HIJO, EN EL BAUTISMO

 

    Mateo 28:19 dice: “..., bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.  El hecho de que el Espíritu Santo esté asociado con Dios Padre y con Dios Hijo en el bautismo, se debe en lo absoluto que Él goza de los mismos derechos y propiedades divinas formando parte del conjunto de la deidad.

 

   El término “nombre” que se utilizó en el pasaje, del griego es “Onoma”, que tiene que ver y representa el título y la dignidad de una persona.

 

    El término “Onoma” indica: Autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, posición y posesión; lo cual tiene que ver con un Señorío como título de grandeza.

 

    El hecho de que al Espíritu Santo se le haya asociado con el bautismo, y se le hayan adjudicado estas características que están bajo el término “Onoma”, sugiere por sí misma que el Espíritu Santo es Dios.

 

    Además de lo expuesto anteriormente, en el pasaje se consigue la preposición “En El”, que indica una dedicación a la Trinidad, donde los bautizados quedan bajo la cobertura de aquél por la cual fueron bautizó, teniendo el conjunto de la deidad los mismos derechos, autoridad y señorío sobre los bautizados, dando por entendido que los tres son Dios.

 

     Posee perfecciones y propiedades divinas.

 

    Omnipresente:

 

    >El Espíritu Santo tiene la capacidad de estar en todas partes al mismo tiempo si así lo requiere. Así lo revela el rey David inspirado por el mismo Espíritu Santo en uno de sus salmos. Aun cuando no todo el contexto es citado la persona del Espíritu, se deja ver por el segmento precedente que la referencia es atribuida al Espíritu Santo en representación del gran Yo Yoy.   Analicemos el pasaje. 

 

        “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.  Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano,

Y me asirá tu diestra”. Salmo. 139:7.10.

 

       >Por otra parte Él ha hecho de la Iglesia universal de Cristo su morada, donde esté un creyente redimido por la sangre de Jesús ahí está Él, como lograr su morada universal al mismo tiempo si no es omnipresente. Romanos 8:9. 1ª Corintios 3:9; 3:16.

 

      >Tiene la capacidad de mostrarnos la verdad, enseñarnos, corregirnos, instruirnos, guiarnos a todos al unísono. Lucas 12:12. Juan 14:26; 16:13. Romano 8:14. Gálatas 5:18. 1ª Juan 2:27.

 

     >Él puede ir al infierno sin dejar de estar en el cielo.  El Salmo 139:12 dice, refiriéndose al Espíritu: “lo mismo te son las tinieblas que la luz”, “si subiere a los cielos, allí estás tú, y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.”

    

    Omnisciente.

 

    La prueba más contundente de la omnisciencia del Espíritu Santo es que, sólo alguien con las capacidades de Dios puede escudriñar la mente de Dios y conocer lo más profundo de Él. La Escritura revela la capacidad que tiene el Espíritu Santo para escudriñar y conocer lo profundo de Dios.

 

      “pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios.” 1ª Corintios 2:10.12.

 

         Si Dios es Dios, por igual es Dios quien escudriña su mente, porque sólo Dios puede conocerse a sí mismo   o alguien semejante a Él. 1ª Corintios 2:11.

 

       En Isaías 40:13, se nos dice: “¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándolo?”

 

      Omnipotencia.

 

      En la creación queda demostrada su omnipotencia, ya que Él fue el encargado de ejecutar y activar la Palabra de Dios para que el vasto universo fuera hecho. Toda obra del Espíritu demanda por sí misma su omnipotencia. (Salmo 139:7.12). Por otra parte, el texto Sagrado nos da una información que la vivificación y la resurrección de Jesús fue producida por la intervención del Espíritu Santo, acto que solo lo puede llevar a cabo quien tenga la propiedad del ser omnipotente. Analicemos los pasajes.

 

         “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu…”                    1 Pedro.3:18.

 

          Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Romano.8:11.

 

         Es eterno.

 

    El escritor a los hebreos da testimonio de la eternidad del Espíritu Santo. El término “Eterno” que aparece en el pasaje y que con toda propiedad puede también asignarse a Dios el Padre y al Verbo antes de su encarnación, es aplicado en este pasaje al Espíritu Santo. Puesto que esta propiedad sólo puede ser aplicada a Dios, se concluye y se da por entendido que el Espíritu Santo es Dios.

 

       ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Hebreos.9:14.

 

      Es santo.

      El mismo apelativo y calificativo de santidad que se le da a la Tercera Persona de la Deidad, requiere por sí solo que por naturaleza y propiedad Él es santo. (Hechos.5:3) De El emana una santidad absoluta. Se cree que quien produjo la muerte física en aquellos que cometieron pecados ante el Dios Eterno en forma deliberante en acto de premeditación y alevosía fue el Espíritu Santo. Este fue el caso de Safira y Ananías que mintieron en forma descarada en acto de premeditación al Espíritu Santo, atentando en contra de su Santidad. El Espíritu Santo no crese en santidad, su santidad no es creciente, no es progresiva, no es gradual; es eterna. Él es Santo en forma completa y absoluta. Solo Dios Padre y Dios Hijo posen su absoluta santidad, Ellos son: SANTO-SANTO-SANTO. Su santidad es elevada a la tres. (Isaias.6:3 - Apocalipsis 4:8). Es necesario tomar en cuanta, que el adjetivo descriptivo Santo que se le da a la tercera persona de la Deidad se usa para distinguirlo de otros espíritus que son criaturas, pero están en un estado de corrupción en tinieblas, tales como los demonios, que llevan el apelativo de inmundos. Mateo 12:28.



 

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