MINISTERIO INTERNACIONAL DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN.
" JESÚS SOBERANO SEÑOR"
DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A.
Redención de Jesús como Primogénito.
Según la ley, por ordenanza de Dios, todo primogénito era propiedad de
Dios; tanto de animales como el del hombre.
Era necesario que la familia redimiera, es decir, comprara a Dios el
hijo primogénito cuyo precio era cinco ciclos de plata que se daban a los
sacerdotes teniendo el niño un mes de nacido. Veamos seguidamente lo que
registran las Escrituras.
“Todo lo que abre matriz, de toda
carne que ofrecerán a Jehová, así de hombre como de animales, pero harás que se
redima el primogénito del hombre; también harás redimir al primogénito de
animal inmundo. De un mes harás efectuar el rescate de ellos, conforme a tu
estimación, por el precio de cinco ciclos, conforme al ciclo del
santuario...Mas el primogénito de vaca, el primogénito de oveja y el
primogénito de cabra, no redimirás;
santificados son...”. Número.
18:15.17.
“Conságrame todo primogénito.
Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como
de los animales, mío es” Éxodo 13:2.
Reitero: Todo primogénito por ley, era propiedad de Jehová, y debería ser
sacrificado y presentado a Dios en holocausto, pero esto tenía sus excepciones.
Había dos de estos primogénitos que deberían ser redimidos por diversas
razones.
El
primogénito de animal inmundo por ser inmundo, no se podía presentar a Dios en
holocausto, por tanto, debería ser redimido para que dejara de ser propiedad de
Dios y pasara a ser propiedad de la familia y de esta forma quedara establecida
por su cumplimiento la ley.
El segundo
caso, se daba con los primogénitos del hombre, por la razón de que Dios no es pagano que acepta sacrificios de
niños semejantes a Moloc Levíticos 18:21; 20:2.5.
El
sacrificio de un niño era condenado y era una abominación para Jehová, es la
causa por la cual el primogénito del hombre era redimido. Para que se cumpliese
la ley, el niño primogénito o era sacrificado a Jehová en holocausto o era
redimido.
En relación con esta redacción que hace Lucas. Por orden de Jehová, el padre del niño (no la madre)
se presentaba ante el gran sumo sacerdote y le entregaban al niño como
propiedad de Dios; luego el padre tomaba cinco ciclos de plata y se los entregaba
al sacerdote en señal de redención. Bajo este ritual, el niño pasa a ser
propiedad de la familia por haber sido comprado por precio de plata.
La Biblia no
presenta en ninguna parte que Jesús en su niñez haya pasado por este ritual, el
de redención. Esto se debe a que si
Jesús hubiese sido redimido o comprado hubiera dejado de ser propiedad de Dios y por consiguiente no podría ser
presentado a Dios en holocausto.
En el caso
de Jesús se cumplió la ley a perfección, porque en vez de ser redimido fue
sacrificado en ofrenda a Jehová. El único primogénito del hombre en la historia
de la humanidad que fue sacrificado a Dios en holocausto fue Jesús, su propio
Hijo.
El relato
que presenta Lucas 2:22.24 es el cumplimiento de Levítico 12:6.8 donde la mujer
después de haber cumplido los cuarenta días de su purificación (en caso de que
sea un niño, si es niña son ochenta días) traerá un cordero de un año, en el
caso de ser la familia de escasos recursos traerá dos tórtolas o dos palominos.
Todo esto se hacía por causa de la mujer más no por causa del niño, no se sabe
el por qué Lucas utiliza el plural en su relato cuando trata de la redención de
la mujer. Dicho rito se le llamaba “Expiación”
no “Redención”.
El acto de la expiación se daba en la mujer después de 40 días, la
circuncisión se daba en el niño en el octavo día, y la redención del
primogénito se daba a los 30 días del nacimiento. (Numero 18:16) por lo que da a entender que la madre no
participaba en dicha ceremonia. La expiación y la redención no se daban el
mismo día.
Cuando analizamos el relato que recopilo
Lucas, hay unas grandes contradicción, en dos rituales establecidos en la ley
que son: la redención del niño que se hacía a los 30 días (Número 18:16) y la purificación de la mujer
que se hacía a los 40 días si era varón, de ser hembra a los 80 días (Levítico
12:6.8). Según lo que presenta Lucas, es imposible que la redención del niño y
la purificación llamada (también expiación) de la mujer se ejecuten el mismo
día. Según lo que analizamos, lo que el cronista (Lucas) me presenta, no está
en la verdad establecida por Dios.
Es cierto que Lucas presenta un posible acto de
redención el cual no se llevó a cabo, ya
que no está plenamente registrado ni siquiera se hace mención de los cinco
ciclos de plata como ofrenda para la redención. Para entender mejor este
tópico, vamos a estudiar a Cristo como redentor y el acto de la redención.
Redentor: Era el pariente más cercano que
tenía la responsabilidad de comprar nuevamente la heredad que había sido
enajenada (traspasada) de la línea familiar a la que realmente pertenecía.
Jesús como el postrer Adán cumple y ocupa el lugar del pariente más cercano,
convirtiéndose así en nuestro Redentor,
restituyéndonos al linaje que perdimos en Adán.
La redención como “Lutros” era común en el tiempo del A.T y se aplica a cualquier
cosa que liberara a un hombre de una aflicción o deuda propia, pero era
especialmente significativa en la ceremonia que se hacía como acto de redención
del primogénito, cuyo origen se remonta a la salvación de los primogénitos en
la noche de la Pascua.
En cuanto a la redención de los
primogénitos, estos eran entregados al sumo sacerdote como propiedad de Dios
para ser sacrificados, pero como Dios no acepta sacrificios humanos como lo
hacía Moloc, debería el padres del niño comprarlo, como acto de redención, por
cinco ciclos de plata, con lo que el primogénito pasaba a ser propiedad de sus
padres. (Éxodo 13:13.15. Levítico 27:27. Número 18:15.16)
Se debe destacar que Jesús para poder ser
un redentor no debía ser redimido por dos razones:
>En
primer lugar, no hay propiedad en uno que ha sido redimido para redimir a otro,
ya que él, en lo personal, necesitó de un acto de redención.
>En
segundo lugar, si Jesús era redimido por su padre (en este caso José) dejaría de ser propiedad de Dios y por
consiguiente, Dios no podía ni presentarlo ni aceptarlo como ofrenda en
sacrificio.
Entiéndase por redención en lo
concerniente a Dios, el acto de entregar a su único hijo como precio o paga por
una humanidad que estaba secuestrada por el mal y esclavizada en el pecado, y
que por sus propios medios no podía escapar de dicha situación Romanos 3:24.
Gálatas 3:13. Efesios 1:7. Tito 2:14.
Hebreos 9:12.
Comentarios
Publicar un comentario