MINISTERIO INTERNACIONAL DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN.
" JESÚS SOBERANO SEÑOR"
DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A.
VALOR COSTO Y PRECIO DEL ESPÍRITU SANTO.
Valor: Cuando hablamos del valor nos referimos a cálculos, es el cuanto podemos pagar por Él, equitativamente con que podré comparar al Espíritu, que podemos poner del otro lado de la balanza que pese más o igual al Espíritu. Un hombre intento comprar el don de Dios en la imposición de manos para recibir al Espíritu y fue reprendido por los Apóstoles, cuanto más si intenta poner valores al Espíritu con relación a compra y venta.
Cuando vio Simón que por la imposición de
las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
19diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo
impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20Entonces Pedro le
dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se
obtiene con dinero. 21No tienes tú parte ni suerte en este asunto,
porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22Arrepiéntete, pues,
de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de
tu corazón; 23porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo
que estás. Hechos 8:18.23.
El Rey David entendió los valores del
Espíritu, que en medio de la condición de pecado estando arrepentido exclamo: “No
me eches de delante de ti. Y no quites de mí tu santo Espíritu” Salmo
51:11.
David no rogó por el trono, el cetro, la
corona, o su reinado; que tanto vale, sino por el Espíritu.
>Costo:
Cuando nos referimos al costo del Espíritu es relativo a la entrega de
un hombre en el más grande de los sufrimientos para poder hacer de nosotros la
morada del Espíritu. Jesús dijo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en
Dios, creed también en mí. 2En la casa de mi Padre muchas moradas
hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para
vosotros…”
De estas expresiones que salieron de los labios
de Jesús hay mucho que aprender. El término morada que se
menciona en el pasaje tiene que ver con lo universal con relación a la
paternidad de Dios. Morada en su más amplio concepto está
relacionado con el regazo, la cobertura, el abrigo paternal que emana de Dios
por causa de su amor. Hemos entendido el término morada como casas edificadas
que Dios tiene preparada en el cielo para ser habitadas por sus hijos. Esta
posición es totalmente falsa por la razón que la frase “voy pues a preparar lugar para vosotros…” que está en el mismo
pasaje en ilación y que encierra un pensamiento, presenta un contraste con lo
antes dicho por la causa de que si Dios ya tiene la casa y en ellas hay muchas
moradas entonces qué lugar va a preparar Jesús. Esto de pie para entender que
el término casa y morada que aparece en el pasaje antes mencionado tiene un
sentido alegórico con principios espirituales, por igual la frase “voy pues a preparar lugar para vosotros…”
Esta frase (“voy pues a preparar lugar para vosotros…”) en el sentido
cultural alegórico centrándonos en el término lugar, es una
palabra jurídico que significa: derecho, autoridad, legalidad, propiedad,
asignación, posición, delegación, potestad; por lo que determina que adonde
Jesús fue a preparar lugar para nosotros fue en la cruz ocupando nuestro lugar,
y a causa de su muerte y resurrección nos dio la potestad en la fe de ser
hechos hijos de Dios colocándonos en la posición y el lugar donde Él está.
En adición a esta verdad que
acabamos de presentar podemos entender otra verdad en relación al sacrificio de
Cristo y al Espíritu.
Jesús dijo: Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya;(
a preparar lugar) porque si no me fuera, (a preparar
lugar) el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, (a
preparar lugar) os lo enviaré.
A hora
podemos entender según lo que analizamos, que la morada del Espíritu en
nosotros costo sangre, sufrimientos, padecimientos, tortura; a causa de los
clavos, las espinas, las flagelaciones, y las trompadas que cayeron en la
humanidad de un hombre llamado Jesús.
> Precio: Tiene que ver con: Devoción, entrega, renuncia, abnegación, consagración;
que nos conduce a la comunión y a la intimidad. Tiene que ver con un
quebrantamiento.
El vivir en contraste a estas virtudes es
contristar, apagar, apostatar; en contra del Espíritu cercenando la
manifestación de su presencia en nosotros. Esto esta revelado en las cartas que
escribió el Apóstol Pablo.
“No apaguéis al Espíritu. No
menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos
de toda especie de mal”. 1ª Tesalonicenses. 5:19.22.
“Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no
contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el
día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con
otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó
a vosotros en Cristo”. Efesios 4:29.32.
En contraste a todo esto está el fruto
del Espíritu que es: “Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza; …” Gálatas 5:22.23.
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