MINISTERIO INTERNACIONAL DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN.
" JESÚS SOBERANO SEÑOR"
DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A.
EL BAUTISMO DE
JESÚS.
El rito de inmersión conocido como bautismo, el cual era un símbolo de purificación o de renovación, era muy conocido por las religiones antiguas y en este sentido lo hacían. Para el judaísmo, además de ser un símbolo de purificación o de renovación, era un acto de proselitismo de popularidad.
El bautismo
de Juan no era un simple acto religioso, dentro de ese bautismo había unas
propiedades que lo distinguían de los bautismos tradicionales.
Había tres
(3) factores que marcaban la diferencia en ambos bautismos:
I) Apunta una purificación no ritual
sino moral, induciendo al hombre a tener un cambio de conducta, sin
proselitismo alguno y sin sectarismo Mateo 3:1.8.
II) Tiene un
valor escatológico ya
que anuncia el
reino de Dios procedente del Mesías como su mayor representación. Mateo
3:2.
“En aquellos días vino Juan el Bautista
predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque
el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de
quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas” Mateo
3:2.3.
III) Anuncia el advenimiento del
Espíritu Santo en la persona del ungido Mateo 3:11.
La pregunta
clave es ¿Si uno
de los propósitos
del bautismo era
inducir al hombre a tener cambios en sus actitudes
acompañado de una
confesión de pecado, qué pecado iba a confesar Jesús, y de qué comportamiento negativo se iba a retractar?
Si analizamos Isaías 40:3 Juan el Bautista fue el instrumento que Dios
utilizó como agente externo para hacer la ordenación de Jesús, en forma pública
y enviarlo al ministerio.
Isaías 40:3.
“Voz
que clama en el desierto”: “Preparad el camino a Jehová: enderezad calzada en
la soledad a nuestro Dios” Mateo
3:3. Juan 1:23.
Lo anterior
se corrobora con la lectura de Juan 1:28.31 y
el verso 34.
“El siguiente día vio Juan a
Jesús que venía a él y dijo: He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del
mundo... Yo no le conocía; mas, para que
fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizado con agua... Y yo le vi y he dado testimonio de que éste
es el Hijo de Dios...”
En Isaías
42:1.9, se deja ver claramente el comienzo del Ministerio del Mesías, después
de haber sido anunciado públicamente por Juan en el Jordán, al ser bautizado.
El factor principal del bautismo de Jesús, fue la ordenación pública para el
envío al Ministerio Juan 1:31.34.
El término
registrado en Mateo expresado por Jesús “... así conviene que cumplamos toda
justicia”, tiene que ver y es adjudicado directamente al acto de
ordenación que se hizo en público de parte de Juan hacia Jesús.
La ley de
Moisés, daba como mandamiento que todo sacerdote levita debería ser ordenado y
consagrado al oficio sacerdotal a la edad de treinta (30) años en adelante
(Números 4:3), lavándolo con agua y siendo luego ungido con aceite. Éxodo
29:4.7. Levítico 8:6.36.
Creo que
éste era el pensamiento de Jesús, que el momento era propicio para cumplir con
dicho mandamiento, su edad era de treinta (30) años aproximadamente (Lucas
3:23). Estaba el agua como elemento
principal, para luego ser ungido por Dios con el Espíritu.
Considero
que todo esto se hizo por acto de conciencia, ya que Jesús no estaba sujeto a
dicha ordenanza, porque Él no era de la tribu de Leví, Él era dela tribu de
Judad.
La expresión
“... que
cumplamos toda justicia”, encierra en sí un compromiso recíproco, tanto
en Juan como el bautizador, y en Jesús como el bautizado.
Si leemos
Juan 1:31.33, podemos notar que el acto del bautismo de parte de Juan, era
producto de un mandamiento y comisión que recibió de parte de Dios. El pasaje dice:
“Y yo no le conocía, más para
que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizado con agua..., y yo no
le conocía; pero el que me envió a
bautizar con agua aquél me dijo: Sobre quien
veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con
el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es
el Hijo de Dios.
Es
indiscutible que si Juan el bautista recibió mandamiento de Dios para bautizar
a Jesús, es lógico que Jesús recibiera mandamiento de Dios para someterse al
bautizo, ya que, detrás de todo esto había un propósito principal, que era
declarar y divulgar el Ministerio de Jesús en público. Todo esto se dio por la obediencia de ambos,
cumpliendo así el mandamiento de Dios estableciendo justicia. Mateo 21:25.26.
Esta es la
causa por lo cual los principales sacerdotes y los ancianos no dieron
respuestas a la pregunta que le hiciera Jesús concerniente al bautismo de Juan
en cuanto a su procedencia, si era de los hombres o de Dios. Si ellos decían de
los hombres los apedreaba el pueblo porque tenían a Juan como profeta, y si
decían que era de Dios porque desecharon su autoridad y no se sometieron al
bautismo.
La verdad
del caso es, que en un supuesto que ellos hubieran contestado que el bautismo
de Juan venia de Dios, ellos en su respuesta le estaban dando respuesta a su
misma pregunta ya que el elemento externo que Dios utilizó para enviar a Jesús
al ministerio fue a juan, y si el bautismo que ejecutaba Juan es del cielo
entonces es con las autoridad de Dios que Jesús llevaba a cabo sus
enseñanzas.
Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del
pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad
haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad? Respondiendo Jesús, les
dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os
diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?
¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si
decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis. Y si decimos, de
los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta. Y
respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os
digo con qué autoridad hago estas cosas. Mateo
21:23.27
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