MINISTERIO INTERNACIONAL DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN.

                                          " JESÚS SOBERANO SEÑOR"

                                                  DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A. 

      LA HUMILLACIÓN DE JESÚS

 

    Es de suma importancia, hacer un análisis bien profundo acerca del estado de humillación en la cual se tuvo que dar en Jesús en forma voluntaria, para poder entender la misión redentora que Jesús desarrollo en su total humanidad, la idea de este tópico, es demostrar que Jesús en el desarrollo de su ministerio, nunca apelo a su deidad, todo lo hizo en su humanidad en  la fe en la palabra que recibió del Padre, y en la intervención del Espíritu Santo. Aunque en el versículo 7 del capítulo 2 de Filipenses la kenosis o el despojo se le atribuyen al Verbo, indiscutiblemente en Jesús se dio una kenosis. Como en este fenómeno hay intrínsecamente un estado de humillación, estudiando la kenosis estaremos estudiando el estado de humillación por la cual Jesús tuvo que pasar.

 

    Kenosis: termino en griego que significa: vaciarse, despojarse.

 

    El término kenosis relacionado a Cristo implica: El vaciarse y despojarse de todas sus prerrogativas, propiedades, y principios divinos; que siendo Dios tenía que dejar de operar como Dios. Jesús nunca dejó de ser Dios, sencillamente se limitó en lo absoluto en sus propiedades divinas, para llevar a cabo el plan de salvación, por lo tanto, mientras Jesús estuvo en el ejercicio de su ministerio, no operó en los propiedades divinas.

 

    La kenosis en Jesús se dio, en que siendo Dios, en el transcurso de su ministerio no debía operar como Dios, tenía que caminar en la condición humana como un hombre. Hubo etapas en el ejercicio de su ministerio en las que en Jesús manifestó la divinidad, pero dicho acto no afectó el ministerio de salvación. 

   

    >Recibe adoración. Mateo 14:33. Juan 5:23.

 

    >Perdona pecado. Marcos 2:1.12. Lucas 7:48.49.

 

    >Se titula Señor del Día de Reposo. Marcos 2:28.

 

    >Se adjudicó el  “Yo Soy”, que sólo le pertenece a Dios y a su independencia

 

Juan 6:35; 6:41; 6:48; 6:51; 8:24; 10:7; 14:6.

 

    >Cambio el sentido de la Inspiración de las Escrituras. Mateo: 5:21.28.

 

    Debemos aclarar que todas estas manifestaciones en su divinidad no afectaron el plan de Salvación que Dios Padre tenía que desarrollar en su Hijo.  Cuando nos referimos e “afectar el Plan de Salvación”, estamos enseñando una verdad que parte de un principio que no puede ser alterado; si el diablo en el Huerto del Edén venció a un hombre, tenía que ser un hombre quien venciera al diablo..., no podía ser Dios. 

 

    Esto indica, que todos los milagros que se dieron en el ministerio de Jesús, fueron posible por la intervención del Espíritu Santo que moraba en Él. No hay un milagro registrado en las Escrituras que Jesús en su divinidad haya hecho.

 

    Hechos 10:38 dice: “Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y como éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él.” 

   

    En Mateo 12:28, Jesús afirma expulsar los demonios por el Espíritu de Dios: “Pero si Yo por el Espíritu de Dios hecho fuera los demonios...”

 

   

     En Lucas 4:14, se nos dice: “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea...”, en el comienzo de su ministerio.

 

     La Escrituras solo registran un milagro que se dio por la intervención del Verbo en la vida de Jesús, y este fue en las bodas de Canaán, convirtiendo las aguas en vino. En la respuesta que Jesús le da a María, vemos a Jesús refutando dicha demanda, Analicemos el pasaje.

 

      Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora” Juan. 2:1.4.

 

      La expresión ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora”  Muestra  a Jesús negando la posibilidad que en su humanidad no era el tiempo de realizar milagros mediante la intervención del Espíritu Santo, no había llegad su ora.

 

      En Jesús, después de darse la kenosis se dio la Plerosis que indica ser llenado o revestido de alguien o de algo, esto es del Espíritu Santo que vino a morar en Él. 

 

      Jesús nunca apeló a su divinidad en el ejercicio de su ministerio, dependió totalmente de  la  fe en  la  Palabra y en  el  poder  del  Espíritu  que  estaba  en  Él,  de  aquí  radica la  promesa que  hiciera a  sus discípulos, cuando les dijo: “las obras que yo hago, las hará también y aún mayores harán”. Según el conocimiento del pasaje, esto es posible por el  Espíritu  Santo  que  vendría  a morar en los discípulos (Juan 14:12.26). De no ser así, lo que Jesús les dijo a sus discípulos referente a sus obras, sería una burla, porque como le va a estar diciendo Jesús a sus discípulos que las obras que el hiso las harían en mayor proporción, si los discípulos no son Dios, en el caso que Jesús las haya hecho apelando a su Divinidad.

 

    La humanidad de Jesús fue tan latente en su ministerio, que  nunca operó en la omnisciencia estando en Él la persona del Verbo. Durante el ejercicio de su Ministerio, hubo cosas y casos que Jesús ignoraba por completo en su diario vivir. A continuación voy a dar los ejemplos:

 

    >Lucas 2:52, nos dice: “Y Jesús crecía en sabiduría y estatura...”. Observe que el pasaje dice que Jesús “crecía”, propiedad que no le es atribuida a Dios.

 

    >Marcos 5:30 dice: “Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de Él, volviéndose a la multitud dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?”.

 

    Si Jesús estuviese operando en la omnisciencia, habría un contraste en su divinidad, porque conociendo lo interior de Él, no conoce lo que sucede a su alrededor.

 

     El contexto afirma que Jesús en ese momento no estaba operando en la omnisciencia, al contrario, estaba en su total humanidad.  El versículo 32 dice: “Pero Él miraba alrededor, para ver quien había hecho esto”.  El versículo 33 dice que la mujer se descubre ante Jesús diciéndole la verdad, entonces es cuando Jesús tiene conocimiento del caso.

 

    >Juan 11:33-34 dice: “Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió y dijo: ¿Dónde le pusiste?  Le dijeron: Señor, ven y ve.”

 

    Observe que Jesús desconocía en su totalidad el lugar donde estaba la tumba de Lázaro, y lo tuvieron que conducir hasta allá, por la sencilla razón de que no estaba operando en la omnisciencia.

 

    >Marcos 11:13 dice: “Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas...”.  Según el relato que estamos presentando, Jesús no sabía que el árbol no tenía higo; bien dice el texto: “Fue a ver si tal vez, hallaba en ella algo”.

 

    >Marcos 12:32: “Pero de aquel día y de la hora, nadie nada sabe, ni aún los ángeles que están en los cielos, ni el Hijo, sólo el Padre”. 

 

    A la pregunta que le hicieron sus discípulos acerca de su venida para el establecimiento del reino, Jesús afirmó, enfáticamente, que Él no lo sabía; en su estado de humanidad estaba limitado.  Jesús dijo “…ni el Hijo lo sabe”.

 

     Cuando la Biblia dice que Jesús conocía lo que los hombres cavilaban en su mente y en su corazón,  no era la omnisciencia operando en Jesús, eran los dones de revelación que se manifestaban en Jesús por el Espíritu Santo que estaba en Él. Citemos el pasaje.

 

      “Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?” Marcos.2: 6.8.

 

      “Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones?” Lucas 5:21.22.

 

      Observa que quien da testimonio de la posible omnisciencia de Jesús, fueron dos escritores (Marcos y Lucas) que recopilaron información, pero no estuvieron presentes en la escena como para detallar el asunto. Es de notar, que quien le diera esta información a los escritores, se dejó llevar por lo acontecido, mas no tenía ni el menor conocimiento de la vida del Espíritu en Jesús, que sin lugar a dudas fue quien la reveló en palabra de ciencia el cavilar que esto fariseos tenían en el interior.

 

     Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi…” Juan. 1: 47.48.

 

    En este pasaje, podemos observar que Jesús se está moviendo en dos dones de revelación dados por el Espíritu que son: Visio espiritual y discernimiento de espíritu.

  En conclusión: Si Adán era omnisciente, Jesús tenía el derecho de operar en la omnisciencia, pero como Adán no era omnisciente Jesús tampoco debía operar en la omnisciencia, ya que Él es el postrer Adán, semejante al primer hombre.

 

    Jesús tampoco era omnipresente.

 

    Esto está bien  claro en las Escrituras, Jesús se valía de transporte para llegar y hacer su traslado a los poblados; se valía de barcas (Mateo 9:1; 14:13; 15:39) y caminaba Juan 4:1.6.

 

    Jesús no podía estar en varios lugares al mismo tiempo, se valía de un cuerpo que lo limitaba en el espacio y en el traslado. En conclusión al tópico de la kenosis en Jesús, se descarta por completo que operó en su divinidad o deidad en su Ministerio de salvación, Él todo lo hizo como hombre y en esto está su grandeza, que fue un hombre el que venció al diablo, no fue Dios. 

 

    Para tener una mayor comprensión de su humanidad, en el tópico que sigue desarrollaremos, trataremos y estudiaremos  acerca de las concupiscencias que se dieron en Jesús y analizaremos su carácter. Vamos a realizar un estudio etimológico del término concupiscencia para poder entender por qué es relacionado a Jesús.



 

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