" JESÚS SOBERANO SEÑOR"
DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A.
LA ENCARNACIÓN DEL VERBO.
Después oí la voz del
Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí
yo: Heme aquí, envíame a mí. Isaias. 6:8.
Según el registro del profeta Isaías en
el capítulo 48 verso 16, el verbo fue enviado por el Gran Yo Soy mediante la
persona del Espíritu Santo. Analicemos el pasaje.
“Acercaos a mí, oíd esto: desde el
principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora
me envió Jehová el Señor, y su Espíritu”. Isaias.48:16.
Durante
esta conversación, Jehová Dios puso ciertas condiciones que debía cumplir el
Verbo para poder encarnar y hacerse manifiesto en la Persona de Jesús. Las
aceptaciones de estas condiciones por parte del Verbo están consideradas por la
alta crítica teológica, como una humillación por parte de Dios al Verbo.
En
Filipenses se nos dice que el Verbo antes de manifestarse en la persona de
Jesús, se humilló y se despojó a sí mismo para tomar forma de siervo haciéndose
hombre. Si analizamos bien la carta que escribe Pablo a los Filipenses y
hacemos análisis algunos términos nos daremos cuenta, que en dicho pasaje Pablo
presenta la humillación del Verbo anterior a la de Jesús. Aunque no se describe
en el pasaje el vocablo Verbo en forma literal, en el sentido tácito en la
oración se encuentra la figura del Verbo. Analicemos el pasaje.
“Haya, pues, en vosotros, este sentir que hubo
también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser
igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de
hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz”. Filipenses 2:5.10:
> “Haya,
pues, en vosotros, este sentir que hubo también en Cristo Jesús…”
=Aquí
está haciendo referencia a la persona de Jesús el Cristo.
>
“…el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a
qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; …”
=En este párrafo, se está haciendo
referencia al estado de transición de lo divino a lo humano. El vocablo “despojarse”
que indica una acción, demarca el momento en que el Verbo tomo la decisión de
humillación.
>
“…se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”
...”
= En este segmento se deja ver el momento en que se produjo
la unión hipostática. La unión indisoluble de lo divino con lo humano. Por otra
parte, hay que tomar en cuenta que el término “También” que aparece en
el pasaje para hacer referencia al sentir de Jesús concerniente a su estado de
humillación, indica gramaticalmente, que Jesús como hombre está haciendo
exactamente lo que anteriormente alguien hizo por igual, Es decir, el hecho de
que el término “También” está entes de mencionar a
la figura de Cristo, indica que el escritor está instando a los creyente a
tener una aptitud y actitud de humillación como lo hizo Jesús después de
haberlo hecho el Verbo. Si el término “también” estuviera antes de la
expresión “vosotros” entonces el mansaje seria, que los creyentes deberían
hacer lo que Cristo anterior mente hizo, sin incluir a la persona del Verbo. Pero
el término también está antes de hacer referencia a la persona de Cristo,
quiere decir, que hubo alguien que tomó la actitud de humillación
antes de que Cristo lo hiciera, sin lugar a duda de quien
está haciendo referencia Pablo en su
escrito en relación a la humillación en semejanza a la de Jesús, es el
Verbo.
El término “También”
viene del griego “kai”, que indica
similitud de actitud o de proceder. El
pasaje en cuestión, corrobora lo antes dicho:
“Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, ...
Si continuamos nuestro análisis nos daremos cuenta,
que el término “el cual, siendo en forma de Dios, ...” se refiere directamente al Verbo, lo cual se
puede corroborar al leer la continuación.
“... no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse.”
El término “Forma”, que aparece en el pasaje,
viene del griego “Morfe”, que indica
rasgo distintivo especial o característico de una persona, que nadie más puede
tener a excepción de alguien que sea Dios mismo. Quiere decir sin lugar a
dudas, que el término forma del griego morfe que aparece
en el pasaje, está haciendo referencia a la persona del Verbo en el momento de
su transición para que nazca la figura del theantropus el Dios Hombre.
Además,
observemos que el término “Igual a Dios” que aparece en el
contexto indica y hace referencia a alguien que tiene la misma naturaleza de
Dios porque también es Dios. En el
versículo 7 del capítulo 2 de Filipenses tomando en cuenta la ilación de
pensamiento se le atribuye el despojo y la humillación al verbo. A continuación,
citaremos el pasaje.
“Sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la
condición de hombre...”
Si analizamos bien el pasaje nos podemos dar cuenta, que el Verbo vino en
forma voluntaria a entrar en una condición en la que anteriormente no estaba.
Esto es lo que Juan en el capítulo 1 versículo 14 afirma cuando expresa: “Y
aquel Verbo fue hecho carne...”
Una vez que
el Verbo se hace carne nace la figura de Jesús el theantropus
(Dios hombre); entonces es cuando Pablo presenta la humillación de Jesús
posterior a la del Verbo. Citemos el pasaje.
“Sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres (haciendo referencia al
Verbo), y estando en la condición de hombre (haciendo referencia a Jesús), se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
La obediencia hasta la muerte de cruz, por lógica se entiende que está
haciendo referencia a Jesús ya que el Verbo no puede ver muerte.
Lo grande
que debemos aprender de esto es, que si Dios en la persona del Verbo no se
humilla no nace la figura de Jesús, pero por igual con todo y que Dios en el
Verbo se haya humillado si Jesús como hombre no procede a su humillación la
humillación del Verbo pierde su significado y su objetivo. Es decir, si el
Verbo no se humilla, no nace la figura de Jesús, pero si Jesús no se humilla,
se pierde la humillación del Verbo.
La grandeza
de la humillación del Verbo consiste en que en dicha humillación se dio todo lo
contrario a lo que satanás quiso hacer mientras estaba con Dios. Este ser, sin
ser Dios quiso ser igual a Dios, mientras que el Verbo siendo Dios no estimo el
ser igual a Dios.
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