MINISTERIO INTERNACIONAL DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN.

                                         " JESÚS SOBERANO SEÑOR"

                                                  DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A.  


        CRISTO COMO VICARIO Y MEDIADOR.

      A continuación daremos un breve estudio en relación a lo que es el ser un vicario, en que consiste la obra vicaria, y que es un mediador, y como fungió Cristo como mediador.

      Vicario: Este término no aparece en las Escrituras, por ende no es bíblico, es un término teológico utilizado para describir a Cristo como un sustituto, y de allí se deriva lo que se conoce teológicamente como “Obra Vicaria”.

     Antes de entrar en el tópico acerca de lo que es un vicario, y lo que es una obra vicaria, voy a tratar el tema de Cristo como el postrer Adán:

     El término postrer indica uno semejante al primero, siendo el segundo y a su vez el último sin posibilidad de que haya un tercero. Éste es el término que utilizó el apóstol Pablo en la carta que escribe a los Romanos, y la primera carta a los Corintios.

     “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. 46Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 47El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 48Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial”. 1ª Corintios 15:45.49.

    “12Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia 18Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.    (Romanos 5:12.21)

    

     

     El pensamiento de Pablo, cuando menciona a Jesús como el postrer Adán en forma recíproca o bilateral, estriba en que todo lo que Jesús en calidad de hombre logró hacer, Adán estaba en la posibilidad de hacerlo. Así como Jesús en su humanidad, a causa de su obediencia condenó al diablo, se podía dar la posibilidad de que Adán en su humanidad a causa de su obediencia en forma oportuna, cuando fue seducido, emitiera condena a Satanás, enviándolo al infierno a causa de su obediencia.

      El otro acto recíproco en semejanza a Jesús como el postrer Adán, es que Adán era un ser mortal e inmortal. Mortal porque podía morir, inmortal porque no estaba sujeto a la muerte. Si Adán no hubiera cedido a la tentación, por su obediencia hubiera pasado del estado de inmortalidad al estado de inmortalidad eterna, quitándose la posibilidad de morir a causa del pecado, restándole a Satanás el derecho de volver a tentar Adán a causa de su eterna inmortalidad. Pero Adán cedió a la tentación y pasó de un estado de inmortalidad a mortalidad, estando sujeto a la muerte. Si Jesús hubiera cedido a la tentación, hubiera llevado al hombre a un estado de inmortalidad eterna, restándose la posibilidad al hombre de ser redimido.

     El estado probatorio por el cual Adán pasó en el huerto del edén, a causa de su obediencia, le daba la posibilidad, de pasar del estado de inmortalidad  al estado de inmortalidad  eterna. Por su desobediencia paso del estado de inmortalidad al estado de mortalidad  estando sujeto a las muertes, esto es la muerte espiritual y la muerte física.

     

     Lo que hizo posible que Dios sacara al hombre del estado de mortalidad, es que el hombre pecó en el tiempo, caso contrario al diablo que pecó en la eternidad. Es por esta causa, que Dios sacó al hombre del huerto para evitar que comiera del árbol de la vida  y viviera eternamente condenado sin posibilidad de regeneración. Si el hombre come del árbol de la vida, se hubiera dado una degeneración absoluta para muerte, y como resultado el hombre estuviera en la tierra muerto en vida.

 

      Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre… Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. Génesis. 3:22.24.

       En el caso de Jesús como el postrer Adán, por igual era mortal e inmortal; Jesús por ser mortal por causa del estado de pecado que Dios puso sobre Él en la cruz, murió tanto física como espiritualmente; pero, por causa de su obediencia al cumplimiento de la ley y los mandamientos de Dios, fue justificado y vivificado en el espíritu, resucitándolo de entre los muertos, pasando al estado de inmortalidad eterna, condenando al diablo y destinándolo para el infierno.

       Por causa de lo que Jesús hizo en su obediencia como el postrer Adán, todos los que creen en Él, por fe en la gracia de Dios, se les concede el estado de inmortalidad eterna, pasando a gozar de dicho estado en forma integral y absoluta cuando venga la resurrección aunado al traslado de la Iglesia.

    La Obra Vicaria define un acto realizado o sufrido en favor de otro, para que los beneficios del acto se transfieran al beneficiario.  

    El término vicario indica una sustitución; se dice de alguien que ocupa un lugar dejando de ser beneficiado para que otro sea beneficiado. Cristo murió no solamente a favor nuestro, sino en lugar  nuestro; Él fue hecho maldición por nosotros para que nosotros fuésemos hechos bendición por Él. Romanos 5:6.8; Gálatas 3:13.

    El término “vicario” está en contraste del sicario, el vicario entrega la vida, el sicario la quita. Jesús manifestó ser el Vicario de Dios. 

    “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. Juan 10:14.

      El término vicario tiene que ver y es aplicable a un mediador.

    Mediador: Del griego Mesites”, “uno que va entre”, se usa en el N.T  y se aplica a uno que media entre dos partes con vista a conseguir paz.                     

    El término mediador es aplicable a aquel que posee la naturaleza y propiedades de aquel ante quien actúa (Dios) y que asimismo participa de la naturaleza de aquellos en favor de los que actúa (el hombre).

    Para ser un mediador ante Dios a favor del hombre, debía poseer la Deidad en conjunto con la humanidad, porque sólo así podría abarcar las demandas del uno y las necesidades del otro. Además, las demandas y las necesidades podían hallar su satisfacción sólo en aquel que siendo sin pecado, se ofreciera a sí mismo como sacrificio en favor de los pecadores llevando el pecado de ellos. Estas demandas sólo se dieron en un ser llamado teológicamente como el Theanthropos (Dios Hombre) manifestado en la persona de Jesucristo.

   “Porque hay un solo Dios, y un solo “mediador” entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. 1ª Timoteo 2:5.

    Por cumplir Jesús el papel del Mediador “Mesites”, en la cruz se llevó a cabo lo que se conoce teológicamente como el “Misterio del Cambio”.

    En 2ª Corintios 5:21, se declara este misterio: “Al que no conoció pecado por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El”.

    El término “Pecado” que aparece en el pasaje gramaticalmente es un sustantivo que presenta el pecado como estado, no es un verbo que denomina el pecado como obras, Jesús no hizo pecado, Dios lo “Hizo Pecado”.

    El pecado que entró en Jesús se dio por imputación y por amputación, en esto está la diferencia con el pecado de Adán que entró por obras. Esto indica, que el pecado que Dios puso en Jesús no lo hizo un pecador, lo hizo el pecado de la humanidad.

    Por esta causa, Dios no juzgó en la Cruz a un hombre pecador, Dios juzgó a un hombre cargado de pecado, haciendo juicio sobre el mismo pecado; por lo consiguiente, Dios no trató a Jesús como un pecador sino como el pecado mismo o como el germen del pecado, pasando a ser una maldición, muriendo como un maldito           2ª Corintios 5:21.

    Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”. (Gálatas 3:13)

     “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado;…” (Deuteronomio 21:22.23)

   Como en la Cruz se dio el Ministerio del Cambio, y  Él fue mi mediador (Mesites), mi sustituto, de la misma manera y con la misma fuerza,  propiedad y autoridad que Dios imputó el pecado sobre Jesús, imputó la justicia sobre mí, Cristo se llevó mi estado de pecado, pero Dios me dio su estado de  justicia. 2ª Corintios 5:21.

    De la misma manera como Dios vio a Jesús como el germen del pecado, me ve a mí como la  justicia misma. De la misma forma como Dios puso el pecado en Jesús y lo declaró culpable, puso sobre mí su justicia y me declaró justo e inocente. Hay una gran diferencia entre lo que es un veredicto y lo que es una sentencia.

     >Veredicto: Es la decisión final pronunciada por un jurado sobre la inocencia o culpabilidad sobre un hecho en litigio. El  declarar inocente o culpable a un ente sometido a juicio es el veredicto.

     > Sentencia: Es la pena impuesta por un juez o un tribunal.

          En cuanto a la justicia divina imputada al hombre en el proceso de remisión, le dio al hombre caído en Adán un veredicto de inocente, quedando absuelto de la sentencia de condenación que por sí solo no se podía librar. De igual manera, el estado de pecado imputado sobre Jesús, le dio un veredicto declarándolo Dios culpable, dándole una sentencia de condenación, enviándolo al infierno, al lugar de tormento.

      Este fue un caso relevante en el ministerio de Jesús, cuando le trajeron una mujer sorprendida en el acto de adulterio. Los que la trajeron le presentaron  a Jesús el veredicto y la sentencia, Jesús la absolvió de su sentencia (lapidación) aun siendo culpable. Esto fue lo que hiso Dios con nosotros en la cruz, nos declaró inocentes, siendo culpable.

      Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer  le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Juan.8:10.11.

     “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;… Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los Profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”. (Romanos 3:10.25)

 

     Para mayor comprensión de lo que es un mesites que llevo a cabo el misterio del cambio, voy e analizar lo que es un acto de remisión.

     REMISIÓN: De donde se deriva el término “Remitir”, que indica: Remover, quitar,  trasladar, trasponer Lucas 23:7. Colosenses.2:11.

    Remitir: En relación al pecado, es el acto de transponerlo de un lugar a otro.

     Remisión: Es el acto de quitar “De” y poner “En”, en este caso quitarlo del hombre caído en Adán  el estado de pecado y colocarlo en Jesús. Por esta causa nunca se podía dar la Remisión si no hubiese habido un lugar donde poner lo remitido. Mateo 26:28. Hebreos 9:15.22; 10:18.

     “Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Éste es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay Remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado”. Hebreos 10:11.18.

     Si Dios quita del hombre el estado de pecado que lo condenaba y no consigue en quien colocarlo, tendría Dios que volverlo a poner sobre el hombre, entrando en él la condenación de parte de Dios, no habiendo posibilidad de justificación; por eso Dios se proveyó de un sustituto que ocupara el lugar donde sería colocado el estado de pecado que mantenía al hombre en  condenación.  

   Esto indica que la fuerza de la Remisión no estuvo en lo absoluto en que Jesús llevó mi estado de pecado, sino en que Él ocupó el lugar donde Dios colocaría dicho estado. Jesús no solo ocupó nuestro lugar, haciéndose pecado, sino que ocupó el lugar donde fue colocado nuestro estado pecado. 2ª  Corintios 5:21.

     El acto de redención y remisión que se dio en la cruz, trajo como resultado la propiciación. Vamos a estudiar lo que es la propiciación y de donde se deriva este término.

    PROPICIACIÓN.

    La palabra del griego es Jilasterion de donde se deriva el término propiciar, propicio, que indica apaciguar, volver favorable, conciliar.

     En su más amplio concepto, propiciar indica: Calmar la ira de un Dios ofendido, y está relacionado con el amor, la compasión y la misericordia la gracia y el perdón. (Romanos 3:25. Hebreos 8:12.1ª Juan 2:2; 4:10).

     Dios nos perdonó por amor, teniendo compasión, se movió a misericordia, manifestó su gracia, nos  perdonó nos impartió su justicia, dándonos la vida, regenerándonos por completo, introduciéndonos a la salvación eterna, pasando hacer su hijo.

    Hebreos 8:8.12 Dice: “Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo Pacto; No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el  pacto que haré con la casa de Israel: Después de aquellos días, dice el Señor, pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades”.  

    El término “propiciación” viene de “propiciatorio” que era la tapa o cubierta del arca del pacto que se encontraba en el lugar santísimo.

    Para tener mejor comprensión del acto de propiciación, debemos estudiar qué es el propiciatorio, y qué función tenía en el Lugar Santísimo.

    El Propiciatorio era una plancha de oro puro que cubría el Arca del Pacto, medía más de un metro de largo y setenta centímetros de ancho (Éxodo 25:17; 37:6). Tenía un querubín labrado a cada extremo, los cuales estaban frente a frente y sus alas extendidas se tocaban en el punto central superior (Éxodo 25:18.20; 37:7.9). El Propiciatorio estaba sobre el Arca del Pacto, situada detrás del velo en el lugar Santísimo (Éxodo 26:34; 30:6).

    El lugar Santísimo era donde Dios moraba y hacía acto de presencia manifestando su Gloria. La sangre de la expiación era rociada por el Sumo Sacerdote sobre el Propiciatorio una vez al año. Sobre la sangre descendía el fuego de Dios en forma literal y la consumía en su totalidad, descargando toda su ira en señal de reconciliación por el período de un año (Levítico 16:2.34).

    Cuando Pablo en Romanos 3:25 dice: “A quien Dios puso como propiciación...”, estaba haciendo referencia a Jesús. Debemos aclarar que el término propiciación no aparece en los textos originales, el que aparece es Propiciatorio, indicando la semejanza de lo que Jesús hizo. Él fue el propiciatorio humano, donde se derramó la sangre, sobre quien cayó la ira de Dios.

     Según este acto de Propiciación que se dio en Jesús, nosotros como regenerados en Dios, no somos hijos de ira sino de bendición (Efesios 2:3. 1ª Tesalonicenses 1:10; 5:9).

     Lo otro que hay que entender es que Dios no está molesto o disgustado en lo absoluto con el mundo como muchos lo han pregonado en sus predicaciones, anunciando un mensaje de condenación sobre las naciones,  causando intimidación y temor, dejando de anunciar el verdadero mensaje que conlleva a la Salvación que son las “Buenas Nuevas”.

    En el desarrollo de su ministerio, Jesús hizo acto de propiciación al evitar que los discípulos hicieran descender fuego del cielo sobre una aldea que no los recibieron.

  

     “Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea”. (Lucas 9:52.56)

    Esto lo hizo Jesús antes de hacer acto de propiciación en la cruz, ¿qué nos hace pensar que después de que Dios haya amado al mundo, y por causa de esto haya entregado a su único hijo, descargando sobre Él toda su ira, va a arremeter con ira en contra de ese mundo que amó? Pensar de esa forma, es no entender la fuerza que tuvo el acto de Propiciación que se dio en Jesús entregando su vida, derramando su sangre en el calvario.

     Nunca nos olvidemos de esta verdad, que aunque parezca paradójico, ese Dios que no cambia, su carácter cambió en la cruz. Dios depositó toda su ira sobre su hijo para no descargarla sobre nadie. A esto se le llama: Propiciación.

 

     “Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está hastiada de males, y mi vida cercana al seol. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza, Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, de quienes no te acuerdas ya, y que fueron arrebatados de tu mano, me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en lugares profundos. Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas”. (Salmo 88:1.7)

     Si analizamos Juan 3:16, hay unas propiedades y características producto del amor de Dios a favor del hombre caído. Leamos y analicemos, el texto dice lo siguiente:

    >“Porque de tal manera”--- La inmensidad de su amor.

    >“Amo Dios al mundo”---- El objeto de su amor.

    >“Que ha dado”------ El despojo de su amor.

    >“A su hijo unigénito”---- La dádiva de su amor.

    >“Para que todo aquel que en él cree”----- Lo universal de su amor.

    >“No se pierda”----------- El rescate de su amor.

    >“Más tenga vida eterna”----------- La recompensa de su amor.

 

     Si éste fue el sentir de Dios (amarnos) antes de rescatarnos en nuestra condición caída, cuanto más ahora que somos sus hijos.

     Por esta razón es que Pablo dice que nosotros estamos llamados a reconciliar al mundo con Dios, no a Dios con el mundo, porque Él a causa de la Propiciación que se dio en Jesús, quedó reconciliado con el mundo; Dios no tiene problemas con el mundo, el mundo lo tiene con Dios. 

    “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo,…”. 2 ª Corintios 5:18.19.

    La redención la remisión y la propiciación  llevada por Cristo en la cruz,  trajeron como resultado la regeneración.

    El término “Regeneración” indica llevarte al género original que tenías antes de caer en Adán, sin la posibilidad de volver a caer en dicho estado. (Tito 3:5).

    Regeneración viene del griego Palingenesia”, que indica “Hacerte de nuevo”. La “Regeneración” no es aplicable al remiendo  o a la reestructuración, somos nuevas criaturas, nunca antes habíamos existido para Dios. Por esta causa el término “Nuevo” que Pablo utilizó en 2ª Corintios 5:17 para hacer referencia al nuevo nacimiento es Kainos”, que indica lo que viene a ser por primera vez.

    Kainos: Tiene que ver con lo que nunca ha existido. De modo que nosotros no tenemos pasado para Dios, en Él somos un presente y nos proyectamos hacia un futuro; para Él las cosas cuentan desde el mismo momento en que creímos. Jesús lo dijo y lo dejo establecido: “Si el hijo hoz libertare, seréis verdaderamente libre…” 

    Según todos estos incidentes que se dieron en el calvario, mi pregunta es: ¿venció Jesús al diablo en la cruz?

      Hay quienes alegan en forma equivocada y distorsionada, el supuesto triunfo que Jesús obtuvo sobre el diablo y los demonios en le cruz del calvario. Si hacemos un análisis a las escritura Sagradas, en ninguna parte de ellas, da tal afirmación. El pasaje que es tomado para defender dicha doctrina en forma descontextualizada es Colosenses 2:15 donde registra lo siguiente.

      Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

       En Colosenses 2:15, Pablo no está haciendo referencia a los demonios ni al diablo en una forma directa cuando hace mención a “Principados y potestades”. Si analizamos bien el pasaje tomando en cuenta la ilación de pensamiento y el fondo cultural, nos podemos percatar de que Pablo se está refiriendo a los políticos, a quienes representaban la ley, a los gnósticos, místicos de aquellos tiempos, a falsos maestros que pretendían extraviar a los colosenses de la doctrina. Hay que tomar en cuenta, que Pablo le está escribiendo la carta a la comunidad cristiana que estaba en Colosas antigua ciudad de Frigia, perteneciente a una provincia Romana, sus habitantes en su mayoría se componían de gentiles que no tienen nada que ver con la ley. Pablo hace mención en el pasaje al “acta de los decretos” que es referente a la ley ceremonial o igual llamada ritual, la cual Cristo en su cumplimiento la clavo en la cruz, término que tiene que ver con el anular, caducar, dejar sin efecto. Es importante aclarar que Pablo cuando hace mención a la ley el cual llama el acta de los decretos, se refiere a la ley escrita por Moisés, el cual fue colocada del lado afuera del arca del pacto (Deuteronomio. 31:24.26) No se está refiriendo a la ley moral el cual está representada por los 12 mandamientos escritos por Dios en el monte Sinaí mediante su Espíritu Eterno, y fueron colocadas dentro del arca del pacto. (Éxodo. 25:16, 31:18)

    En el verso 16 Pablo dice “Por tanto”, es decir, por lo que les acabo de expresar, “…nadie los juzgue en comida o en bebida, o en cuanto días de fiesta (fiestas anuales), luna nueva (observaciones mensuales), o en días de reposo” (el sábado, observancia semanal). 

     Mi pregunta es: ¿Tienen que ver los demonios con tales costumbres? De ninguna manera. Pero debemos hacer la observación bajo otro contexto, y entender que Jesús al vencer y despojar a estos personajes, tales como: los que representan la ley, los gnósticos y místicos que le brindaban culto a los ángeles; quedaron al descubierto y derrotados los poderes de las tinieblas que influyen y operan detrás de estas autoridades. Pero esto no da pie para afirmar que Cristo obtuvo un triunfo absoluto y definitivo sobre los poderes de las tinieblas en la Cruz. 

     Lo que sí es una verdad, es que nuestro Redentor obtuvo un triunfo definitivo y absoluto sobre la ley cumpliendo con las demandas y mandamientos de Dios descritas,  para darle paso a la dispensación de la gracia,  y a su vez, se cumplieron a cabalidad,  toda las profecías dadas por los profetas en relación a su obra redentora. Aun muriendo se cumplió lo escrito por David en los salmos,  cuando exclamo: “Tengo sed”  citémoslos pasajes en común.

  “Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed”.Juan.19:28.

     “Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar,…” Salmo 22:15.

     Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre” Salmo 69:21.

      Es por causa de este triunfo, que Jesús expresó un cantico de victoria sobre la ley y el cumplimiento de las profecías, cantico que está registrado en el término griego “Tetelestai” que significa: “Consumado es”. Eso lo registran las Escrituras. Citemos el pasaje.

      “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”. Juan. 19:30.

         Esto es corroborado por el apóstol Pablos en la carta que escribe a los colosenses.

 

      “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,…” Colosenses 2:13.14.

      Hay quienes afirman, que el término “acta de los decretos” no tiene que ver con la ley, sino con un registro de los cargos que estaban contra nosotros y que Dios simbólicamente quito clavándolos en la cruz. Esta afirmación es denegada por el simple hecho de que pablo afirma que   “…nadie los juzgue en comida o en bebida, o en cuanto días de fiesta (fiestas anuales), luna nueva (observaciones mensuales), o en días de reposo” (el sábado, observancia semanal), prácticas que tienen que ver con la ley.

      Jesús para poder vencer a los poderes de las tinieblas, primero tenía que vencer a la muerte que era su principal obstáculo. Si Cristo no vence la muerte, no puede vencer al diablo, esto es lo que registran las escrituras. Analicemos el pasaje.

     Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,…”Hebreos 2:14.

     Pablo exclama un cantico de victoria al entender el triunfo que Cristo obtuvo sobre los poderes de las tiniebla, venciendo la muerte en el cumplimiento de la ley.

     “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”.             (1ª Corintios 15:55-57)

      Lo que Pablo quiso decir en su más amplio sentido fue: “¿Dónde está, oh muerte tu aguijón? ¿Dónde, oh muerte tu victoria? Ya que lo que le da derecho a la muerte es el pecado, y lo que le da poder al pecado es la ley. Gracias doy a Dios por Jesucristo, que cumpliendo la ley venció al pecado, y venciendo al pecado destruyó la muerte”.

      Para muchos es paradójico lo que escribo, y choca con un mundo de tradición. Cristo murió en derrota, en maldición, cargado de pecado, Él fue vencido en la Cruz. Pero al final de la jornada salió vencedor y triunfador, para tener un lugar de mayor eminencia, y sentarse a la diestra de Dios Padre. 



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