LA BENDICIÓN DIVINA A CAUSA DEL QUEBRANTAMIENTO.
> El quebrantamiento es una de las etapas más difíciles del ser humano, porque está en proporción directa de la entrega de una voluntad que indica obediencia.
>El quebrantamiento produce una humillación; la humillación, una abnegación; la abnegación, la entrega de la voluntad; la entrega de la voluntad, la sumisión; la sumisión, la sujeción; y la sujeción, la obediencia.
¿QUÉ ES QUEBRANTAMIENTO?
>Quebrantamiento: Es Dios tratando con la autosuficiencia de los hombres para que éstos, a su vez comiencen a depender de Él.
El Dr. Kittin Silva Bermúdez en uno de sus libros dice: “Cuando el quebrantamiento de la voluntad se activa en la vida del hombre, el mismo toca las fibras más profundas de su ser, neutralizando su potencial y su habilidad para librarlo de su autodependencia y autosuficiencia e impulsarlo a una mayor experiencia espiritual. Lo cierto es, que el inmenso poder del quebrantamiento, cuando logra su efecto en una persona, es capaz de revolucionar y producir vida, aún en medio de huesos secos. No habrá promoción espiritual sin que haya un quebrantamiento. Ésta es una gran verdad que debe ser atesorada en el cofre de todo aquellos que son llamados por Dios; nunca olvides este principio que desciende de lo alto: Sólo los verdaderamente quebrantados ante Dios serán ascendidos y promovidos por Él”.
Según el relato Bíblico, Dios hizo grandes cosas con los que estaban en el caos más grande de este mundo, los que dijeron en su situación precaria que no podían, con ellos Dios pudo. Un Gedeón, un Moisés, un Jeremía, un Elías, un Job, un Nabucodonosor.
> Quebrantamiento: Esta en entender, que somos el ser más pequeño ante un Dios Grande. Es entender que somos vasos e instrumentos en las manos de Dios para que Él haga su obra.
>El quebrantamiento Emana de un corazón que percibe la necesidad que se tiene de la presencia de Dios y de su gracia.
>El quebrantamiento Está en todo aquel que percibe su pobreza espiritual, comprendiendo que en Dios están los más grandes recursos para saciar lo que es insaciable en el ámbito humano. Mateo 5:3.
>El quebrantamiento Es aquella aptitud en la que todo el ser del hombre es sumergido en sumisión, estando en sujeción, sediento de conocer el más grande deseo de Dios para su vida para obrar en obediencia.
>Quebrantamiento: Es Dios tratando la autosuficiencia de los hombres para que éstos, a su vez comiencen a depender de Él.
En una ocasión Kathryn Kuhlman, en una de sus oraciones, le expresó a Dios su total dependencia y esto la llevó al éxito. Le dijo: “Señor, los hombres nacen a menudo con grandes virtudes, unos nacen con oídos musicales para entonar y tocar, otros con una buena voz para cantar, otros con belleza para modelar, otros tienen inspiraciones para escribir y para pintar; en mi caso, yo nací sin nada, no soy nada y no tengo nada, si Tú crees que puedes hacer algo con la nada, entonces la nada te entrego”.
De la nada Dios hizo una de las más grandes evangelistas con un poder de sanidad y una pasión muy fuerte por el Espíritu Santo. La dependencia hacia Dios nos llevará a la grandeza, la independencia de Dios y la dependencia de nosotros mismos nos llevarán al fracaso.
Kathryn perdió todo de sí para hallar todo de Dios. En una ocasión refiriéndose a la persona del Espíritu Santo dijo: “No es un poco de Él y un poco de mí, no es mucho de Él y un poco de mí, es todo de Él y nada de mí”. Esto es quebrantamiento, nuestra dependencia total de Él y una renuncia total de nosotros.
Pablo dijo: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo…” Filipenses 3:7.8.
>Quebrantamiento: Es el acto de desmoronarte, segmentarte, desarmarte, inutilizarte, destruirte; para que todo tu ser pueda morir y Cristo pueda vivir en ti. (Gálatas 2:20)
Jesús entendió, enseño, y vivió este principio, Él dijo: De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. Juan 12:24.
En esta alegoría que Jesús presenta, relaciona la cáscara como el alma no santificada, que contiene la voluntad que está viciada y dominada por el pecado y adquirió tal autonomía y despliegue que es prácticamente infranqueable para el espíritu renacido. La vida está dentro de la cascara que es la semilla, hasta que esta no sea esquebrajada no germinara y por ende no habrá fruto.
Como verdad paralela La Biblia habla del ungüento de nardo puro que está dentro de un frasco de alabastro (Juan.12:3). Las Escrituras usa intencionalmente el adjetivo “puro” para hacer referencia al perfume. Este es un ungüento de nardo perfumado que puede representar al espíritu renacido. No obstante, a menos que el frasco de alabastro fuera quebrado, el ungüento de nardo puro no podía ser liberado. Es extraño que mucha gente valore más el frasco de alabastro que representa el alma, que el ungüento perfumado que representa al espíritu renacido. De la misma manera, muchos piensan que la vida llevada por su hombre exterior, es más valioso que la vida que Dios puede desarrollar a cabo en el hombre interior que ha logrado tener una libertad en el proceso del quebrantamiento.
>El quebrantamiento del hombre exterior (Alma) es llevado a cabo por el Señor para lograr la liberación del espíritu renacido. La única obra que Dios aprueba es la obra que se realiza por el espíritu renacido, y el espíritu puede tener perfecta libertad de acción al ser quebrantado el hombre exterior que tiene relación con el alma.
>Sin el quebrantamiento, prácticamente no somos aptos para realizar ninguna tarea. Todo entusiasmo, celo, clamor, e inclusive nuestros más grandes deseos; son vanos ante Dios si su procedencia no emana de la obediencia como resultado de un quebrantamiento. El quebrantamiento es fundamental ya que es la única manera que uno llegue a ser un vaso útil para el Señor.
>Entre toda la gente del mundo, en relación a los que tienen la vida del Señor, encontramos dos condiciones de vida. En unos la vida se encuentra atada, circunscrita y aprisionada por un alma que no está quebrantada. Pero en otros, el Señor ha abierto una brecha por el proceso del quebrantamiento y la vida que está en el espíritu renacido ha podido brotar. El problema de nosotros no radica en cómo obtener vida pues ya la tenemos, sino en cómo permitir que esta vida emane de nuestro interior.
>Cuando decimos que el Señor tiene que producir en nosotros el quebrantamiento, no es sólo una figura retórica ni una doctrina, ni un capricho humano; el quebrantamiento tiene que llevarse a cabo para ser útil en el propósito de Dios. La vida del Señor puede propagarse por toda la tierra, pero está encerrada en nosotros. El Señor puede bendecir a la iglesia, pero su vida se encuentra aprisionada, restringida y bloqueada por nuestro hombre exterior que no ha sido quebrantado. Si el hombre exterior no es quebrantado, no traeremos bendición a la iglesia, ni podemos esperar que el mundo reciba la gracia de Dios por medio de nosotros.
Eclesiates dice: “El corazón del necio está al lado izquierdo, pero el del sabio está al lado derecho”. Siempre me pregunté ¿por qué?.. Y entendí el significado del texto: Si te colocas la mano al lado izquierdo hay señal de vida, sientes los latidos del corazón. Pero si te la pones al lado derecho no hay señal de vida indica que estás muerto… solamente con los muertos Dios puede trabajar. Morir al “yo” es negarse a sí mismo, es una entrega al que tiene Vida, es entregarse al que todo lo puede y esto es sabiduría. Morir es negarse para que Él crezca, morir es renunciar a la vida para que Él haga su vida en mí.
Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” (Mateo 16:24)
Debes entender que el peor enemigo que tenemos para alcanzar el éxito somos nosotros mismos. De la única forma que podemos tener éxito en lo que Dios nos mandó hacer, es que hagamos exactamente lo que Él nos mandó hacer. Para lograr esto debemos morir al “ego”. debemos suicidar el alma. En una ocasión Dios me dijo: “Yo quiero tu yo, pero sin tu ego”.
Esto es lo que Pablo entendió, expresó e hizo un estilo de vida cuando dijo: “Con Cristo estoy (estuve) juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí”. (Gálatas 2:20)
>Quebrantamiento: Es la destrucción del egocentrismo, el yoismo, de tus planes, propósitos, metas, proyectos, ambiciones e incluso de tus propios esfuerzos.
En una ocasión le enseñaba a una hermana, de nombre Julia Tochon, una agenda totalmente copada con un año de adelanto, y ella al ver cómo me complacía al hacerlo me hizo una observación que me llevó a reflexionar, me dijo: “En su agenda no hay lugar para Dios”. A veces nos ocupamos más de nuestras proyecciones que de proyectar a Dios, nos interesan más nuestros planes, proyectos, metas, propósitos, ambiciones, sin importar cuál sea la Voluntad y los deseos de Dios.
En una ocasión, en mis oraciones le pedía a Dios que me dijera qué tenía que hacer para que Él lograra hacer Su Voluntad en mí, y Él me contestó: “José hay una sola cosa que por años siempre he querido que hagas para poder desarrollar mi propósito en ti”. Le contesté: dímela Señor, y Él me respondió: “Quítate del medio, estás atravesado en el medio y no me dejas trabajar”.
A veces hacemos nuestros propios proyectos, y luego vamos y se los presentamos a Dios en oración para que los apruebe, y debería ser todo lo contrario. Es Dios quien nos debe presentar Su Voluntad y nosotros la asumimos en obediencia. No soy yo en Él, es Él en mí, es lo que Dios quiere que entendamos. Una vida entregada a la intimidad profunda con Dios, muestran el nivel de quebrantamiento que hay intrínsecamente en la vida de un hombre en dependencia a Dios. El creador tiene que hacernos entender que somos vasos e instrumentos, canales por donde Él lleva a cabo su obra.
Dios me dijo en una ocasión: “Lo más grande que puedes hacer para mí es hacer exactamente lo que Yo te mandó a hacer, porque lo grande no está en hacer, sino en obedecer”.
En 1º Samuel 15:22.23 dice: “Que se agrada Jehová más de la obediencia que de los muchos sacrificios y el que se le preste atención a su palabra que la grosura de muchos carneros”.
El quebrantamiento es tan importante para que se produzca una obediencia como producto de la entrega de una voluntad, que podemos estar haciendo la obra de Dios y desagradar a Dios, porque lo que a Dios le agrada no es que hagamos su obra, sino su voluntad. La mejor de nuestras motivaciones y acciones nunca podrán sustituir nuestra obediencia a la voluntad de Dios. Para Dios no cuenta lo que hagamos de nuestra propia voluntad, sino que hagamos lo que Él nos mandó hacer, porque en esto está incluida la entrega de la voluntad.
Ronald Chor en una ocasión en sus oraciones le expresaba a Dios: “Señor yo quisiera tener algo que nunca haya sido tuyo para entregártelo y poder decir que algo te di; todo lo que te doy es producto de tus manos, Tú hiciste la materia prima de todas las cosas, todo procede de ti”, y escuchó cuando Dios le dijo: “Ronald hay una sola cosa que no es mía, que es de tu propiedad, yo te la entregue en el Huerto del Edén y que viene siendo mía cuando tú me la das”. Ronald le preguntó: ¿Qué es Señor? Y Él le dijo: “tu voluntad, Yo te hice con libre albedrío pero tú decides a quien le entregarás tu voluntad”.
La vida de obediencia es vivir dependiendo de Dios y esto es producto del quebrantamiento.
El éxito en Jesús en su estadía en la tierra, es que vivió su vida totalmente quebrantada ante la presencia de Dios en total obediencia. En Filipenses 2:8 dice que Jesús fue obediente hasta la muerte. En Hebreos 5:8 dice que Jesús a causa de sus padecimientos aprendió de la obediencia.
Reitero que Jesús como Verbo sabía lo que era la obediencia, pero no sabía lo que implicaba obedecer. Él tuvo que aprender a obedecer. Jesús era un ser humano con una voluntad propia, Él podía obedecer o desobedecer, pero eligió la obediencia.
Si analizamos la condición de Jesús en el Getsemaní, Él le presentó sus deseos a su Padre, que indica su Voluntad, pero en total sometimiento. Él dijo: “Padre mío, si es posible pasa de mí esta copa”. En estas expresiones podemos ver el deseo de Jesús, pero seguidamente vemos expresadas el sometimiento cuando dijo: “Pero no sea como yo quiera, sino como tú quieras”.
Jesús tenía una voluntad propia distinta a la del Padre, la cual sometió y cedió a la voluntad de Su Padre para estar en obediencia, pero Él podía haber desobedecido.
El quebrantamiento es tan importante que de el depende la humildad para entrar en obediencia, mientras que el orgullo mal canalizado te conduce a la altivez y caes en rebeldía.
El éxito en la vida de Moisés estuvo en su total dependencia y obediencia a Dios. En Éxodo 4:4, vemos el deseo de Dios de que Moisés dependiera totalmente de Él; el simple hecho de que Dios le haya dicho a Moisés que tomara la serpiente por la cola, es una forma de decirle a Moisés que dependiera de Él; y lo más grande del caso fue que Moisés aceptó la proposición y tomó la serpiente por la cola cuando se debe tomar por la cabeza.
Debemos entender que la obra en el llamado de Dios sólo la puede llevar a cabo Él, por esta causa afirmamos que el Ministerio es un desafío.
Un desafío es el llamado que Dios nos hace para lograr hacer lo imposible. No vas a lograr nada de lo que Dios te llame a hacer sin la ayuda de Él; por esta causa debemos vivir totalmente quebrantados y entregados a Su Voluntad, en total dependencia a Él. Si la obra de Dios en el llamado que te hizo se puede llevar a cabo sin la intervención de Él, entonces Dios está demás en el Ministerio.
Debemos entender que yo hago lo que puedo hacer en lo que Él me mando a hacer, y dejo que Él haga lo que humanamente no puedo hacer. Nuestra mejor decisión ante Dios, de hacer o no hacer, depende de un quebrantamiento. No te olvides que nosotros somos libres de tomar cualquier decisión, pero no somos libres de sus consecuencias.



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