VIENDO LAS COSAS QUE NO SE VEN.
DR. MAESTRO: JOSE N. BRICEÑO A.

Hay quienes reciben una visión de Dios, y para alcanzarla son dirigidos por el Espíritu Eterno. Unos son dirigidos como se dirige a un ciego en medio de su oscuridad, sin saber y conocer el camino que transita, pero saben y están confiados que el camino es seguro, porque descansan en quien los dirige.

A veces El Eterno se cohíbe se mostrarnos o abrirnos el panorama, y darnos una visión amplia de las grandes cosas que Él  quiere hacer en nosotros, y una de las razones, es que al conocer la profundidad de su propósito en nosotros, podríamos entrar en temores, en dudas, y en incredulidad; y eso estorbaría el desarrollo de su propósito en nosotros, porque quebrantaríamos uno de los mas grandes principios para Él  cumplir su voluntad, ya que sin fe es imposible agradar a Dios.

El Gran Yo Soy va trabajando en nosotros por medida, por pasos, por etapas; cumpliendo y llevando a cabo su obra eterna en nosotros y atreves de nosotros. Es paradójico el a veces no entender lo que Él está llevando a cabo, sino hasta el día de su cumplimiento, que miramos al frente la gran obra, y que pasamos a entender por qué en la mayoría de los casos Él nunca nos dijo el cómo lo iba hacer, pero nos aseguró que lo iba hacer. Por otro lado, miramos a tras todo el camino que transitamos, llenos de tropiezo, de peligros, de tentaciones, de retos, de desafíos, de imposibilidades; Desacierto, que, si Él en su providencia nos la hubiera mostrado, se corría el riesgo de quedarnos varado en el comienzo del camino.

Estos son los momentos en los cuales estoy viviendo ahora mismo, donde El Eterno está dirigiendo mis pasos como se guía a un ciego en medio de la oscuridad, y que el único sentido que tengo para ver lo que Él esta haciendo es la fe.  La fe sabe algo cuando no sabes nada. E aprendido que ante una palabra que el Eterno me dé, no dudo, ni opino, ni cuestión; solamente creo.

Confió en La dirección del Espíritu, que es como un faro que alumbra en la oscuridad de un mar lleno de tinieblas sin visibilidad alguna, dándonos la dirección exacta y un rumbo adecuado sin temor a tropezar. Pido al eterno, que no me deje entrar en un valle de confusión, que, aunque no entienda nada de lo que estoy pasando, pueda vivir confiado que soy dirigido por su providencia divina que me conduce alcanzar la visión celestial que recibí mediante el llamado para lo cual el me escogió desde antes de mi existir. Que me de sabiduría y entendimiento para nunca apartarme de su amor, su propósito, y de la dirección e intercesión del Espíritu; ya que, el permanecer en estas tres grandes propiedades entre otras, es lo que me hace estar confiado, que todo lo que me pase me ayuda para bien. /// BENDICIONES ///  





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