PREEXISTENCIA DE JESÚS EL CRISTO.


El término “Preexistencia” es atribuido a quien tuvo una existencia anticipada antes de su manifestación. Si partimos del principio que nos dice que todo cuanto se denomina “Carne” es creado, entonces, la persona de Jesús no es preexistente.

Por otra parte, si aceptamos que Jesús el Cristo es preexistente como muchos lo han enseñado, habría un contraste con Juan 1:14, cuando afirma: “Y el verbo se hizo carne...”, ¿cómo alguien se puede hacer cuando ya está hecho? 

Lo que sí registran las Sagradas Escrituras es la preexistencia del verbo. Este es el pensamiento paulino. Cuando se hace mención a la preexistencia adjudicándola aparentemente a Jesús el Cristo, como Hijo de Dios, lo que no hemos entendido es que el pensamiento de Pablo está centrado en el verbo, no en la persona de Jesús; es decir, Pablo está haciendo referencia a un tiempo antes de que la segunda persona de la deidad (el Verbo), se manifestase en la persona de Jesús.

Seguidamente transcribiré algunos pasajes que hacen referencia a la preexistencia del Verbo y que erradamente se le han atribuido a Jesús.

>Colosenses 1:15.17.
>Hebreos 1:3.
>Hebreos 2:10.

Jesús mismo como humano hace mención de la sustancia del Verbo en Él antes de su manifestación.

>Juan 8:58.
>Juan 17:5.24.



Hay tres (3) términos que voy a conceptualizar para tener mayor comprensión de la existencia de Jesús y no adjudicarle la preexistencia como muchos lo han hecho:

a) Eternidad: Se aplica a quien no tiene principio y no tiene fin. Sólo es atribuida a Dios, al Verbo y al Espíritu Santo.

b) Sempiternidad: Se aplica a quien tiene principio y no tiene fin. Es atribuida a los ángeles y a los hombres como creación de Dios, seres que tienen un origen pero no tendrán fin.

c) Temporalidad: Es aplicable a todo aquello que tiene principio y tiene fin. Se atribuye a las plantas y a los animales, y a todo aquello que tiene principio y fin.

Según los conceptos expresados y tomando en cuenta sus valores, Jesús como Hijo de Dios y como ser humano, contado entre los vivientes es sempiterno, porque tuvo un principio pero no tendrá fin.

En Juan 1:14, se nos dice: “Y el Verbo se hizo carne”, mientras que en Hebreos 2:9 encontramos la expresión: “pero vemos a aquél que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús...”

Los términos “Se hizo carne” y “Fue hecho” que aparecen en Juan 1:14 y en Hebreos 2:9 tienen que ver con aquello que forma parte de la creación, de lo creado; es el acto hacer existente lo que no existía. En este caso quien ya era es el Verbo, el Cristo vino a ser.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo” Juan 1:1.15


En conclusión a este tópico diremos que Jesús, como ser creado, en su humanidad, es sempiterno pero no es eterno; por consiguiente, no se le puede ni debe adjudicar la preexistencia.

EL ÁNGEL DE JEHOVÁ - TEOFANÍA DEL VERBO

La expresión Ángel de Jehová, aparece cincuenta y ocho (58) veces en el Antiguo Testamento.

En cuanto a la identificación de este ángel, en algunos textos parece ser la de un ángel común que actúa como mensajero o representante de Jehová, con quien tiene una relación como la que existe entre un soberano y su embajador (Génesis 24:7. Zacarías 1:12.13) pero hay casos en los que el Ángel del Señor se identifica con Dios mismo, lo que conduce a pensar que era una teofanía o aparición de Dios en forma visible y corpórea. Lo cierto del caso es, que según algunos pasajes, y por ciertas características que se dan en su manifestación, el Ángel de Jehová tiene que ser una de las tres personas de la deidad.

Según Génesis 16:7.13; 22:11.18; 31:11.13. Y Jueces 13:2.23. El Ángel de Jehová se toma atribuciones que sólo le son permitidas a Dios.

El Ángel de Jehová tiene atributos y propiedades que sólo le pertenecen a Dios:

>Recibe adoración. Números 22:31. Jueces 13:17.
>Es omnipresente. Salmo 34:7.
>Perdona pecados. Éxodo 23:20.21.

Se descarta que el Ángel de Jehová sea Jehová mismo, porque en Zacarías 1:7.14 se consigue al Ángel de Jehová teniendo una conversación o diálogo con Jehová Dios.

Por otra parte observamos que, por sí solo, el término “De Jehová” que se consigue en los pasajes para hacer referencia al Ángel, indica que se trata de una persona que viene en representación de otra; es decir, si el ángel es de Jehová, significa que viene en representación de Jehová y no que sea Él mismo.

Ahora bien, se descarta que el Ángel de Jehová sea el Espíritu Santo, ya que Él no toma forma corpórea; además, en Números 22:22.32 y en 
Jueces 13:1.25 aparece la manifestación de las Tres Personas: Jehová Dios, el Ángel de Jehová, y el Espíritu Santo.

Según lo que hemos presentado, el Ángel de Jehová es una teofanía o aparición del Verbo de Dios; no obstante, no se le debe adjudicar a la persona de Cristo, ya que Cristo en su humanidad no es preexistente, Él fue creado en la persona de Jesús.

MELQUISEDEC COMO PREEXISTENCIA DE CRISTO

Haciendo un análisis preciso y conciso, se puede señalar que la persona de Melquisedec no es ni representa a la persona de Jesucristo, por lo que no se puede adjudicar a Jesús preexistencia en la persona de Melquisedec.

Muy poco registran las Escrituras de la persona de Melquisedec. En Génesis 14:18 registra que era rey de Salen (probablemente Jerusalén) y sacerdote del Dios Altísimo.

El sacerdocio de Jesús tiene en común denominador con el de Melquisedec, que ambos fueron constituidos en el orden y la soberanía de Dios; es decir, todo sacerdote debería ser descendiente de la tribu de Leví. El caso de Melquisedec es semejante al de Jesús ninguno de los dos descendía de la tribu de Leví. Jesús era de la tribu de Judá mientras que Melquisedec no tenía descendencia levítica. 

El sacerdocio de Melquisedec es un tipo del Sacerdocio de Jesús desde en el sentido genealógico. 

En Hebreos 7:3 se nos dice que Melquisedec era “sin padre y sin madre” que no tiene “principio de día ni fin de vida”.

Si hacemos una crítica analítica a los términos antes mencionados, registrados en Hebreos 7:3, nos daremos cuenta que no tiene que ver ni hace referencia a un ser milagroso sin nacimiento ni muerte.

El término “sin padre y sin madre”, tiene que ver con su genealogía o ascendencia, indicando que dicha genealogía no era levítica porque sus 
padres no pertenecían a la tribu de Leví; no quiere decir que Melquisedec no tenía ni padre ni madre, como si fuese un ser misterioso como muchos lo han interpretado.

El término “ni tiene principio de días, ni fin de vida”, lo que quiere decir es que nadie sabe cuándo nació ni cuando murió.

Los términos “sin padre, ni madre” y “ni tiene principio de día, ni fin de vida”, deben entenderse con relación al orden del sacerdocio de Melquisedec, no de su persona física. 

Melquisedec no tenía una ascendencia oficial según el orden de Aarón (Levita), ni había registros de sus fechas de nacimiento o muerte. El sacerdocio de Jesús era semejante al de Melquisedec, en cuanto a la falta de ascendencia levítica.

Para concluir con este tópico, no se debe tomar la figura de Melquisedec como una teofanía de Cristo, ni alegar así la preexistencia de Jesús en Melquisedec. 

En todo caso, lo que sí podemos alegar es que Melquisedec era un tipo de Cristo, en cuanto se refiere al oficio sacerdotal.


MAESTRO: JOSE N. BRICEÑO A.
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