EXCELENCIA MINISTERIAL PARTE # I

EXCELENCIA MINISTERIAL PARTE # I

Lectura: Efesios 4:8.16.

7Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 8Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. 9Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 10El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. 11Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,…

Introducción Un gran porcentaje de Ministros que están ejerciendo el Ministerio, no conocen en forma precisa y concisa lo que es un Ministerio y lo relacionado a ello. Hay un principio establecido en la Palabra de Dios que dice: “Nunca podemos aplicar lo que no conocemos y no podemos conocer lo que no tenemos”

Jesús dijo: “De lo que sabemos hablamos y de lo que conocemos testificamos” Juan 3:11.

Pablo dijo: “En parte conocemos y parte profetizamos”
1ª Corintios 13:9.

Esto indica, que nunca podemos ir más allá de lo que conocemos, nadie puede ejercer o estar en el ejercicio del Ministerio si no sabe lo que es el Ministerio y la responsabilidad que éste conlleva.

Al conceptualizar el término Don, referente al Ministerio, podemos conocer los valores y las características que un Ministerio encierra y por ende, vamos a entender la gran responsabilidad que conlleva ser un Ministro. Debemos conocer ciertos factores para evitar ser una deshonra a Dios y al Ministerio que representamos.

Según Hebreos 5:4. Ejercer el Ministerio es un privilegio y una honra, pero conlleva grandes responsabilidades. Esta es la causa por la cual Dios me inspira a elaborar este Libro para impartir el conocimiento que he recibido de Dios acerca del Ministerio y poder contribuir con la capacidad que debe tener un Ministro para desarrollar el Don Ministerial.

Quiero por favor que no leas este Libro como un magazín, sino que lo analices, estudies, y compartas con otros todo el conocimiento que recibas y se pueda cumplir en nosotros lo que el Apóstol Pablo le dijo a Timoteo en una ocasión: “Lo que oíste de mí (aprendiste) encárgaselo (enséñaselo) a otros” 2ª Timoteo 2:2.

Conociendo todo lo concerniente al Ministerio y hacer de esto un estilo de vida seremos exitosos en el llamado que Dios nos ha hecho.

¿Qué es el Ministerio?

a) Es un don:

El término Don tiene diferentes significados en el griego; más adelante vamos a definir y conceptualizar cada uno de ellos.

Cuando nos referimos al Ministerio como Don bajo el término Doma, eso indica: Aquello que viene de parte de Dios por naturaleza, es decir: Es una naturaleza adquirida de parte de Dios.

El Don es algo que es delegado que no es de nuestra propiedad, de allí la diferencia que existe entre un talento en cuanto a capacidad se refiere y un don que viene de parte de Dios, vamos a conceptualizar cada uno de ellos para notar la diferencia.

Talento: Es la capacidad (desde el punto de vista cualitativo) que tiene una persona para desenvolverse fácilmente en alguna área determinada y que nace con la persona y se desarrolla en ella, tiene que ver con la naturaleza misma de la persona, es decir: Es algo connatural en la persona.

Don: Es la capacidad (desde el punto de vista cualitativo) espiritual que viene de parte de Dios por Su Espíritu, con la finalidad de lograr Dios llevar sus objetivos en ellos. Hicimos una diferencia entre lo que es un “Don” que viene de parte de Dios y el “Talento” que es algo connatural en la persona, con el fin de poder conceptualizar y caracterizar los términos y de allí poder entender lo que es el Ministerio como Don. Pero debo aclarar que el talento aunque es algo connatural en la persona debe aceptarse como un Don que viene de Dios porque Él es el que da la vida y todo lo que se relacione a ella.

Más adelante cuando hagamos la definición de cada uno de los términos “Don” del griego, entenderemos características y valores que encierra un Don Ministerial, y la gran responsabilidad que conlleva ser un Ministro del Dios Altísimo.

b) Es un llamado.

Llamado: Es el acto que nos confronta con la Voluntad de Dios, y nos reta a vivirla y cumplirla con esfuerzo y dedicación. El llamado es una vocación no una profesión. El llamado, es el mismo deseo que Dios tiene de vaciar y realizar en nosotros su propósito. Por esto es: Que el que se resista al llamado de Dios lo hace en contra de los designios de Él.

Nota: Más adelante, cuando entremos a desarrollar el llamado y lo que se relacione a ello, daremos una explicación más concisa.

c) Es un pacto:

Un Pacto es un mutuo acuerdo, un contrato, o convenio establecido entre dos o más personas, comprometiéndose ambas a cumplir con sus mutuas obligaciones. Un pacto reza que los pactantes tienen los mismos derechos y las mismas responsabilidades.

En cuanto al Ministerio como pacto, hay ciertos derechos y responsabilidades en una forma recíproca entre Dios y el Ministro, indica que Dios tiene ciertas responsabilidades con el Ministro pero tiene ciertos derechos, por igual el Ministro tiene ciertos derechos de parte de Dios por causa del Ministerio pero también tiene grandes responsabilidades.

En cuanto al Pacto hay que entender que hay dos clases de Pactos. Pasemos a definirlos:

I) Pacto Incondicional.

Es aquel pacto donde Dios pacta con el “YO SOY” de Él mismo, tomando toda la responsabilidad en dicho pacto. Es donde el hombre con quien Dios hizo el pacto no tiene que cumplir con ninguna demanda para complementar el pacto y quede previamente ratificado

El ejemplo claro de dicho pacto lo tenemos en Génesis 9:1.17. El pacto que Dios hizo con Noé de no destruir la tierra con agua, este pacto es incondicional, ya que el hombre (en este caso Noé) no tenía que cumplir con ciertas demandas para que Dios pueda cumplir con el pacto. Dios pactó con el mismo, comprometiéndose el mismo a cumplir con dicho pacto donde el hombre salió favorecido sin tener que cumplir con las demandas del pacto.

II) Pacto Condicional.

Es cuando el hombre tiene y debe cumplir con ciertas demandas que vienen siendo exigencias, normas, o condiciones; para que se puedan obtener ciertos beneficios tales como promesas bendiciones, y a su vez se puedan alcanzar ciertos objetivos en dicho pacto.

En cuanto al llamado al Ministerio se refiere: Es un pacto condicional, es decir: Es el pacto donde el Ministro debe cumplir con ciertas demandas para
recibir ciertos beneficios y lograr alcanzar el objetivo del pacto. Esto indica que el éxito del Ministerio no está en que Dios haya pactado con una persona, sino en que se pueda cumplir con ciertas demandas y condiciones del pacto Ministerial. Por lo consiguiente, lo que te garantiza el éxito en el Ministerio como pacto, es que puedas cumplir con ciertas demandas. Que entre ellas tenemos la formación de un carácter en: La responsabilidad, el esfuerzo, la dedicación, la ocupación, la diligencia, la abstinencia de muchas cosas, la constancia o la perseverancia, la valentía.

El madurar en: El amor, la unidad, la fe, la obediencia, la paciencia, la humildad, tener dominio propio; y sobre todas estas virtudes, la vida de santidad, comunión, e intimidad. Caminar en estas virtudes indica cumplir con las demandas del pacto Ministerial que por consiguiente nos llevarán al éxito. Más adelante, al tratar el punto acerca del Ministerio como una decisión, desarrollaremos más sobre el Pacto.

d) Es un desafío.

Un desafío: Es el llamado que recibimos de parte de Dios para alcanzar y lograr hacer lo imposible. De modo que el Ministerio también se puede caracterizar como un “reto”.

Debemos tomar en cuenta, que la obra que se desarrolla en el llamado Ministerial concerniente a la voluntad de Dios, solo la puede llevar a cabo Él. En los Salmo David da testimonio de esta verdad.

“Si Jehová no edifica, en vano trabajan los edificadores, si Jehová no guarda la casa en vano vela la guardia” Salmo 127.1.


Jesús dijo en el evangelio de Juan relacionado a la obra de Dios algo similar. “Sin Mí, nada podéis hacer” Juan 15:5.

Una de las cosas que pueden causar la ruina en un Ministerio, es el independizarnos de Dios y trabajar con nuestras propias fuerzas, entramos en el terreno de la autosuficiencia y la arrogancia, en lugar de mantener una actitud de humildad, reconociendo la incapacidad, debilidad, e impotencia que tenemos por si solo para realizar la obra de Dios cumpliendo su voluntad.

Por muy duro y difícil que sea el trabajo que Dios nos encomendó lo vamos a lograr, si Él está incluido en la obra.

Nunca esperes que Dios te haga un llamado al Ministerio y te envíe a hacer cosas fáciles, pues siempre que Dios llama hacer algo es para hacer lo imposible, por eso decimos que el Ministerio es un desafío que equivale a un reto.

Para Moisés no fue fácil la tarea de sacar a un pueblo en medio de una nación (los egipcios) que los tenían en cautiverio, enfrentarse al faraón, a los ancianos, a los sacerdotes egipcios, y los hechiceros; luego llevar a un pueblo a través del mar por todo un desierto, sin agua, sin provisión. Enfrentar el valle de las serpientes, luego enfrentar la terquedad, la obstinación, la rebeldía, de un pueblo hasta el punto que lo hicieron pecar en contra de Dios y por esta causa fue desterrado y no entró en la tierra prometida.

No fue fácil para Josué continuar la tarea, cruzar el Jordán, enfrentar a sus enemigos.

No fue fácil para Jesús de Nazaret pasar por la agonía del Getsemaní, los padecimientos y la tortura romana considerada la más agonizante y más terrible de aquellos tiempos, el ser flagelado y recibir ciento veinte azotes,

donde el látigo tenía tres flecos y cada uno tenía pedazos de metal, de plomo y huesos en la punta, que cuando caían en la humanidad rasgaban la carne, partían los huesos; luego le colocaban una corona cuyas espinas tenían la propiedad de succionar la carne.

Seguidamente, le colocaron una cruz camino al Gólgota, el Monte de la Calavera, clavándolo sobre el madero con unos clavos cuadradazos con la punta en roma, que medían cinco pulgadas, para luego enfrentar el juicio de Dios, cargando con nuestros pecados y enfermedades y todas nuestras maldiciones y seguidamente enfrentar la muerte y los poderes de las tinieblas.

No fue fácil para el Apóstol Pablo llevar a cabo la obra en el llamado Ministerial, pasando por todo estos padecimientos:

“Además de las afrentas, necesidades, persecuciones y angustias, azotes, cárceles, tumultos, trabajo, desvelos, ayunos, deshonra, mala fama de engañadores, Como moribundos más he aquí vivimos, como castigados, mas no muertos, "como entristecidos, más siempre gozosos", "como pobres, más enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada, más poseyéndolo todo; azotes sin números; en cárceles, en peligro de muerte muchas veces”.

“De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno; tres veces he sido azotado con vara; una vez apedreado; tres veces he sufrido naufragio..., un día y una noche he estado como náufrago en alta mar; en camino muchas veces, en peligro de ríos, peligro de ladrones, peligro de los de mi nación, peligro de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajos y en fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez, despreciado, perseguido, difamado, hecho como la escoria del mundo, el desecho de todos hasta hoy”

Además de todas estas cosas, morir decapitado sin derecho a la defensa.

No fue fácil para el resto de los Discípulos que algunos fueron confinados en una isla, (Juan) otros fueron crucificado boca abajo, (Pedro) otros fueron lapidados. (Esteban) y pare usted de contar.

Por igual no va a ser fácil para nosotros, de una u otra forma vamos a ser atacados, pero toma en cuenta estas palabras: “Si Dios es por nosotros quien contra nosotros” “Mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo”.

Por muy difícil que sea la tarea no te detengas. Siempre he dicho que el problema no es el problema en sí, sino como vemos el problema. Cuando el rey Saúl vio a Goliat, dijo: “Este hombre es tan grande que es imposible tumbarlo” Pero cuando David miró a Goliat, dijo: “Este hombre es tan grande que no lo voy a pelar con la piedra que le voy a tirar”.

Acuérdate el Ministerio es para los vencedores. Jesús dijo: “El Reino de los cielos sufre violencia y solo los violentos lo arrebatan”. Mateo 11:12.

Cuando fui ordenado al Ministerio se me acercó un anciano con más de 50 años en el Ministerio y me dijo: “José avanza y acuérdate de algo hijo, delante de ti va Dios, pero detrás de ti va el diablo. Él va a tratar de hacer oposición pero no te preocupes Dios lleva la delantera”.

De mi parte siempre he dicho Dios no te ofrece en el Ministerio un camino fácil pero si una llagada segura. Ten en cuenta que el Ministerio es un reto, es un desafío.

e) Es una decisión:

Decisión: Es la determinación de llevar a cabo algo sin retroceder. (Filipenses 3:13.14). En el Ministerio, si te detienes pierdes si te regresas fracasas.

Debemos tomar en cuenta que el Ministerio es un pacto y hay tres causas por la cual un pacto puede quedar sin efecto.

I) Por mutuo acuerdo de los pactante. Esto no se da en el pacto Ministerial pues Dios nunca estará de acuerdo en que dejes el Ministerio.

II) Por violar algunos principios en el pacto. Por esta causa debemos tener sumo cuidado en mantener una vida disciplinada para no quebrantar el pacto, y perder el derecho de ejercer el Ministerio, porque por la parte de Dios, Él nunca violará los principios del pacto Ministerial.

III) Por causas fúnebres. Cuando uno de los pactantes muere. Ésta sería la única forma que dejaríamos de fungir en el pacto Ministerial, pero ésta es una razón que está fuera de nuestro alcance, algún día tenemos que partir, y en este caso viéndolo de nuestro lado. De parte de Dios el pacto no tendría culminación, porque Dios no muere, Él es Eterno.

Cuando un Ministro entiende que el llamado al Ministerio es una decisión, de su boca no salen expresiones tales como: No voy a continuar, voy a dejar el Ministerio, esto no es para mí, hasta aquí llegué, lo veo muy difícil para mí, ya estoy cansado, que lo haga otro por mí; entre otras. Reitero: En el Ministerio si te detienes pierdes si te regresas fracasas.

En una ocasión en un intento que tuve del abandono del Ministerio Dios me dijo: “No hay mayor fracasado que aquel que fracase a lo que YO le llamó a hacer, porque para efecto de mi para otra cosa no sirve”
Cuando Dios llama a un hombre al Ministerio queda sellado, fichado y destinado para toda su vida, para el ejercicio del Ministerio. En el Ministerio no hay jubilación, dejaremos de ser Ministros cuando nuestro corazón deje de latir. Estar en el Ministerio es como entrar en la mafia, si la abandonas te matan. El Ministerio es algo similar si lo abandonas estas muerto en vida porque solo vives para lo que Dios te llamo hacer.

Por este motivo decimos y afirmamos que el Ministerio es una decisión, es decir: Es la determinación de llevar a cabo algo sin pensar en retroceder.

Alguien dijo: “Nunca los que miraron atrás alcanzaron lo que está delante”.

Pablo dijo: “Dejando lo que está atrás, sigo adelante, a la meta del premio del supremo llamamiento”. Filipenses 3:13.14.

No vivas del pasado ni te detengas en el presente avanza hacia el futuro, ten un espíritu de insatisfacción positiva.

f) Es la extensión del Ministerio de Cristo Marcos 16:15.18. Hechos 1:18. Efesios 4:12.

El Ministerio es la continuación del Ministerio de Cristo en la tierra. Esto es: Cristo Ministrando en nosotros. Cuando Pablo le dice a Timoteo “Cumple tu ministerio” (2ª Timoteo. 4:5) no quiere decir que es de su propiedad, sino que dicho Ministerio en Timoteo tiene una características absolutas, especiales, e irrepetibles.

Debemos tomar en cuenta que Cristo es el Ministro por excelencia, nosotros como Ministros somos canales por donde Él lleva a cabo su obra, es decir: No somos nosotros pastoreando es Cristo pastoreando a través de nosotros y así por consiguiente con los demás Ministerios. Por esta causa debemos tener en cuenta, que para quien trabajamos no es para mí Ministerio es para el Ministerio de Cristo, solo somos administradores y mayordomos del Ministerio de Cristo. (1ª Corintio 4:1.2. Tito 1:7. 1ª Pedro 4:10) Por esta razón decimos que el Ministerio es la extensión del Ministerio de Cristo.

Cuando atentamos contra otro Ministro lo hacemos en contra de Jesús, debemos entender que somos un equipo y trabajamos para un solo Señor para alcanzar la visión que es la implantación del Reino. No son mis intereses los que cuentan son los intereses de Dios, por tanto; debemos entender que yo no represento mi Ministerio represento el Ministerio de Cristo en mí.

A continuación les dejo el estudios en audio vídeo, que complementan el estudio escrito.///Bendiciones///

http://www.youtube.com/watch?v=rVEeDZNWff0

http://www.youtube.com/watch?v=cpPtQAWzakM

http://www.youtube.com/watch?v=bKsJLeVYViE

http://www.youtube.com/watch?v=HcZ2ty_slaw



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Busca los estudios en videos del Maestro: José N. Briceño A. por YOU TUBE
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