¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
>La Oración es una conversación, es una plática.
La Oración, según el testimonio de las Escrituras, es una plática, una conversación. Vamos presentar un ejemplo:
“Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; aún estaba hablando en oración,…” Daniel 9:20.21.
En el diálogo, o la conversación, hay ciertos elementos a cumplir para que se pueda caracterizar como tal.
En el diálogo se platica, se conversa en una forma pausada, sin algarabías ni gritos. El diálogo es la forma de expresión donde se comparte la forma de pensar. La oración éticamente es un “Coloquio”, que según sus características es: Un lenguaje desarrollado en forma correcta y organizada con sentido común.
Por lo tanto, el grito y la algarabía son principios de violencia e instinto de locura, y rompen con los principios y la ética de la oración. El gritar y formar algarabía en la oración es producto de la desesperación, la inseguridad, e impotencia. En este terreno cayeron los sacerdotes de baal al no tener respuesta a su clamor. 
“Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase” 1ª Reyes 18:27.29.
En esta lectura tenemos una gran enseñanza que se presenta en el lenguaje antónimo. El hecho, de que el profeta Elías se burlara de ellos irónicamente incitándole de que gritara a su dios, es una enseñanza de que al Dios nuestro no lo tenemos que gritar, Él escucha nuestras oraciones.
Un silencio dice más que mil palabras: A veces una lágrima, un gemido o el silencio pueden convertirse delante de Dios en la oración de más alto nivel y puede llegar hacer la que más se escucha en los cielos. No es el timbre de voz lo que Dios toma en cuenta en la oración, sino el motivo y el contenido de ella.
La algarabía y los gritos son condenados por Jesús y Dios los aborrece, el Maestro no solo criticó el motivo de la oración sino la forma de hacerlo, ÉL dijo: “Ora en lo secreto”, es decir: “Ora de tal manera que nadie te vea y nadie te escuche, solamente Dios porque lo estás haciendo para Él”. 
No te olvides de esta verdad: Dios tiene más deseos de escucharte que tú de hablar, se moderado y disciplinado en la oración, conversa con Dios no lo grites.
>Protocolo y la verborrea como parte de la oración.
Veamos que son verborrea y protocolos.
Verborrea: Tendencia o inclinación a emplear más palabras de las necesarias para decir o trasmitir algo. Es la locuacidad excesiva.
Protocolo: Reglas ceremoniales y diplomáticas establecidas que se dan en por decretos o por costumbres para anticipar un discurso.
Estas acciones son condenadas por Jesús, y de paso son aborrecidas por Él. Jesús dijo: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa..., y orando, no uséis vanas repeticiones como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oído”. Mateo 6:5.7.
El término “Vanas repeticiones” que aparece en el pasaje antes mencionado, hace referencia a Oraciones formularias o frases vacías, repeticiones sin sentido que no hacen falta en el comienzo ni en el desarrollo de la oración.
El término “Palabrerías” que utilizo Jesús en el discurso es relativo a la verborrea. Es el término compuesto del griego “Polulogia” Polus=mucho. Logos= palabras. Que indica: El exceso de palabras, el hablar mucho para decir poco. Palabrerías es relativo a la locuacidad. 
Los paganos tenían la creencia que mediantes sus repeticiones incesantes y muchas palabreríos, informarían a sus dioses sus necesidades, y de esta forma convencerlo para recibir gratificación por causa de sus vanas repeticiones. 
Lo de Jesús no era condenar toda repetición que se haga en la oración si es necesario hacerlo, ya que Él mismo oro tres veces en Getsemaní diciendo las mismas palabras. La condena está, en que todo el tiempo comiences la oración con palabras preestablecidas y rebuscadas marcando un patrón, que a la verdad ante Dios no tienen valor, ya que Él toma en cuenta el motivo y el contenido de la oración; el por qué dices las cosas, y si es razonable lo que dices. 
Otro de los factores que podría entrar en “vanas repeticiones”, son las muletillas que a menudo usamos con el fin de rellenar o coordinar una oración, siendo las más usadas: “gloria a Dios, aleluya, santo su nombre, alabado sea el Señor, gloria sea el nombre del Señor, a su nombre gloria, oh dios mío, amen, amen, amen, alabanza alabanza alabanza”. Incluyendo el chastiar en medio en la oración. Nada de esto ante Dios no tiene sentido.
>El balbucear lenguas desconocidas en medio de la oración
El hablar en lengua en forma intercalada en la oración cuando se hace en público es condenado. El Apóstol Pablo hace correcciones sobre esta práctica, dice que si el hablar en lengua en público no tiene interpretación calle y hable para sí y para Dios. Con este tipo de intercalaciones con supuestas lenguas espirituales, dejan sin sentido la oración ante los oyentes, Pablo dice que como te dirá amen o secundara tu oración los que te oyeren si no entienden nada.

“Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. 16Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho. Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado. Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida…” 1ª Corintio 14:13.19.

“Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios” 1ª Corintios 14:28.
>El cambiar el timbre de voz en la oración.
El cambiar el timbre de voz sufriendo una transformación en el momento de orar y hablan como nunca lo han hecho engolando la voz, no le da ningún sentido, valor, o fuerza a la oración; pienso que este acto es aborrecido por Dios porque se entra en el campo del espectáculo queriendo impresionar a los oyentes.
El acto de engolar la voz se conoce fonéticamente como: Afectar, distorsionar, pronunciar la voz poco natural, es el acto de querer ser resonante. 
Debemos ser naturales en la forma de hablar con Dios y usar nuestra propia voz, a Él no lo asombra ni lo convence el cambio del timbre de nuestra voz. Tampoco tratemos de impactar a los que nos oyen, la oración no es para ellos, estamos hablando con nuestro Dios. 
B) La oración es un diálogo, no un monólogo. 

Monólogo: Es el acto de hablar consigo mismo, es una conversación donde no se espera respuesta de nadie, y en su mayoría se cree tener toda la razón.
En este terreno un gran porcentaje de los creyentes han caído, conversan con Dios sin esperar respuesta de Él. La oración es un medio para alcanzar un fin, y el fin de la oración es tener respuesta de ella. Una oración sin respuesta pierde su significado. El mismo tiempo que apartamos para hablar debemos apartar para escuchar. Es ilógico que entremos en la recámara a tener una conversación con Dios para luego no tener respuesta de Él, Dios quisiera contestar nuestras oraciones pero uno de los motivos por la cual no lo hace es que nunca le cedemos el tiempo para que lo haga. Si en el momento del tiempo de la espera no tenemos respuestas a la oración, debemos en el transcurso del día estar atentos, Dios se valdrá de cualquier medio para dar respuesta a la oración, pero debemos estar en la sintonía del Espíritu para poder escuchar la respuesta de Dios. En la carne nunca podemos sintonizar al Espíritu, es un principio que el Apóstol Pablo presentó, Él dijo: “Acomodando lo espiritual a lo espiritual”
La Biblia nos da registros de hombres que tomaron decisiones y llevaron a cabo obras como resultado de las respuestas que recibieron de Dios en sus oraciones. El interés de Dios no es solo que hables sino que lo escuches, y tengas resultado de la oración que hiciste.
Ejemplo: “Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos… Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre;…” Josué 10:12.14.
Ejemplo: Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado .Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano. Preparó luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña. Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez, de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de agua la zanja.
Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” 1ª Reyes 18:30.39.

Ejemplo: “Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir”. Lucas 41:44.

Ejemplo: “Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo había antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios”. Hechos 4:23.31.

En conclusión. Cuando tu oras y esperas respuestas de Dios la obtendrás, pero si entras en un monologo indica que no estas esperando respuestas y por ende no la obtendrás.


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