DEFINICIÓN O SIGNIFICADO DE LA PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES. Mateo 25:1.3.

La parábola, es un tipo de alegoría presentada bajo la forma de una narración, relatando hechos naturales o acontecimientos con el objeto de ilustrar o declarar una o varias verdades importantes, es decir, es una narración construida para comunicar verdades de suma importancia y que el desarrollo de ella está adjudicada a su culturas.
Esta parábola se debe estudiar desde un sentido Oriental tomando en cuenta las culturas, las costumbres, los personajes tales como: El emisor, y receptor, y sobre todo su sentido histórico. Al considerar estos factores que son muy determinante para la interpretación de la parábola daremos algunas informaciones para mayor comprensión.
Esta historia depende de una costumbre judía que es muy diferente de las nuestras. Según algunos historiadores, cuando se casaba una pareja no se iban de luna de miel si no que se quedaban en casa. Durante una semana tenían la puerta abierta a los que quisieran visitar; los amigos los trataban con honor y hasta se dirigían a ellos como príncipe princesa. Era la semana más dichosa de la vida. A las celebraciones de esa semana estaban invitados sus amigos más íntimos. En esta parábola no tenemos ninguna historia imaginaria, sino un gajo de la vida en una aldea de Palestina.
Otros historiadores alegan, que las fiestas de las bodas se realizaban por las noches después de un día de baile. Las vírgenes dejan a la novia a quien han estado acompañando y salen con antorchas a recibir al esposo para escoltarlo hasta la residencia de la esposa que era el lugar donde se celebraban las bodas, y de allí, los escoltaban hasta la casa del esposo donde se celebraba las fiesta de las bodas, al no tener las lámparas encendidas no podían participar del escoltado y por esa causa eran excluidas de las fiestas de las bodas.
Como tantas parábolas de Jesús, esta tiene un sentido inmediato y local, y también un sentido más amplio y universal. En su significado inmediato iba dirigida a los judíos como pueblo elegido por Dios. Por lo tanto, las diez vírgenes representan en un cuadro parabólico al juicio a la que va ser sometida la nación de Israel para determinar quiénes son el remanente que va a reinar con Cristo en el milenio.
Lo otro es, que no se le debe buscar sentido espiritual a todos los elementos que componen la parábola, ya que cada uno de ellos está basado a la necesidad que arrojo una determinación y que por la cual se dieron circunstancia que abrieron condiciones en la cual se desarrollaron los hechos.
Por lo consiguiente ninguno de los elementos de la parábola tiene un sentido espiritual. Pasemos a estudiar los elementos de la parábola para mayor comprensión.
> El aceite: En algunas ocasiones se le dio uso como un combustible para el encendido de lámparas. (Éxodo 25:6. Levítico 24:2.) En el relato de la parábola, este fue el uso determinante que se le dio al aceite, su función era el del combustible de las lámparas para mantenerlas prendidas. Mateo 25:8. Lucas 12:35.
Es un horror y error de interpretación Bíblica, alegar que el aceite de las lámparas de las vírgenes era o es tipo del Espíritu Santo. En un supuesto que esto sea posible, entonces el Espíritu Santo se pué comprar con dinero ya que esto es lo que la parábola demuestra.
“Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Más las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar,…” Mateos 25:8.10.
Si lo narrado por Jesús en la parábola da la posibilidad de que el aceite es tipo del Espíritu y que en el caso se podía comprar, esto estaría en contraste con la fuerte reprensión y enseñanza que le diera el Apóstol Pedro a Simón el mago al tratar de comprar el Don del Espíritu que se movía en la vida de los discípulos.
“Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” Hechos 8:18.20.
Los que enseñan que el aceite de las lámparas de las vírgenes narrado en la parábola es el Espíritu Santo, en forma intelectual están cayendo en el mismo terreno de Simón el mago como el actor de los hechos, aunque por ignorancia lo hacen pero por igual son culpables.
Por otro lado nunca en la teología afirma que el aceite es tipo del Espíritu. En el Antiguo Pacto se usaba el aceite de oliva mezclado con especies aromáticas para el acto de la unción, pero ese aceite no representaba ni era tipo del Espíritu Santo.
Este aceite etimológicamente se le llamaba el ungüento, que paso a llamarse en el aspecto vulgar “El aceite de la unción del Santo”.
Éste era el aceite de oliva mezclado con especies aromáticas, y solo lo podía preparar era el sumo Sacerdote.
El acto de tomar este aceite y derramarlo sobre alguien o algo recibía el nombre de “Unción”. Es decir, la Unción en la dispensación de la ley era un ceremonial.
Cabe destacar que sobre la persona a la que se derramaba el aceite se le llamaba el ungido, y sobre éste venía el Espíritu Santo en una misión a respaldarlo con poder.
Observe que el aceite es el elemento que se usa para ungir, y el Espíritu Santo es la persona que venía con el poder a respaldar al ungido. Según el libro de Éxodo el aceite no era tipo del Espíritu; el aceite era el elemento que se utilizaba para ungir, y el Espíritu es la persona que venía sobre quien era ungido. Éxodo 30:22.33.
En un supuesto negado que el aceite sea tipo del Espíritu, ¿por qué seguir usando aceite cuando tenemos en nosotros el antetipo que le da cumplimiento al tipo?
Cuando lo verdadero se manifiesta, el tipo pierde fuerza y vigencia. Es una ofensa en contra del Espíritu Santo el que estemos utilizando un elemento como el aceite y no le demos el lugar que le corresponde. Es como si aún utilizáramos sacrificios de cordero para honrar a Jesucristo.
El número diez: Este número no tiene ningún sentido ni aplicación en lo exegético. Por razones que se desconocen, el cortejo era compuesto por el número de diez, actos que se hizo una tradición.
El término virgen: Este término indica que las damas encargadas de preparar a la esposa para su encuentro con los invitados junto con su esposo eran solteras sin desposamiento, y a su vez representaban la fidelidad y la honorabilidad de la desposada que pasa hacer la esposa en total castidad. Por lo consiguiente, las damas de honor eran invitadas a las fiestas de las bodas no a las bodas.
Razones que descartan por completo la posibilidad de que las diez vírgenes represente o sean tipo de la Iglesia.
> Las vírgenes no pueden ser la Iglesia ya que en el arrebatamiento solo un grupo ira al encuentro del Señor que son los creyentes, en la parábola se registra que ambos grupo sale al encuentro del Señor. En el arrebatamiento de la Iglesia no abra lugar para selección.
“Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco” Mateo 25:10.12.
> Cuando el Señor venga del cielo para las fiestas de las bodas con el parentesco de esposo, por lógica que viene con su esposa, por lo tanto los que esperan en la tierra en el caso de las vírgenes no puede ser la esposa.
> Por otra parte si analizamos el comienzo de la parábola de las diez vírgenes, podemos notar que dicha parábola esta contextuada con el pensamiento que se viene desarrollando en el capítulo veinticuatro de Mateo que no tiene nada que ver con la Iglesia. El término “Entonces” que está en el comienzo nos afirma lo antes dicho, que a su vez es corroborado por el término “Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras” que aparece al comienzo de Mateos veintiséis. (26) Más adelante enseñaremos con mayor precisión.
> El término “El llorar y crujir de dientes” que aparece al final de la parábola, solo es utilizado en el lenguaje escatológico en todo su contexto para ser referencia a Israel y a los gentiles en la culminación del juicio, y en este caso no es la excepción.
El término “El llorar y crujir de dientes…” es una expresión que demarca el estado de lamentación en la que caerán las naciones por causa de no haber sido aceptados para entrar en el Reino Milenial después de haber pasado por el juicios, dicha expresión, en el lenguaje Bíblico Escatológico nunca se utilizó para referirse a la Iglesia.
MAESTRO: JOSE N. BRICEÑO A.
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