EL ESPIRITU SANTO. EL TESTIGO INTERNO.

DR. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A.

En el Antiguo Pacto, Dios dirigía a los hombres a través de los sentidos físicos. Ellos, para poder captar el mensaje de Dios, tenían que ver, oír, tocar, oler. Dios no podía tener comunión con ellos en el Espíritu porque estaban muertos espiritualmente. Los hombres necesitaban de vellones, nubes, columnas de fuego, zarza ardiendo, Tumin y el urín, truenos, relámpagos, voz audible; ellos no tenían percepción espiritual.
Pablo dijo que el hombre natural, refiriéndose a los no convertidos, no puede entender las cosas que son del Espíritu porque se han de discernir espiritualmente, y afirmó, que lo espiritual se debe acomodar a lo espiritual. 1ª Corintios 2:13.14.
En estos tiempos, Dios no quiere tratar con nosotros a través de los sentidos físicos, sino a través de la intuición espiritual, de Espíritu a espíritu. Hay que entender que quien trabaja a través de los sentidos físicos es el diablo. Un creyente que esté tentando a Dios con vellones, está entrando en el terreno de lo físico, y fácilmente puede ser engañado por Satanás.
El Espíritu Santo es el testigo interno que nos dará testimonio en lo más profundo de nuestro ser, acerca de los asuntos de Dios. Por esta causa, debemos aprender a desarrollar el sentido espiritual para poder escuchar y captar la voz del Espíritu en el interior.
Romanos 8:16, dice: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
El término “Testimonio”, del griego es “Summartureo”, y tiene que ver con: Corroborar y concordar con el sentir que tiene el espíritu renacido del hombre en lo más profundo de su ser, dándole una profunda convicción para determinar una decisión, que lo llevará a una acción.
Según este término, el Espíritu Santo no se limita a dar testimonio a nuestro espíritu de nuestra redención, sino de todas las cosas que estén acordes con los propósitos y la voluntad de Dios.
Cabe aclarar que sólo los que viven una vida en el Espíritu, podrán captar el testimonio del Espíritu. Jamás se podrá sintonizar el Espíritu Santo viviendo en la carne. Pablo dice que el hombre carnal no puede entender las cosas del Espíritu.
El carnal es el tipo de hombre que aun cuando haya recibido la naturaleza de Dios y la simiente de Dios, camina en una vida de pecado, dejando manifestar en él al viejo hombre, y esto es producto de no tener el alma santificada por el Espíritu Santo por la Palabra. 1ª Corintios 3:1.3.
Un hombre que tenga la mente en el pecado y que viva por los sentidos jamás podrá captar el testimonio del Espíritu. Por esta causa, Dios tiene que entrar al terreno de lo natural para poder dirigir, a través de los sentidos físicos, a los que no han aprendido a desarrollar el sentido espiritual. /// BENDICIONES///

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